El versátil salón de Buenafuente de estilo nórdico, en blanco y con un gran piano de cola
El cómico reside junto a su pareja, Silvia Abril, y su hija, Joana, en un bonito chalé a las afueras de Barcelona

Buenafuente y Silvia Abril, en una imagen de archivo. | Gtres
Buenafuente y Silvia Abril han recibido una de las mejores noticias; serán los encargados de presentar las Campanadas de 2025 desde TVE. La pareja, que mantiene una relación consolidada desde hace décadas, darán un gran salto profesional y, sobre todo, se convertirán en uno de los dúos más esperados de la televisión. Lo cierto es que, en todo este tiempo de relación, ambos han demostrado que su conexión va más allá de los proyectos que comparten juntos y que, también, se instaura en su rutina. Ambos conviven, como ya contamos en THE OBJECTIVE, en una bonita casa a las afueras de Barcelona, donde han construido su proyecto de vida.
La vivienda se encuentra en la localidad de Cabrera de Mar, en la comarca del Marisma, a las afueras de Barcelona. Se trata de un chalé centenario, construido en 1900, con una parcela de más de 450 m² y rodeado de naturaleza, lo que le da un aire de refugio tranquilo y aislado. La fachada conserva materiales tradicionales: piedra vista, muros sólidos y un gran arco de entrada de piedra que le aporta carácter rústico. En el exterior abundan los jardines con vegetación madura, un gran césped natural y rincones muy cuidados: hay un porche cubierto con sofás para descansar, zona chill-out, hamacas y una piscina rectangular que resulta una pieza central del espacio al aire libre.
El salón de Buenafuente de estilo nórdico y clásico
Dentro de la casa se entremezcla la historia y diseño moderno con mucho estilo. La decoración corre en parte de la mano de Silvia Abril, combinando influencias rurales, mediterráneas y nórdicas. Los suelos de madera, los tonos claros y la luz natural que entra por amplios ventanales crean un ambiente muy cálido. Además, el presentador posee un estudio, donde aprovecha para pintar y dibujar, así como un salón donde se instala un bonito piano de cola negro junto a las ventanas; y objetos personales como libros, esculturas y fotografías familiares que dotan de alma al hogar.
Además, sin lugar a duda, la casa está pensada pensada para la vida en familia; cuentan con un huerto, un espacio para la meditación o el yoga, y una zona de juegos para su hija Joana, que incluye una cama elástica. Los baños mantienen una estética coherente con el resto del inmueble: azulejos en tonos neutros, lavabos clásicos y detalles personales como fotos en el espejo. El salón de la casa de Buenafuente es, sin duda, el corazón del hogar; un espacio amplio, luminoso y pensado para el confort y la creatividad. Las paredes y techos están pintados en tonos blanco roto, lo que permite que la luz natural —que entra sin obstáculos gracias a la ausencia de cortinas en sus grandes ventanales— bañe toda la estancia, creando una sensación de claridad y amplitud.
Toques de madera, en blanco y con un piano de cola
En el suelo se extiende un parqué de madera clara que aporta calidez, y el mobiliario se mantiene dentro de una paleta neutra: sobresalen dos grandes sofás de tres plazas en lino blanco, con líneas modernas y limpias, acompañados por mesas auxiliares de cristal y lámparas de lectura junto a cómodas mesitas circulares. Los detalles decorativos —como jarrones de cristal, pequeñas esculturas y figuritas de cerámica— se distribuyen con delicadeza, dando un aire muy personal y cuidado.
Uno de los puntos más llamativos del salón es un hermoso piano de cola negro, situado en un rincón junto a los ventanales, que no solo funciona como elemento decorativo sino también como reflejo de la pasión musical de Buenafuente. Al fondo se alza una elegante escalera de caracol blanca que conduce a la planta superior, aportando un toque arquitectónico distintivo y refinado. En conjunto, el salón es una mezcla armoniosa de estilo nórdico y retro, donde la madera, los tonos claros y los muebles de diseño moderno se combinan con objetos personales y familiares, creando un ambiente cálido, luminoso y con mucha identidad.
Sin duda alguna una de las piezas centrales es ese piano de cola que tiene tanto un valor estético como funcional. Por un lado, funciona como pieza decorativa: aporta elegancia al salón y refleja un gusto por el arte y la música, combinando con el estilo cuidado y moderno-rústico de la vivienda. La presencia de un piano de cola siempre añade un punto de sofisticación y hace que el espacio luzca más amplio y refinado. Por otro lado, también cumple una función práctica: Buenafuente es un amante de la música y disfruta tocando en su tiempo libre. Se trata de un instrumento con el que la familia puede compartir momentos de ocio, practicar o incluso improvisar pequeñas piezas musicales durante reuniones en casa. Así, el piano de cola no solo embellece el salón, sino que convierte la estancia en un lugar dinámico y creativo, reflejando la personalidad artística y cultural de la pareja.
Así es Cabrera de Mar, una localidad en El Maresme
La casa no solamente es especial por lo que contiene sino, también, por su privilegiada ubicación; que mezcla privacidad con lujo. Cabrera de Mar es un municipio situado en la comarca del Maresme, en la provincia de Barcelona, Cataluña. Se encuentra a unos 30 km al noreste de Barcelona y se extiende desde la costa mediterránea hasta las primeras sierras del interior, lo que le proporciona una geografía muy variada: playas, colinas y zonas agrícolas. Su ubicación entre el mar y la montaña le otorga un clima mediterráneo templado, con inviernos suaves y veranos cálidos, ideales para el turismo y la vida al aire libre.
El núcleo urbano combina arquitectura histórica con construcciones modernas. Cabrera de Mar conserva elementos patrimoniales como la iglesia parroquial de Sant Feliu, construida en el siglo XVIII, y varias masías y edificios señoriales que reflejan su pasado agrícola y rural. A la vez, es conocida por sus urbanizaciones residenciales y chalets de alto nivel, que han atraído a personalidades del mundo artístico y empresarial gracias a la tranquilidad, privacidad y cercanía con Barcelona.
La vida en Cabrera de Mar combina tradición y modernidad. Sus calles acogen mercados locales, pequeños comercios y restaurantes de cocina catalana, mientras que el entorno natural invita a actividades al aire libre como senderismo, ciclismo o deportes náuticos en la costa. Además, la localidad mantiene fiestas y tradiciones populares, como las celebraciones de Sant Jordi o la Fiesta Mayor, que conservan un fuerte sentido comunitario y cultural. En conjunto, Cabrera de Mar es un municipio que mezcla historia, naturaleza, confort residencial y un estilo de vida tranquilo, siendo un lugar muy valorado tanto por residentes como por visitantes.
