El poderío de la bodega Marqués de Griñón: su tradición familiar marca tendencia en España
Los cinco hijos de Carlos Falcó han decidido hacerse con el 100% del control del proyecto más especial de su padre

Tamara Falcó, en una imagen de archivo. | Gtres
La familia Falcó ha decidido comprar el 50% restante de las bodegas Marqués de Griñón, uno de los proyectos más especiales del ya fallecido Carlos Falcó. Ha sido Vanitatis el portal que ha confirmado la información tras muchos meses de negociación y algún «rasguño financiero». Han sido los cinco hijos del aristócrata —quien murió hace más de cinco años— quienes han decidido adquirir la mitad del negocio de su progenitor a su socio. De esta manera, se han hecho con el control total de las bodegas, una de las más poderosas a nivel nacional.
«Este fue siempre un proyecto muy familiar. Mi padre era una persona muy entusiasta. Llevado por la falta de recursos y por el afán de hacer crecer la compañía en un momento dado buscó unos socios para ayudarle. Esa asociación fue bien durante un tiempo, pero luego obviamente no. Lo que hemos hecho es recuperar el control para que sea un proyecto familiar, liderado por nosotros, y a partir de ahí aprovechar las oportunidades que nos pueda brindar una marca tan potente como Marqués de Griñón», explica la familia Falcó a Vanitatis. Además, inciden que «cada uno de los hermanos» pueden aportar «distintas cosas». Han confesado que les hace mucha ilusión hacer esto «con calma y bien».
Los hijos de Carlos Falcó se han hecho con el 100% de la bodega

De esta manera, a partir de ahora, Marqués de Griñón pertenecerá al cien por cien a la familia que dejó el marqués de Griñón. Concretamente a Manolo Falcó, Xandra Falcó, Tamara Falcó, Aldara y Duarte Falcó de la Cierva. «Todos somos accionistas y este es un primer paso. Tenemos muchas ideas y hay que pulirlas», aclara Manolo al mencionado diario. Además, el primogénito de Carlos Falcó ha confirmado que los números de la compañía son especialmente «buenos». «Las pérdidas de 2024 tienen que ver con provisiones futuras, la empresa está saneada y en posición de convertirse en una compañía de mucho éxito», apostilla. Además, quieren centrarse, no solamente en producir vino de calidad, sino, también, ofrecer una buena opción de aceite. «Hoy por hoy vendemos prácticamente la misma cantidad de ambos», desvela.
Como decíamos, la bodega Marqués de Griñón está directamente vinculada con la familia Marqués de Griñón, cuyo dominio sobre la finca de Valdepusa en Toledo se remonta nada menos que a 1292, lo que da una dimensión histórica muy profunda. El nombre «Griñón» viene del título nobiliario —marquesado de Griñón—, que ha estado en manos de la familia; uno de los bodegueros más reconocidos ha sido Carlos Falcó, V Marqués de Griñón. El corazón de la bodega es el Dominio de Valdepusa, situado en Malpica de Tajo (Toledo), con unas 52 hectáreas de viñedo. El suelo de la finca es calizo-arcilloso, lo que aporta una mineralidad muy marcada a los vinos, y el microclima de la zona favorece tanto la maduración de las uvas como la frescura vital en el vino final.
El poderío de la bodega Marqués de Griñón
Además, la finca es históricamente muy cuidada; no solo hay viñas, sino también un jardín botánico con centenares de especies mediterráneas, y en su paisaje se mezclan encinas, cipreses y rosales, lo que evidencia un proyecto muy integrado entre naturaleza, cultura y viticultura. Desde su recuperación por parte de Carlos Falcó, la bodega ha sido pionera en técnicas modernas. Por ejemplo, fue una de las primeras en España en plantar Cabernet Sauvignon en su viñedo en los años 70. Luego se incorporaron otras variedades «internacionales» como Syrah, Petit Verdot y Graciano, lo que da a sus vinos un perfil muy diferenciado. También han aplicado técnicas de riego avanzado —como el riego por goteo— y sistemas de monitorización de estrés hídrico en la viña.

En la bodega, cuidan mucho la crianza; tienen una sala subterránea para barricas, lo que les permite controlar la temperatura y garantizar una crianza óptima. Uno de los hitos más importantes de marqués de Griñón fue lograr que su finca Dominio de Valdepusa obtuviera la consideración de Vino de Pago en 2002. Esto significa que se reconoce la singularidad de esta parcela como un pago vinícola con unas condiciones de suelo, clima y viticultura tan particulares que justifican una categoría especial.
Marqués de Griñón produce una amplia variedad de vinos, muchos de ellos de alta gama y con carácter de autor. En su catálogo se incluyen, por ejemplo, un Cabernet Sauvignon puro, un Petit Verdot, y vinos ensamblados como el Summa Varietalis —una mezcla de Syrah, Cabernet y Petit Verdot—. También tienen vinos más «clásicos» o de barrica, así como ediciones especiales; por ejemplo, su vino AAA cambia de composición según la añada, rindiendo homenaje a las tres hijas de Carlos Falcó. Además, elaboran un «Emeritus» de guarda, con uvas Cabernet, Petit Verdot y Syrah, destinado a envejecer.
Aceite y vinos de calidad ‘made in Spain’
La filosofía de la bodega no es solo vitivinícola: también es respetuosa con el medio ambiente y apuesta por la sostenibilidad. Su cultivo es cuidadoso, y tratan de minimizar el impacto. Además, en la finca producen aceite de oliva virgen extra con variedades como Picual, Arbequina y Cornicabra, lo que completa su propuesta de productos de alta calidad desde la misma tierra. Recientemente han abierto un proyecto enoturístico para que el público visite sus instalaciones. La visita incluye recorrido por viñedos históricos, la bodega —incluyendo los calados subterráneos—, y degustación de sus vinos y aceites. También ofrecen tienda para comprar directamente sus productos.
Carlos Falcó, V marqués de Griñón, fue una figura clave para la bodega: formó parte de su fundación modernizada en los años 70, promoviendo una viticultura innovadora. Fue considerado uno de los bodegueros más pioneros de España, por introducir variedades poco comunes y por su enfoque en la excelencia. Marqués de Griñón es hoy una bodega de referencia en España, especialmente por sus vinos de pago, su enfoque en terroir y su capacidad para combinar tradición y modernidad. Tiene su propio sello de calidad y es reconocida internacionalmente por críticos, coleccionistas y amantes del vino.
La influencia de Manuel, Xandra, Tamara, Duarte y Aldara Falcó
Después de la muerte de Carlos Falcó —en 2020—, sus cinco hijos —Manolo, Xandra, Tamara, Duarte y Aldara— han tomado un papel mucho más activo en la bodega. Ahora, como ya hemos contado, han decidido hacerse con el 100% del control de la bodega, comprando la parte que no controlaban. El primogénito, Manolo Falcó, es una figura clave en esa operación; ha liderado las negociaciones para asumir el control total y garantizar que la bodega siga siendo una empresa familiar. Además, Manolo incrementó su participación accionarial para mantenerse como una pieza central en la estructura empresarial de Marqués de Griñón.
Uno de los proyectos más recientes que han puesto en marcha los hijos de Falcó es el lanzamiento de un vino blanco ecológico en la Denominación de Origen Rueda, bajo el sello de Marqués de Griñón. Este vino no solo es un homenaje al espíritu innovador de su padre, sino también una apuesta clara por la sostenibilidad. Tamara Falcó ha sido una de las caras más visibles de este proyecto ecológico, usando su perfil mediático para comunicar el homenaje y el compromiso con las raíces de su padre. Por su parte, Manolo lidera la parte operativa, lo que demuestra una combinación de rol institucional y simbólico entre los hermanos.
