Luis, el mejor amigo de la infanta Elena: es un jinete muy famoso de Sevilla y está divorciado
Ambos mantuvieron una discreta relación, durante los años 80, que ahora se ha transformado en una amistad

Luis Astolfi y la infanta Elena. | Gtres
La infanta Elena es una apasionada del mundo de los caballos. Es por eso que la mayoría de amigos que tiene son jinetes o mantienen algún tipo de relación con este campo. En estos años, la hija de los Reyes ha construido una amistad muy especial con Luis Astolfi, uno de los jinetes más reconocidos de Sevilla y quien se ha convertido en su mano derecha. Es más, hace unos días, la infanta no se quiso perder el homenaje a su amigo en la ciudad hispalense, confirmando, así, que su vínculo sigue igual de estrecho que siempre.
Luis Astolfi Pérez de Guzmán es un jinete español muy relevante en el mundo de la hípica, especialmente en la modalidad de salto. Nació en Sevilla en 1959 y proviene de una familia muy numerosa —es el sexto de catorce hijos—, con una fuerte tradición ecuestre. Desde pequeño mostró una gran pasión por los caballos. A los 11 años empezó a montar en el Real Club Pineda de Sevilla, donde recibió formación bajo la tutela de su primer entrenador. Con el paso del tiempo, consolidó una carrera muy exitosa: ganó medallas en campeonatos universitarios y después dio el salto a la competición profesional.
Quién es Luis Astolfi

Astolfi participó en cuatro Juegos Olímpicos: Los Ángeles 1984, Seúl 1988, Barcelona 1992 y Sídney 2000, compitiendo en pruebas de salto por equipos e individual. Su actuación en Barcelona fue especialmente destacada, con un cuarto puesto por equipos. Más allá de las pistas, Luis Astolfi también estudió Derecho, aunque jamás ejerció como abogado: prefirió dedicar su vida profesional a la hípica. Con los años se diversificó dentro del mundo ecuestre; no solo compitió, sino que también se convirtió en criador de caballos, promotor de concursos hípicos, y formador, impartiendo cursos dentro y fuera de España. Además, ha trabajado como técnico en la Real Federación Hípica Española.
En su vida personal, Astolfi fue muy cercano a la Infanta Elena. En los años 80 tuvieron una relación, aunque no se confirmó oficialmente, y esa amistad perduró durante décadas. Se casó en 1990 con Isabel Flórez, con quien tuvo dos hijos, Luis y Marina; la pareja se separó en 2012. Recientemente, ha sido homenajeado en su tierra natal; el Ayuntamiento de Sevilla y el Real Club Pineda lo reconocieron por toda una vida dedicada a los caballos, en un acto que celebró sus éxitos deportivos y su legado institucional.
Luis Astolfi y la infanta Elena mantuvieron una relación sentimental durante los años 80. En aquella época, Luis ya era un joven destacado en el mundo de la hípica española, mientras que Elena comenzaba a consolidar su papel como hija mayor del rey Juan Carlos I. La relación fue discreta, propia de la época y de las estrictas normas de protocolo que rodeaban a la Familia Real. Aun así, varios testimonios coinciden en que existió un vínculo cercano y afectuoso entre ambos.
La relación que mantuvo con la infanta Elena en los 80
La relación se caracterizó por la discreción y la complicidad. Luis Astolfi provenía de un entorno familiar sencillo, pero con tradición ecuestre, mientras que Elena pertenecía a la familia real, un mundo con normas estrictas. A pesar de estas diferencias sociales y del escrutinio público, ambos compartían intereses comunes, especialmente el amor por los deportes y la vida al aire libre, así como una afinidad por la discreción y la vida privada. Con el tiempo, la relación terminó, aunque nunca se hizo pública de manera oficial ni se convirtió en un escándalo. Se dice que la separación fue amistosa y que la distancia social y las obligaciones institucionales de la Infanta Elena influyeron en el desenlace. A pesar de la ruptura, ambos mantuvieron una relación cordial y respetuosa a lo largo de los años.
Incluso décadas después, Luis Astolfi y la infanta Elena han mantenido contacto esporádico y se han mostrado respetuosos en público. Se les ha visto coincidir en eventos ecuestres y sociales, donde la cordialidad entre ellos sigue siendo evidente. La relación, aunque no romántica en la actualidad, se recuerda como un capítulo importante en la juventud de ambos, marcado por la discreción y el respeto mutuo. La relación con la infanta Elena se produjo en un momento crucial de la vida de Luis Astolfi, cuando comenzaba a consolidarse como jinete de élite en España. Estar vinculado a alguien del entorno de la Familia Real supuso un contacto cercano con un mundo muy diferente al suyo: lleno de protocolo, atención mediática y obligaciones sociales. Esta experiencia le permitió aprender a manejar la discreción, la presión pública y la diplomacia en su vida personal y profesional, habilidades que luego le serían útiles dentro del mundo ecuestre y en su trato con figuras públicas.

A nivel emocional, la relación marcó a Luis en la forma de entender los vínculos afectivos. La necesidad de mantener la discreción y el respeto mutuo en todo momento le enseñó la importancia de la prudencia y la madurez en las relaciones. Aunque era joven, supo equilibrar sus sentimientos con la realidad de estar vinculado a alguien con responsabilidades institucionales, lo que contribuyó a formar un carácter reservado, responsable y consciente de las diferencias sociales. El vínculo con la infanta Elena también tuvo cierto impacto en su carrera profesional, aunque de forma indirecta. Estar asociado a la Familia Real le dio visibilidad en determinados círculos sociales y ecuestres, facilitando contactos y oportunidades dentro del mundo de la hípica. Sin embargo, Astolfi nunca permitió que esta relación definiera su trayectoria; trabajó con disciplina y esfuerzo para consolidarse por mérito propio, participando en cuatro Juegos Olímpicos y alcanzando un nivel internacional destacado.
