La casa de París de Nicolas Sarkozy: un refugio de lujo en pleno corazón de la capital
Se ha trasladado a la casa que tiene en el exclusivo distrito XVI de París, dentro de Villa Montmorency

icolas Sarkozy y Carla Bruni | Gtres
En el exclusivo distrito XVI de París, dentro del prestigioso enclave privado Villa Montmorency, se encuentra la imponente residencia que Nicolas Sarkozy y Carla Bruni convirtieron en su hogar tras la etapa presidencial. Un refugio de lujo al que el expresidente de Francia ha regresado, gracias a su libertad condicional, después de estar 20 días en prisión por la pregunta financiación ilegal de su campaña presidencial en 2007.
Esta zona, conocida como una de las más seguras y exclusivas de la ciudad, alberga mansiones históricas y jardines privados que ofrecen un nivel de privacidad casi imposible de encontrar en otros puntos de la capital francesa.
Un palacete clásico con la elegancia típica parisina
La vivienda destaca por su arquitectura de estilo palaciego, con fachada de piedra clara, tejado en mansarda y grandes ventanales que inundan los interiores de luz natural. El edificio principal supera los 1.000 metros cuadrados, mientras que la parcela completa alcanza aproximadamente los 3.000 metros cuadrados, una cifra excepcional en una ciudad tan densa como París. El conjunto combina la estética señorial del siglo XIX con detalles contemporáneos que la pareja ha ido incorporando a lo largo de los años.
Dentro del palacete predomina un estilo donde se mezclan elementos de época —como molduras, boiseries, techos altos y suelos de mármol— con toques modernos más funcionales.
Carla Bruni ha dejado su huella en la decoración con rincones dedicados a la música, guitarras expuestas y un ambiente artístico cálido. Por su parte, Sarkozy dispone de una biblioteca privada de estilo más sobrio y tradicional, repleta de volúmenes históricos, fotografías personales y retratos literarios.
Un jardín privado de 1.700 metros
Uno de los mayores tesoros de la residencia es su jardín privado, de más de 1.700 metros cuadrados, una extensión difícil de imaginar en el corazón parisino. El espacio, rodeado de altos muros y vegetación frondosa, garantiza una privacidad absoluta, algo esencial para la vida cotidiana de una figura pública.
Además destaca la seguridad de Villa Montmorency, con controles de acceso las 24 horas, cámaras, vigilantes y un sistema cerrado que impide el acceso a curiosos y ofrece tranquilidad a sus residentes. Para Sarkozy y Bruni, esta casa representa mucho más que un simple domicilio. Se trata de un refugio personal, un espacio donde la vida familiar puede desarrollarse lejos del foco mediático, rodeado de arte, música y un entorno silencioso en pleno París.
