El pintoresco pueblo donde vive Jesús Calleja en León es remoto y tiene una fuerte tradición
El presentador sigue residiendo en el pueblo que le vio crecer en Castilla y León y que pertenece a la España vaciada

Jesús Calleja, en una imagen de archivo. | Gtres
Jesús Calleja ha viajado por medio mundo. Tanto solo —exponiéndose a experiencias increíbles— como junto a famosos, el presentador de Cuatro se ha convertido en uno de los rostros más conocidos en nuestro país y que, sobre todo, ha visitado lugares fascinantes. Aún así, el leonés siempre tiene en la boca sus raíces, que han sido las que le han marcado desde que tiene uso de razón. Es por eso que, a pesar de su fama, Calleja se ha resistido a abandonar León y sigue residiendo en la población que le vio crecer y, sobre todo, convertirse en una persona de referencia en el mundo de las experiencias extremas.
Jesús Calleja ha convertido Golpejar de la Sobarriba, un pequeño pueblo de la provincia de León, en su hogar definitivo y en el epicentro de su vida más íntima. Se trata de una aldea diminuta, perteneciente al municipio de Valdefresno, que apenas supera los pocos cientos de habitantes. Su tamaño reducido y su carácter rural lo convierten en un lugar silencioso, apartado y profundamente ligado al paisaje natural de La Sobarriba, una zona de suaves colinas, campos abiertos y caminos tradicionales. Pese a su tranquilidad, está situada a escasos minutos de la ciudad de León, lo que ofrece un equilibrio perfecto entre aislamiento y comodidad.
El pueblo de León donde se crio Jesús Calleja
Golpejar tiene el encanto austero de los pueblos castellano-leoneses con calles sencillas, casas de piedra, una iglesia parroquial que actúa como centro del caserío y una vida vecinal discreta, donde todos se conocen y donde el tiempo parece discurrir a otro ritmo. Esa calma, unida a la amplitud de su entorno natural, fue una de las razones por las que Calleja eligió este lugar para instalarse después de una vida entera viajando por el mundo.
Fue ahí donde Calleja compró una parcela de unos 15.000 metros cuadrados, una extensión que le permite vivir rodeado de tranquilidad, vegetación y privacidad. En ella se levanta un chalet de unos 400 metros cuadrados distribuidos en tres plantas. La casa, moderna y acogedora, combina espacios amplios con guiños a sus viajes: piezas decorativas de inspiración oriental, ventanales que se abren al paisaje y zonas pensadas para el descanso después de expediciones exigentes. Como ya contamos en THE OBJECTIVE, su finca es mucho más que una vivienda.

Funciona como una especie de «campamento base» personal. Allí cuenta con un helipuerto privado y un pequeño hangar donde guarda su helicóptero, una herramienta fundamental para su trabajo y para sus desplazamientos. También dispone de zonas de jardín muy extensas, áreas de almacenamiento para material de aventura, garajes y talleres donde prepara expediciones o revisa equipos. Vivir en un espacio tan amplio le permite una libertad total: puede entrenar, planear rutas, grabar contenido, recibir visitas o simplemente pasear sin salir de su propia propiedad.
De esta manera, el día a día de Jesús está marcado por la naturaleza. Le gusta madrugar, salir a caminar por los senderos cercanos y disfrutar del silencio que ofrece la comarca. Las vistas abiertas, el aire puro y la ausencia total de ruido urbano encajan a la perfección con su espíritu aventurero, acostumbrado a montañas, bosques, desiertos y cordilleras de medio mundo. En el pueblo vive sin pretensiones: charla con vecinos, hace vida normal cuando está en casa y se mueve con naturalidad por la zona, donde es una figura conocida pero integrada. La proximidad a León le permite tener todos los servicios a mano, pero sin renunciar a la esencia rural que él mismo ha defendido en numerosas ocasiones: la importancia de cuidar los pueblos, del contacto con la tierra y de no perder la conexión con las raíces.
Golpejar de la Sobarriba, un pintoresco pueblo de la España vaciada
Golpejar de la Sobarriba es un pequeño y pintoresco pueblo situado en la provincia de León, dentro del municipio de Valdefresno, en la comarca de La Sobarriba. Ubicado sobre un cerro, entre suaves colinas y páramos, el pueblo ofrece un paisaje típico castellano-leonés, con campos abiertos, ríos cercanos y un aire limpio que caracteriza a la meseta. A pesar de su aislamiento relativo, Golpejar se encuentra a pocos kilómetros de la ciudad de León, lo que permite a sus habitantes disfrutar de la tranquilidad rural sin renunciar a la cercanía de servicios urbanos.

Con una población que ronda los 400 habitantes, Golpejar mantiene la esencia de los pequeños núcleos rurales: calles estrechas y sencillas, casas de piedra, y una iglesia parroquial que actúa como centro de la vida comunitaria. El pueblo pertenece históricamente a la comarca de La Sobarriba, una zona elevada sobre los ríos Porma y Torío, cuyo nombre refleja su situación «sobre las riberas». Los documentos históricos sugieren que estas tierras han estado habitadas desde la época medieval, con raíces profundas en la organización rural y la tradición agrícola de la región.
El nombre «Golpejar» tiene origen en el latín vŭlpēculare, derivado de vŭlpes —«zorro»—, lo que podría hacer referencia a la presencia de fauna salvaje en la zona o a características del terreno. El añadido «de la Sobarriba» identifica su pertenencia a la comarca y su ubicación en un paisaje elevado, lleno de colinas y páramos. Hoy, Golpejar ofrece un estilo de vida pausado y auténtico. Sus vecinos mantienen un fuerte sentido de comunidad, característico de los pueblos pequeños, donde todos se conocen y la vida transcurre en contacto con la naturaleza. Los campos, las colinas y los caminos rurales conforman un entorno ideal para quienes buscan tranquilidad y proximidad al paisaje. La vida en Golpejar combina la calma del mundo rural con la comodidad de estar cerca de León, permitiendo mantener una rutina equilibrada entre la tradición y la modernidad.
El pueblo representa un ejemplo de la España vaciada que aún conserva su historia, su identidad y su autenticidad. Para quienes valoran la naturaleza, la vida sencilla y la comunidad, Golpejar de la Sobarriba es un lugar privilegiado, donde el tiempo parece transcurrir más despacio y el entorno natural sigue siendo protagonista.
