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La villa vasca que tiene enamorada a Anne Igartiburu está rodeada de palacios y cruceros

La presentadora de TVE tiene siempre muy presente sus raíces y, por eso, cada vez que puede se escapa al País Vasco

La villa vasca que tiene enamorada a Anne Igartiburu está rodeada de palacios y cruceros

Anne Igartiburu, en una imagen de archivo. | Gtres

Anne Igartiburu, aunque hace mucho tiempo que tuvo que mudarse hasta Madrid por cuestiones profesionales, siempre vuelve al País Vasco. Concretamente, a la localidad que le vio crecer, en la provincia de Vizcaya, donde pasó los mejores años de su infancia y de su adolescencia. Para ella, este lugar no es únicamente un lugar en el mapa: es el espacio que moldeó su identidad, la cuna de su familia y un punto de referencia constante a lo largo de su vida personal y profesional. Aunque con el tiempo se trasladó a otras ciudades —primero por formación y después por su carrera televisiva—, nunca ha perdido el vínculo emocional con su pueblo.

Y es que, siempre que tiene un momento libre, la presentadora de TVE viaja hasta Elorrio, que, tradicionalmente, siempre ha tenido un entorno tranquilo, rodeado de naturaleza y con mucho patrimonio histórico. Todo esto ha influido en la forma en la que Anne percibe sus raíces. En numerosas entrevistas, cuando se le pregunta por sus orígenes, suele destacar la importancia de haber crecido en un entorno pequeño, cercano y profundamente ligado a las costumbres vascas. Esa mezcla de tradición, comunidad y paisaje define en buena medida el ambiente en el que se formó su carácter y al que continúa regresando.

Las raíces vascas de Anne Igartiburu

Para Igartiburu, la conexión con Elorrio no se limita a la nostalgia. A lo largo de su carrera, marcada por la exposición pública constante, ha manifestado que volver a su pueblo le permite recuperar la serenidad y la intimidad que su profesión muchas veces dificulta. Elorrio funciona para ella como un refugio emocional; es un lugar donde puede estar con los suyos, caminar sin prisa, reconectar con su idioma y con sus raíces culturales, y recordar el hogar en el sentido más profundo de la palabra.

Además de ese componente sentimental, su vínculo con Elorrio tiene también una dimensión simbólica: representa la base sobre la que se sostiene su identidad, la historia familiar que la acompaña y la tierra que sigue sintiéndose parte de quién es hoy. Aunque sus compromisos laborales la mantengan lejos gran parte del tiempo, el pueblo conserva un papel central en su vida; regresar supone reencontrarse con una parte esencial de sí misma, aquella que permanece inalterable pese a los cambios y la notoriedad.

Elorrio es un municipio del sureste de Vizcaya, situado en un enclave rodeado de montes y de un paisaje típicamente vasco. Su entorno natural es uno de sus mayores atractivos: colinas verdes, bosques frondosos y senderos que conectan caseríos y barrios rurales. El monte Udalaitz, visible desde gran parte del valle, actúa como una referencia visual que enmarca la localidad y refuerza su carácter montañoso y sereno.

Elorrio, el pueblo que le ha robado el corazón

Elorrio, uno de los municipios más bonitos del País Vasco. | Elorrio Turismo

El casco urbano de Elorrio destaca por su patrimonio histórico. Las calles del centro están repletas de palacios, casas solariegas y edificios blasonados que reflejan la importancia que tuvo la villa en siglos pasados. El ayuntamiento, las casas nobles y varios palacetes de piedra conforman un trazado elegante y bien conservado. En el corazón del pueblo se alza también la basílica de la Purísima Concepción, uno de sus edificios más representativos.

A las afueras, el municipio es conocido por la presencia de numerosos cruceros y elementos de piedra dispersos por caminos y encrucijadas. Estos cruceros, algunos de ellos de gran valor artístico, constituyen un sello de identidad de Elorrio y forman parte de rutas muy apreciadas por los visitantes y por quienes viven allí. Este patrimonio exterior, integrado en el paisaje, muestra la convivencia entre historia, tradición y entorno natural. Además de su valor arquitectónico y paisajístico, Elorrio conserva una vida local tranquila y cercana. Sus plazas y calles principales mantienen un ritmo pausado, con comercios de proximidad, cafés y espacios donde los vecinos se encuentran habitualmente. La cultura vasca está muy presente en el día a día, tanto en el uso del euskera como en sus celebraciones y costumbres.

Un pueblo que combina belleza natural, riqueza histórica y autenticidad

Los alrededores de Elorrio. | Elorrio Turismo

En conjunto, Elorrio es un pueblo que combina belleza natural, riqueza histórica y autenticidad. Su mezcla de patrimonio, tradición y paisaje lo convierte en un lugar con un carácter muy definido, apreciado tanto por quienes lo visitan como por quienes lo consideran su hogar. Como decíamos, Elorrio es un municipio del sureste de Vizcaya, situado en la comarca de Durangaldea, muy cerca de los límites con Guipúzcoa y Álava. Se encuentra en un valle rodeado de montañas como Udalaitz y Anboto, y atravesado por el río Zumelegi. Con una extensión de unos 37,4 km² y una población cercana a los 7.400 habitantes, Elorrio combina un entorno natural de gran belleza con la tranquilidad de un pueblo pequeño, lo que le confiere un carácter acogedor y sereno.

La historia de Elorrio se remonta a épocas muy antiguas, con restos de poblamiento neolítico y visigodo. La villa fue oficialmente fundada en 1356 por el señor de Vizcaya, Don Tello, sobre terrenos de la antigua anteiglesia de San Agustín de Etxebarría. A lo largo de los siglos XVI y XVII, Elorrio vivió su época de esplendor gracias al comercio del hierro y la fabricación de armas, así como al intercambio con las colonias americanas. Esta bonanza económica dejó un legado arquitectónico notable, visible todavía en sus palacios, casas solariegas y edificios blasonados.

Su casco histórico es conjunto histórico-artístico

El casco histórico de Elorrio, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1964, destaca por sus calles empedradas y su arquitectura señorial. La plaza central, Gernikako Arbola, alberga el Ayuntamiento y la Basílica de la Purísima Concepción, mientras que la única puerta que se conserva del antiguo recinto amurallado, la puerta de Don Tello, recuerda la importancia defensiva de la villa en épocas pasadas. Además, muchos edificios conservan escudos heráldicos y palacios barrocos que reflejan el auge económico de siglos anteriores.

El patrimonio y el sueldo de Anne Igartiburu.
Cada vez que puede, Igartiburu se escapa hasta la villa que la vio crecer. | Gtres

Fuera del casco urbano, Elorrio conserva patrimonio prehistórico y medieval, como la Necrópolis de Argiñeta, formada por tumbas y estelas de piedra que datan de los siglos VII a IX. Este conjunto funerario es uno de los testimonios más antiguos de ocupación cristiana en Bizkaia y permite conocer la historia y las costumbres de sus primeros habitantes. La vida local de Elorrio mantiene un ritmo tranquilo y cercano. Sus plazas y calles principales cuentan con comercios de proximidad y cafés donde los vecinos se reúnen habitualmente. La cultura vasca está muy presente, tanto en el uso del euskera como en la celebración de sus fiestas tradicionales. Entre ellas destacan la Ferixa Nausikoak, que se celebra el primer domingo de septiembre, y la fiesta de Errebonbilloak, en octubre, vinculada a acontecimientos históricos de la villa.

El entorno natural de Elorrio, con sus montes, bosques y praderas, se integra con el patrimonio histórico, creando un paisaje de gran atractivo. Esta combinación convierte a Elorrio en un lugar valorado tanto por quienes buscan contacto con la naturaleza como por quienes aprecian la historia y la arquitectura. En conjunto, el pueblo refleja la esencia del País Vasco: tradición, identidad, belleza natural y un arraigo que permanece vivo a lo largo del tiempo.

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