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La bonita villa gallega donde Javier Rey pasó su infancia y que conserva su esencia medieval

El actor, que se hizo conocido gracias a ‘Velvet’, nació en una pequeña localidad costera de La Coruña

La bonita villa gallega donde Javier Rey pasó su infancia y que conserva su esencia medieval

Javier Rey, en una imagen de archivo. | Gtres

A pesar de que Javier Rey abandonó su Galicia natal hace tiempo, el actor nunca se ha olvidado de sus raíces. Es por eso que, cada vez que puede, viaja de vuelta a su tierra, que le vio crecer y, sobre todo, formarse. Javier nació en el seno de una familia humilde; su padre era capitán en un barco pesquero, algo muy común en los pueblos de la cosa gallega, y un trabajo especialmente sacrificado. Durante su infancia, Javier siempre quiso dedicarse al deporte profesional, sobre todo al ciclismo. Aún así, sus planes quedaron a un lado cuando decidió matricularse en un instituto para formarse como Técnico de Laboratorio, ya que, en ese momento, su deseo de ser actor estaba muy alejado de la realidad que vivía; estaba estudiando para ser enfermero.

Su carrera comenzó en series televisivas y obras teatrales de pequeña y mediana envergadura, lo que le permitió desarrollar un estilo natural y cercano que poco a poco fue ganando la atención de directores y productores. Su primer gran reconocimiento llegó gracias a su participación en la serie Fariña (2018), basada en hechos reales sobre el narcotráfico gallego, donde su interpretación del personaje central le valió elogios de crítica y público, consolidándolo como uno de los actores españoles más prometedores de su generación.

Javier Rey abandonó Galicia para dar el salto a la televisión

El casco histórico de Noya. | Noia Turismo

A partir de entonces, Javier Rey ha combinado proyectos televisivos y cinematográficos, destacando por su capacidad de interpretar papeles diversos: desde dramas intensos hasta comedias y thrillers. Entre sus trabajos más conocidos se encuentran Velvet, donde interpretó un papel relevante en la serie de época, y varias películas españolas que han tenido presencia en festivales nacionales e internacionales. Su interpretación se caracteriza por una gran expresividad y un dominio de matices que le permite conectar con el público de manera intensa y convincente.

Cuando ya se lanzó al mundo profesional de la actuación, Javier tuvo que abandonar su localidad natal, Noya, una villa del municipio de La Coruña. Se encuentra estratégicamente ubicada en la parte interior de la ría de Muros y Noya, lo que le ha otorgado, a lo largo de los siglos, una posición privilegiada tanto para el comercio como para la pesca y el marisqueo. Su territorio abarca unos 37 kilómetros cuadrados y combina un núcleo urbano central con numerosas parroquias y aldeas rurales, donde viven alrededor de 14.000 habitantes.

Noya, una bonita villa marinera y de pasado medieval

La historia de Noya se remonta a tiempos antiguos, aunque su origen exacto se mezcla con la leyenda. Según la tradición oral, su fundación está vinculada a la figura bíblica de Noé, quien, tras el diluvio, habría llegado a estas tierras y bautizado la zona como «Noega» o «Noela». Este mito legendario ha quedado reflejado en el escudo de la villa, simbolizando sus raíces históricas y su conexión con la tradición. Más allá de la leyenda, Noia se consolidó durante la Edad Media como un importante puerto comercial y marinero, gracias a su acceso a la ría y al mar, lo que favoreció la llegada de comerciantes, peregrinos y artesanos.

Los alrededores de Noya. | Noia Turismo

Durante siglos, la economía de Noia giró en torno al mar. La pesca y el marisqueo han sido siempre actividades fundamentales, especialmente la captura de almejas, berberechos y otros bivalvos característicos de la ría. Además, la villa destacó en épocas antiguas por oficios artesanales como el curtido de pieles y la zapatería, lo que consolidó su reputación como un centro económico activo dentro de la comarca. Con el tiempo, la economía se ha diversificado, incorporando el comercio y el turismo como pilares fundamentales.

El casco histórico de Noya conserva su carácter medieval, con calles estrechas y empedradas, construcciones de piedra y plazas tradicionales que reflejan su pasado. Iglesias antiguas y edificaciones señoriales se mezclan con casas típicas gallegas, ofreciendo un paisaje urbano que mantiene el encanto de una villa costera histórica. La preservación de este patrimonio hace que Noia sea un destino atractivo para quienes buscan cultura, historia y tradición en un entorno natural y costero. A lo largo de los años, Noia también ha sabido adaptarse al presente sin perder su identidad. La vida cotidiana combina actividades tradicionales, como la pesca y el marisqueo, con los servicios modernos y el comercio local. La villa ofrece además atractivos naturales y turísticos: playas cercanas, paseos por la ría, y una conexión directa con la naturaleza que rodea la comarca. Esta combinación de historia, cultura y entorno natural convierte a Noia en un ejemplo de villa gallega donde pasado y presente conviven en armonía.

Vida marinera, historia y mucha tranquilidad en Galicia

En la actualidad, Noya es un municipio que atrae tanto a residentes como a visitantes interesados en la vida marinera, la historia y la tranquilidad de Galicia. Su población, aunque modesta, mantiene viva la tradición local, participando en festivales, ferias y actividades culturales que reflejan su identidad histórica. La villa representa, así, un microcosmos de la Galicia histórica llena de tradición, mar, patrimonio y comunidad que se entrelazan para ofrecer un espacio único en el noroeste de España.

Aunque su carrera profesional le ha llevado a trabajar en Madrid y en rodajes por toda España, Noya, villa histórica de la provincia de A Coruña, representa uno de los lugares donde ha pasado temporadas importantes por motivos familiares y profesionales, vinculándose con la vida local y con la cultura gallega que le ha influido desde joven. En Noya, Javier Rey ha encontrado un entorno tranquilo y auténtico, ideal para equilibrar la intensidad de su trabajo como actor con la vida personal. La villa, con su casco histórico medieval, calles empedradas y ría pintoresca, ofrece un escenario cercano a sus raíces gallegas y un espacio para la reflexión y el descanso entre rodajes. Su estancia en la zona ha sido valorada tanto por él como por los vecinos, que reconocen en Rey a un artista cercano y afable, interesado en la historia y la cultura local.

Durante su tiempo en Noya, se sabe que Javier Rey ha disfrutado del contacto con la naturaleza, paseando por la ría de Muros y Noia y participando de manera discreta en eventos culturales o locales, siempre manteniendo un perfil reservado. La villa le ha proporcionado un espacio donde conservar su intimidad mientras se mantiene conectado con la tierra que lo formó, lejos del bullicio mediático de la televisión y el cine. Su vínculo con Noia no se limita a lo personal: algunos de sus proyectos artísticos han encontrado inspiración en la paisajística y la tradición gallega, utilizando la riqueza cultural y natural de la región como telón de fondo o referencia para su trabajo interpretativo. Esta relación refleja cómo, para Javier Rey, la Galicia más auténtica sigue siendo un punto de conexión con sus raíces, fuente de calma y de creatividad en medio de una carrera profesional exigente.

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