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El día que Pablo Isla cambió la historia de Zara e impresionó a Amancio Ortega por su «claridad»

El que fuera presidente de Inditex dio el salto desde la Administración Pública hasta la empresa del gigante gallego

El día que Pablo Isla cambió la historia de Zara e impresionó a Amancio Ortega por su «claridad»

Pablo Isla junto a Flora Pérez. | EP

Pablo Isla —el ahora presidente de Nestlé y quien fue la mano derecha de Amancio Ortega— nació en Madrid en 1964, en el seno de una familia de clase media con valores tradicionales y gran énfasis en la educación y el esfuerzo. Desde pequeño se distinguió por su carácter disciplinado, su curiosidad intelectual y su gusto por la lectura. Se licenció en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y posteriormente ingresó en el prestigioso Cuerpo de Abogados del Estado, una de las carreras públicas más exigentes en España. Ese entorno jurídico y meritocrático marcó su estilo sobrio y meticuloso, que más tarde sería una de sus señas de identidad en la empresa privada.

Tras varios años en la Administración Pública, Isla pasó al sector privado. Su primer gran reto fue en el Ministerio de Hacienda, donde ocupó puestos de responsabilidad en la Dirección General del Patrimonio del Estado. Posteriormente dio el salto a la empresa privada como director general de Patrimonio del Estado y, poco después, como alto ejecutivo de Altadis, la compañía que nació de la fusión entre la española Tabacalera y la francesa Seita.

La carrera de Pablo Isla antes de entrar en Inditex

Pablo Isla, junto a Amancio Ortega. | Gtres

En Altadis demostró una gran capacidad para la gestión de procesos complejos y de reorganización empresarial, en un momento en el que el sector tabaquero vivía transformaciones globales. Esa etapa le dio visibilidad como un gestor serio, pragmático y con visión a largo plazo. A comienzos de 2005, Amancio Ortega —fundador de Inditex— buscaba un perfil distinto al habitual para profesionalizar la dirección del grupo. Quería alguien ajeno al mundo de la moda, sin protagonismo mediático, pero con una mentalidad empresarial rigurosa y ética de trabajo intachable. Varios banqueros y asesores le recomendaron a Pablo Isla, entonces presidente de Altadis.

Tras una discreta reunión en A Coruña, Ortega y Isla conectaron de inmediato. El propio Ortega contó que le impresionó «la serenidad y la claridad» de Isla, su capacidad para escuchar y sintetizar, y su ausencia total de vanidad. En esa conversación —que duró varias horas—, acordaron que Isla se incorporaría a Inditex como vicepresidente y consejero delegado. La relación entre ambos se basó desde el inicio en el respeto mutuo y la discreción. Ortega, conocido por su carácter reservado y su forma de dirigir de manera casi artesanal, vio en Isla a un continuador ideal de su filosofía de trabajo: humildad, eficiencia y orientación total al cliente.

Durante los primeros años, Isla se dedicó a aprender desde dentro; recorría fábricas, centros logísticos y tiendas sin aviso previo, observando cada detalle. Ortega lo acompañaba muchas veces en silencio, explicándole cómo se tomaban decisiones rápidas y cómo se gestionaban los equipos. Con el tiempo, Isla se ganó su total confianza. En palabras de varios directivos del grupo, «Pablo y Amancio se entendían sin hablar mucho; se bastaban con una mirada o una frase breve». Su amistad se cimentó en el trabajo diario, en una ética común; Ortega siempre ha valorado la prudencia de Isla, e Isla admiraba la intuición natural de Ortega para los negocios.

Cómo se forjó su fuerte amistad con Amancio Ortega

Pablo Isla se convirtió en la mano derecha de Amancio Ortega.

En 2011, Amancio Ortega decidió dar un paso atrás en la gestión y nombró a Pablo Isla presidente ejecutivo de Inditex. Era el primer gran relevo al frente del grupo, y simbolizaba la plena confianza del fundador. Bajo su liderazgo, Inditex vivió una transformación estructural con su expansión a más de 200 países, con presencia en todos los continentes, así como la integració pionera del canal online con las tiendas físicas, lo que revolucionó el sector minorista. También, dio un fuerte impulso a la sostenibilidad, apostando por materiales reciclados, eficiencia energética y trazabilidad.

Isla fue descrito por la prensa internacional como un líder «europeo clásico». Es decir, un perfil discreto, técnico, y con un estilo de gestión basado en la cercanía al producto y a las personas. En varias ocasiones, Ortega lo calificó en privado como «un hombre excepcional». A diferencia de muchas relaciones entre fundadores y sucesores, la de Ortega e Isla nunca se basó en el control o la rivalidad. Ortega veía en él a alguien que compartía su filosofía de vida; la austeridad, el trabajo constante y la lealtad. De hecho, Amancio nunca dejó de visitar la sede ni de interesarse por el día a día, pero dejó plena libertad a Isla para gestionar.

Amancio Ortega centro logístico Liverpool
El empresario Amancio Ortega, en una imagen de archivo.

Se cuenta que, cada vez que coincidían en reuniones o visitas a tiendas, conversaban sobre detalles mínimos como la iluminación, el orden de las prendas o el ritmo de reposición. Ambos valoraban la obsesión por los pequeños detalles, que consideraban el secreto del éxito de Inditex. En marzo de 2022, Pablo Isla dejó su cargo, dando paso a Marta Ortega, hija del fundador. Su salida fue amistosa y planificada. Amancio Ortega destacó públicamente su «extraordinaria gestión», y en los días siguientes varios medios gallegos subrayaron la profunda amistad que los unía, más allá del vínculo laboral. Hoy, Isla sigue vinculado al mundo empresarial y cultural —por ejemplo, preside el Teatro Real y el consejo de IE University—, mientras mantiene relación personal con Ortega. Su amistad, según quienes los conocen, se basa en algo raro en el mundo corporativo; confianza sin interés y admiración mutua.

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