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El Emérito vuelve a demostrar su gran dominio del francés: lo aprendió y perfeccionó en Suiza

El rey Juan Carlos ha dado su última entrevista en televisión al canal France 3, donde ha demostrado que es bilingüe

El Emérito vuelve a demostrar su gran dominio del francés: lo aprendió y perfeccionó en Suiza

El rey Juan Carlos, en su entrevista. | RTVE

Esta misma semana, el rey Juan Carlos ha concedido una de sus primeras entrevistas en televisión. Lo ha hecho, además, en un canal francés y justamente una semana antes de que vean la luz sus memorias en nuestro país. De esta manera, esta entrevista se encuadra dentro de la única promoción que está haciendo el Emérito en relación a su libro, que ya se publicó, a principios del mes de noviembre en Francia, y donde hace un repaso por su vida, tanto personal como profesional. La entrevista, como decíamos, se ha producido en un canal francés por la conexión de su biógrafa, Laurence Debray, con su tierra y en un idioma en el que el Emérito se desenvuelve a la perfección, como él mismo ha demostrado.

Lo cierto es que el rey Juan Carlos pasó una gran parte de su vida en Portugal, donde recibió una educación internacional. Luego, pasó por Suiza, donde perfeccionó su nivel de francés. Desde muy joven, Juan Carlos I tuvo una educación marcada por la exigencia y la preparación para convertirse en jefe de Estado. Como era habitual en la realeza europea, dominar idiomas extranjeros era considerado esencial para su formación. Entre ellos, el francés ocupaba un lugar destacado, no solo por su importancia diplomática, sino también porque era la lengua de la alta diplomacia y de la comunicación con otras casas reales europeas. Su aprendizaje comenzó durante la infancia, bajo la supervisión de tutores privados contratados por la familia, que le inculcaron disciplina y práctica constante.

El Emérito ha demostrado su dominio del francés en su entrevista con France 3

El rey Juan Carlos ha demostrado que sabe francés a la perfección. | TV France

El Rey recibió clases particulares de francés que combinaban gramática, lectura y conversación. Estos tutores, en muchos casos nativos o muy especializados, tenían la tarea de familiarizarlo con expresiones formales y el lenguaje diplomático, no solo con la lengua coloquial. Además, Juan Carlos tuvo la oportunidad de pasar temporadas en el extranjero, sobre todo en Francia y otros países francófonos, lo que le permitió practicar la lengua en contextos reales y reforzar su fluidez oral. Estas experiencias resultaron fundamentales, ya que combinaban la teoría con la práctica y la inmersión cultural.

El aprendizaje del francés no se limitó a las clases; Juan Carlos también se educó leyendo literatura francesa, correspondencia diplomática y textos históricos en ese idioma. La lectura de autores clásicos y contemporáneos le permitió ampliar vocabulario y familiarizarse con estructuras complejas del idioma. Asimismo, la música y las actividades culturales en francés formaban parte de su formación, reforzando la comprensión auditiva y la pronunciación. La correspondencia en francés con miembros de otras casas reales y diplomáticos era otro método práctico que le ayudó a consolidar sus habilidades lingüísticas.

El rey Juan Carlos estudió entre Francia y Suiza

Gracias a esta educación completa y meticulosa, Juan Carlos desarrolló un francés fluido y adecuado para contextos diplomáticos y oficiales. No solo podía mantener conversaciones cotidianas, sino también participar en negociaciones y actos protocolarios internacionales. El aprendizaje del francés se convirtió, así, en una herramienta estratégica para su papel futuro como rey de España, facilitando relaciones internacionales y proyectando una imagen de preparación, cultura y cosmopolitismo. Durante parte de su juventud, además, estudió en el Liceo Francés de Lausana, un centro reconocido por su alto nivel académico y su enseñanza intensiva de idiomas. Allí no solo perfeccionó su francés, sino que también tuvo contacto con otros idiomas europeos y recibió una formación cosmopolita que reforzaba su educación como futuro rey.

Su estancia en el país europeo hizo que pudiera practicar francés de forma continuada, tanto en clase como en la vida cotidiana junto a sus compañeros. Además, también hizo que se familiarizara con una cultura diferente, lo que hizo que se ampliara su perspectiva internacional. De la misma forma, aprendió modales, protocolos y expresión oral, que le serían útiles a la hora de emprender su vida diplomática. Esta experiencia suiza se combinó con sus clases privadas y con estancias en Francia, consolidando un dominio del francés que sería esencial para su papel en la diplomacia y los actos internacionales.

En los últimos tiempos, además, el rey Juan Carlos ha hecho varios viajes a Suiza, donde mantiene contacto con sus amigos de la época y, sobre todo, para aprovechar el momento y visitar a su hija, la infanta Cristina, quien reside en Ginebra desde hace años. Es por eso que, a pesar de que sus viajes a Francia ya no son frecuentes, sí que sigue practicando uno de los idiomas que aprendió desde joven. Esto ha servido, sin ninguna duda, para desenvolverse perfectamente en francés en una entrevista en la que ha hablado de distintos temas sensibles que aborda en su libro como su relación con Franco, con su hijo Felipe y hasta si se ha planteado o no volver a España tras su estancia larga en Abu Dabi.

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