El intrigante patrimonio de Genoveva Casanova: un palacete que le deja su ex y una empresa
La ‘socialité’ mexicana ha vuelto a ser noticia tras la sentencia que ha visto la luz relacionada con sus fotos con Federico

Genoveva Casanova, en una imagen de archivo. | Gtres
Después de meses alejada del foco público, Genoveva Casanova vuelve a ser noticia. La socialité —que participó en El desafío— demandó a la revista Lecturas por las imágenes que tomaron de ella, junto al por entonces príncipe de Dinamarca, en el centro de Madrid. Ahora, con la sentencia ya en la mano, el digital ha sido condenado —tan solo— por las imágenes de las redes sociales de Genoveva que habían usado para ilustrar el artículo y a un pago de más de 170.000 euros. Además, la sentencia también reconoce la importancia que tiene Genoveva como personaje público y, sobre todo, la repercusión de sus fotos con Federico, que dieron la vuelta al mundo.
Tras salir a la luz las imágenes, Genoveva decidió resguardarse en el palacete que tiene su ex, Cayetano, en San Sebastián y, en las últimas semanas, ha abandonado su casa en Madrid, concretamente en el barrio de Retiro. De esta manera, parece ser que la mexicana está intentando romper todos los vínculos posibles con España y ya pasa largas temporadas entre Londres —donde viven sus hijos— y México —país en el que tiene a su familia—. Pero ¿qué sabemos de su patrimonio?
El misterioso patrimonio de Genoveva Casanova
Genoveva Casanova estuvo casada con Cayetano Martínez de Irujo, hijo de Cayetana de Alba, lo que le dio acceso a ciertos entornos de alto nivel económico y social. Tras su separación, como se ha publicado en varias ocasiones, su principal ingreso proviene de una pensión o manutención que su exmarido le pasa para ella y para los hijos comunes. Además, durante un periodo trabajó como directora de proyectos y relaciones institucionales para la Fundación Casa de Alba. En los últimos años, no se tiene constancia de que haya tenido un trabajo estable que le genere beneficios continuados.
Así, no se le conocen bienes inmuebles a su nombre en España o, al menos, ninguno que haya sido publicado como tal. Aunque sí que tiene registradas dos empresas —una de ellas citada como Flor y Canto SL dedicada al cine/teatro— pero ambas habrían dejado de presentar cuentas fiscales hace años —la última presentación sería de 2016—. En 2016 se declaró un valor patrimonial de unos 300.000 euros, que muchas fuentes atribuyen a una parte de la herencia de la duquesa de Alba vinculada a sus hijos. Pero desde entonces no hay datos públicos de incremento patrimonial.
Un estilo de vida de lujo
Lo cierto es que llama la atención que su patrimonio sea casi inexistente teniendo en cuenta el nivel de vida que ha llevado en Madrid. Vivía en un piso en Madrid, en una zona muy selecta —por el barrio de Salamanca y muy cerca del Retiro— cuyo alquiler rondaba los 3.000 euros/mes según revistas. Además, también se sabe que participa en cacerías y otras actividades de élite cuyo coste de inscripción se estima en unos 100.000 euros. Sí que es cierto que, como decíamos, siempre se ha hablado de que Cayetano ha asumido alguno de estos gastos, sobre todo aquellos que tienen que ver con la elitista educación de sus dos hijos.
Si echamos un vistazo a sus empresas, estas están «inactivas» y «no ha tenido ingresos o al menos no los ha declarado» desde 2016. También se comenta que la «prensa danesa se pregunta» cómo puede moverse en círculos de alta aristocracia sin un patrimonio declarado significativo. Han sido muchos los sucesos que se han dado en la vida de Genoveva en los últimos tiempos. A las imágenes con Federico hay que sumarle una embolia pulmonar que derivó en un infarto pulmonar, lo que la obligó a estar hospitalizada y a pasar un tiempo considerable de recuperación. Esta experiencia la definió como un antes y un después: en sus propias palabras, «te cambia la vida» cuando te das cuenta de lo cerca que estuviste de algo grave.
Actualmente ha contado que sigue con tratamientos —con anticoagulantes y suplementos— y que está enfocada en recuperarse física y mentalmente. Tras el revuelo mediático que protagonizó por la publicación de fotos juntas con el entonces príncipe heredero de Dinamarca, Genoveva dio un paso atrás: se retiró temporalmente de redes sociales para buscar «paz y tranquilidad». Más adelante reapareció profesionalmente; fue invitada al programa El hormiguero para hablar de su participación en el concurso El desafío, lo que marca un nuevo impulso mediático para ella.
Qué hace ahora
En el ámbito personal, mantiene una relación de cordialidad y cercanía con su exmarido, Cayetano Martínez de Irujo, padre de sus hijos, lo que le permite proyectar un entorno familiar estable pese a los cambios. En cuanto al amor, ha declarado que «no me cierro al amor» pero que ahora su vida está muy centrada en sus hijos, su familia y su propio camino. Además, su imagen pública se ha vuelto más introspectiva; busca gestionar su vida privada con más cuidado tras los escándalos y los remezones personales. En los últimos tiempos, aunque no ha querido mostrarse mucho en público, se sabe que ha dejado su piso en Madrid, a principios de este mes de noviembre, para mudarse a otro más discreto, como confirmaron en El País.
Uno de los grandes retos para ella es dar coherencia entre lo que fue —un perfil muy vinculado al lujo, a la aristocracia española y a la alta sociedad— y lo que ahora elige; más privacidad, más filtro y más selección. Por otro lado, se ve con ganas de retomar proyectos, trabajar de nuevo en medios, quizá dar charlas, quizá escribir, como apuntó en las entrevistas que ha dado en los últimos tiempos. Pero también expresa que algunos escollos —como el económico, la visibilidad, la presión mediática— siguen ahí.
