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Pablo, el discretísimo yerno de Amancio Ortega que vive en la bonita finca familiar de Oleiros  

El empresario, que está casado con Marta Ortega, trabaja en Inditex y tiene un puesto de máxima importancia

Pablo, el discretísimo yerno de Amancio Ortega que vive en la bonita finca familiar de Oleiros  

Pablo Gómez junto a Marta Ortega. | EP

Amancio Ortega siempre intenta rodearse de su familia. Es por eso que el empresario cuenta con sus hijas, Marta y Sandra, para gestionar su negocio más especial, Inditex, donde su yerno, Pablo Gómez, también tiene un papel fundamental. Y es que el gallego mantiene una estupenda relación tanto con el marido de Marta y Sandra Ortega, quienes trabajan codo con codo con él y a quien ha dado toda su confianza. Probablemente, el más desconocido es Pablo, quien siempre ha querido mantener su matrimonio con la hija mayor de Amancio en un segundo plano.

Es más, las últimas imágenes que tenemos de ambos son de hace más de una década, coincidiendo con el funeral de Rosalía Mera. Pablo Gómez fue compañero de estudios de Sandra Ortega cuando ambos estaban en el instituto público Ramón Menéndez Pidal. Fueron novios desde jóvenes y han mantenido una relación muy estable y discreta desde entonces. Pablo trabaja en Inditex, la empresa familiar de los Ortega. Desde hace tiempo ocupa un puesto de directivo dentro de la compañía, lo que implica que tiene una posición de responsabilidad, aunque no se conocen muchos detalles públicos sobre su cargo exacto o sus funciones diarias.

Cómo se conocieron Marta Ortega y Pablo Gómez

Sandra Ortega es la segunda persona más rica de nuestro país. | Gtres

Sandra y Pablo tienen tres hijos: Martiño, Antía y Uxía. Viven con discreción en Oleiros (La Coruña), en una finca familiar. Además, la pareja ha mostrado un fuerte compromiso con la obra social: Sandra dirige la Fundación Paideia Galiza, y Pablo parece apoyar esa labor desde su posición personal y familiar. Pablo y Sandra comparten un estilo de vida muy reservado. No son figuras mediáticas, y se cuidan mucho de no aparecer en las listas de personajes públicos. Se aprecia en ellos una filosofía de normalidad; sus hijos fueron escolarizados en centros públicos, y la pareja ha manifestado en entrevistas que valora la sencillez y la discreción por encima de la ostentación.

Más allá de sus roles empresariales, Pablo y Sandra han hablado sobre el deseo de tener hijos y cómo entendieron la «fecundidad» no solo en términos biológicos, sino también en cuanto al impacto de su vida en los demás. Su papel en la empresa parece orientado a la gestión interna y operativa: fuentes periodísticas le atribuyen funciones relacionadas con operaciones y logística dentro de Inditex, lo que encaja con el perfil de alguien que trabaja «entre bastidores» para mantener el funcionamiento de una gran estructura empresarial. No es una figura desplegada públicamente como portavoz; su actividad profesional suele aparecer mencionada en artículos sobre la familia Ortega pero sin un gran protagonismo propio.

Tres hijos juntos y viviendo en la finca familiar de Oleiros

En lo personal, Pablo y Sandra formaron una familia de tres hijos —Martiño, Antía y Uxía— y residen en la zona de Oleiros —provincia de La Coruña—, llevando un estilo de vida muy reservado. Sus hijos han ido entrando en los negocios familiares en los últimos años, según registros societarios y noticias que han recogido movimientos empresariales vinculados a la saga Ortega. Como decíamos, la discreción es una de sus mayores características.

Sandra Ortega en el funeral de su madre en el año 2013 junto a su marido. | Gtres

En cuanto a su reputación y estilo personal, la gente que los conoce coinciden en retratarle como un perfil profesional estable, discreto y de confianza dentro del entorno empresarial familiar; alguien más preocupado por la operativa y la gestión que por las apariciones públicas, y que comparte con su esposa un compromiso con la filantropía familiar —a través de la Fundación Paideia— y con mantener una vida lo más «normal» posible pese a la enorme fortuna que rodea al clan Ortega. 

La relación entre Sandra, Amancio y Pablo es especialmente cordial, sobre todo porque han trabajado, durante muchos años, juntos. Aunque eso sí, la elección de dedicarse a una vida más filantrópica, en lugar de un papel público dentro de Inditex, puede indicar que su relación con su padre no pasa por el protagonismo dentro del imperio, sino por una vía más privada y comprometida socialmente. Desde abril de 2022, Marta Ortega es la presidenta (chair) del Consejo de Administración de Inditex. En esa posición no maneja la gestión diaria operativa —eso lo hace el CEO—, sino que supervisa la dirección estratégica del grupo, orientando las decisiones importantes a largo plazo.

La relación de Sandra Ortega con su padre Amancio

Marta Ortega lleva años vinculada al área de diseño de producto, especialmente de la línea femenina de Zara —Zara Woman—. Ha trabajado codo con codo con el equipo de diseño y desarrollo, y su papel incluye definir la estrategia de marca, impulsar nuevas colecciones y supervisar la imagen de producto. Bajo su presidencia, Marta ha promovido un cambio en la cultura interna de Inditex. Según fuentes, una de sus primeras preguntas en reuniones fue: «¿los empleados son felices?», lo que evidencia un enfoque más humano y de bienestar en la empresa. Tiene una visión de Inditex como una empresa «con alma»: no solo importa el volumen o las ventas, sino el producto, los detalles y la experiencia de sus equipos.

Amancio Ortega, en una imagen de archivo. | EP

Aunque su cargo como presidenta es no ejecutiva, es decir, no dirige el día a día de la empresa, su influencia en decisiones clave es muy alta. Ella misma ha dicho que estará donde la empresa más la necesite, pero que su «energía» está en el producto; en cómo se hace, se diseña y se presenta la moda. Marta ha defendido públicamente que Inditex no se ve a sí misma como una marca de «moda rápida» sin más; afirma que la clave está en cuidar los pequeños detalles y en mantener calidad. Su rol estratégico incluye reforzar la identidad de Inditex como una empresa que combina la rapidez con la responsabilidad, algo clave para su visión de futuro.

Como parte de la familia propietaria, Marta también tiene un papel muy simbólico y de continuidad. Su nombramiento como presidenta representa la transición generacional en el grupo. Además, forma parte de los vehículos accionarios de la familia —por ejemplo, Pontegadea—, lo que le da peso en las decisiones financieras y estratégicas a nivel más amplio. En su presidencia, Marta ha subrayado la importancia de mantener el espíritu innovador de Inditex, adaptando la empresa a los retos del siglo XXI. Durante las juntas de accionistas ha hablado de invertir en logística, tecnología y sostenibilidad para asegurar un crecimiento sólido y responsable.

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