Las fiestas y salidas de Lamine Yamal, en el punto de mira del FC Barcelona
El futbolista tiene una vida social tan intensa que está llamando la atención de la prensa y de su propio club

Lamine Yamal | EFE
La vida de Lamine Yamal ha dado un giro de 180 grados en un año, pues ha pasado de vivir en La Masía a residir en la mansión que en su día construyeron Gerard Piqué y Shakira, una propiedad valorada en 11 millones de euros. Allí vive acompañado de su primo Moha y de su amigo Souhaib.
Ya mayor de edad, el jugador del FC Barcelona tiene una vida social tan intensa que está llamando la atención de la prensa y de su propio club.
Las fiestas de Lamine Yamal, en el punto de mira del club

Noches largas, fiestas, relaciones fugaces, zonas reservadas en discotecas como Luz de Gas y una nube constante de atención que lo acompaña allá donde va. Una juerga que no está gustando demasiado en el FC Barcelona. Fuentes del Barça aseguran a Vanitatis que «su actitud no siempre convence a algunos compañeros y tampoco al entrenador».
«Retrasos, noches que se alargan más de lo debido o despistes impropios de quien carga el peso del futuro del equipo. Hansi Flick [el entrenador] trató de poner orden dejándolo fuera en una ocasión, pero el mensaje interno fue claro: a Lamine Yamal no se le castiga; se le guía, se le acompaña y se le corrige. Su valor como icono, marca y generador de ingresos lo convierte en un activo intocable», añade el citado medio.
Nada que ver con su vida en La Masía
Antes de mudarse solo, Lamine Yamal llevaba un estilo de vida muy diferente. De hecho, vivía en La Masía, una residencia para deportistas de 6.000 metros cuadrados de espacio y situada en la ciudad deportiva Joan Gamper. Allí, el joven convivía junto a otros jugadores del las categorías inferiores del FC Barcelona y con otros que no se han independizado por su juventud. Allí estuvo residiendo diez años, en una habitación sin grandes lujos pero con lo necesario.

Al contrario que en la actualidad, la vida de Lamine Yamal en La Masia estuvo marcada por un entorno estrictamente estructurado, pensado para convertir a jóvenes talentos en deportistas profesionales con horarios fijos, supervisión constante y un sistema en el que la educación, la disciplina y el descanso tenían tanta importancia como el entrenamiento. La Masia le proporcionó estabilidad, una guía diaria y un entorno seguro.
Durante su etapa allí, convivió con otros chicos de su generación, compartiendo estudio, comedor, espacios de ocio y sesiones de entrenamiento intensivas. Para un jugador como Lamine, con una proyección extraordinaria desde muy pequeño, esta estructura fue clave, ya que le permitió mantener los pies en el suelo a la vez que crecía a un ritmo vertiginoso dentro del club.

Además, el acompañamiento académico fue una pieza importante en su día a día. La Masia integra los estudios en la rutina del jugador, asegurándose de que ningún talento se desatienda en el plano educativo. Lamine alternaba clases, trabajos y exámenes con sesiones de entrenamiento, siempre bajo la premisa de que el fútbol es una parte fundamental de su vida, pero no lo único. De hecho, hasta hace nada estaba estudiando para sacarse la ESO.
Ahora, en cambio, su realidad es muy diferente. Convertido en la estrella del Barça y viviendo a su aire, sale más y también hay más focos puestos en él.
