La reina Sofía, más cariñosa que nunca con su nuera Letizia: un beso y su caricia por la espalda
Este gesto se produce en un momento de vital importancia; a pocas horas de la reunión familiar con el Emérito en El Pardo

La reina emérita, Sofía, la reina Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía. | JJ Guillen (EFE)
La reina Sofía ha vivido hoy uno de los momentos más especiales de su vida. La madre de Felipe VI ha recibido el Toisón de Oro en una gala que ha estado marcada por el bonito discurso del rey Felipe hacia su madre, donde ha destacado su confianza con la Corona y su lealtad. Además, también ha mencionado a su progenitor, afirmando que ambos han mantenido la democracia y han sido dos pilares fundamentales en su vida. Tras este discurso ha sido el rey Felipe quien le ha impuesto a la emérita el Toisón de Oro, una de las mayores condecoraciones de nuestro país y que, sin duda, marcan su trayectoria. Una vez finalizado el acto, tanto los Reyes como sus hijas se han dirigido al Salón de Gasparini, del Palacio Real, para la foto en familia.
Allí, la reina Sofía se ha acercado a su nuera, la reina Letizia, con quien ha tenido un gesto de cariño que, sin duda, cobra mucho significado después de las memorias publicadas por el rey Juan Carlos. Y es que, en un día como hoy, en el que veíamos a la Familia Real juntarse de nuevo, y a pocas horas de que el Emérito llegue a El Pardo, cada uno de los gestos de los miembros de la Casa Real han estado medidos al dedillo. Es por eso que la reina ha querido tener un simbólico gesto con la mujer de Felipe VI, quien es una de las personas que peor parada sale de la autobiografía de Juan Carlos.
El bonito gesto de la reina Sofía con Letizia a pocas horas el almuerzo con el Emérito

Así, hemos visto como la madre del Rey ha cogido a la reina Letizia, en un gesto de cariño, mientras que Leonor le enseñaba su Toisón de Oro, que llevaba en la solapa de su bonito traje rojo. En ese momento, la mujer de Felipe VI se ha girado hacia su suegra, a quien ha besado y ella le ha respondido con una fraternal caricia por la espalda. Una muestra de que, sin duda, su relación está más consolidada que nunca. Y es que siempre se ha hablado que la conexión entre ambas es una realidad, a pesar de aquel problema que protagonizaron en la Misa de Pascua hace unos años en Palma.
Cuando Letizia Ortiz se convirtió en princesa de Asturias en 2004 tras su compromiso con Felipe VI, su relación con Sofía empezó bajo un marco estrictamente protocolario. En estos primeros años, la interacción entre ambas fue respetuosa pero distante, con Letizia adaptándose a las costumbres de la familia real y Sofía manteniendo su rol de reina emérita con autoridad y prudencia. La prensa de la época destacaba cierta frialdad, aunque la relación se limitaba a lo institucional con asistencias conjuntas a actos, posados oficiales y eventos familiares con un claro componente de formalidad.
La relación de Sofía y Letizia, a lo largo de los años
Con el paso de los años, las diferencias de estilo y carácter se hicieron más evidentes. Letizia es directa, mediática y moderna, mientras que Sofía sigue un estilo más tradicional y discreto. Esto provocó episodios que los medios interpretaron como tensión o enfrentamiento: gestos contenidos en posados, miradas esquivas y cierta distancia durante actos familiares. Algunos comentaristas también señalaron que Letizia marcaba límites en la relación, especialmente respecto a la crianza de sus hijas, lo que podía generar roces con la abuela, que históricamente ha mantenido una relación cercana con sus nietas.

A pesar de estos roces, con el tiempo se han visto gestos de cordialidad y respeto. Durante posados familiares, como los Premios Princesa de Asturias o actos religiosos, Letizia y Sofía muestran atención mutua: saludos, sonrisas y acompañamiento en eventos oficiales. La relación se ha normalizado, aunque sigue siendo más formal que afectiva; Letizia respeta el rol histórico y la experiencia de Sofía, mientras que la reina emérita reconoce a Letizia como consorte moderna y madre de sus nietas. Además, la presencia de ambas en actos institucionales demuestra que, pese a las diferencias, existe un equilibrio funcional que proyecta unidad en la familia real.
