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El restaurante de la familia Verdasco donde se come el mejor cocido de Madrid por 24 euros

La hermana del tenista junto a su familia dirigen La Rayúa, uno de los locales castizos más conocidos de la ciudad

El restaurante de la familia Verdasco donde se come el mejor cocido de Madrid por 24 euros

Fernando Verdasco junto a su mujer, Ana Boyer. | Gtres

El cocido es uno de esos platos que, cuando llega un poco de frío, es de lo que más apetece. Y es que esa mezcla de sopa calentita, con sus fideos, la verdura, los garbanzos y el acompañamiento de carne hacen las delicias de muchas personas. Aunque a priori parece un plato sencillo, lo cierto es que tiene su truco y no en todos los restaurantes lo hacen igual. Es más, hay varios locales en Madrid que son conocidos por realizar esta preparación, por su precio ajustado y, sobre todo, por la calidad de sus productos, como es el caso de La Rayúa, que pertenece a la familia de Fernando Verdasco y en el que lleva las riendas su hermana Sara.

La historia del restaurante de cocido de la familia Verdasco es, ante todo, la historia de un legado madrileño que se remonta a más de siglo y medio. Todo comienza en 1870, cuando Cándida Santos, conocida como La Rayúa, instauró una forma particular de preparar el cocido madrileño: lentamente, en pucheros individuales de barro, colocados sobre carbón de encina, respetando los tiempos y la esencia del guiso tradicional. Aquel método, que nació en una humilde cocina castiza, se convirtió con el tiempo en la seña de identidad de uno de los linajes hosteleros más emblemáticos de Madrid.

El restaurante de cocido de la familia de Verdasco en Madrid

Ese legado, transmitido de generación en generación, ha llegado hasta hoy a través del restaurante La Rayúa, gestionado por la familia Verdasco y, en la actualidad, coordinado en gran medida por Sara Verdasco, hermana del tenista Fernando Verdasco. Ella creció literalmente «entre fogones», viendo a su familia mantener viva una tradición que nunca se ha dejado de practicar, y que hoy sigue siendo uno de los pilares de la gastronomía castiza.

Ana Boyer Sara Verdasco maternidad
Sara Verdasco y Juan Carmona se casaron el 10 de junio de 2016 y ahora tienen tres hijas. | Europa Press

En La Rayúa, el cocido continúa elaborándose como hace más de 150 años; se prepara por fases, con una cocción lenta que potencia los sabores y que permite servirlo en los clásicos vuelcos. Primero el caldo limpio con fideos; después, los garbanzos, las verduras y las carnes —morcillo, tocino, chorizo y morcilla— servidos generosamente. El ritual no solo conserva la técnica original, sino que también transmite una forma de entender la cocina como respeto, paciencia y autenticidad.

A pesar de su profundo arraigo en la tradición, el restaurante ha sabido incorporar toques modernos sin renunciar a su esencia. Uno de los ejemplos más llamativos es su pizza de ropa vieja, una versión creativa que utiliza las carnes desmigadas del cocido con garbanzos crujientes y salsa casera, una prueba de que la herencia culinaria puede evolucionar sin perder su identidad. La Rayúa es hoy uno de los restaurantes de cocido más reconocidos de Madrid. En los momentos de mayor afluencia pueden llegar a preparar más de un centenar de pucheros diarios, y su popularidad ha llevado a la familia a plantearse incluso la apertura de nuevos espacios. Aun así, el ambiente sigue siendo cercano, familiar y fiel a ese espíritu que nació hace siglo y medio.

Menos de 24 euros, puchero de barro y dos vuelcos

La Rayúa es un restaurante con identidad clara; revive la tradición del cocido madrileño que la familia Verdasco cultiva desde 1870. Su carta y su formato recuperan la cocina clásica: cocido en puchero de barro individual, cocinado a fuego lento sobre carbón de encina, y servido en dos vuelcos — primero el caldo con fideos y luego garbanzos, carnes y acompañamientos. El local combina ese sabor tradicional con un ambiente moderno, acogedor y desenfadado. Su decoración suele describirse como cuidada, con detalles rústicos que recuerdan las tabernas clásicas, lo que crea un espacio ideal para disfrutar sin apariencias, con comida casera y en un entorno cómodo. 

Además del cocido tradicional, La Rayúa incorpora platos creativos derivados del guiso clásico: por ejemplo una pizza de ropa vieja —con las carnes del cocido desmigadas, garbanzos fritos y salsa, sobre masa de pizza—, lo que demuestra que mantienen la tradición pero sin miedo a innovar. También ofrecen variedad: arroces, carnes, tapas, entrantes — algo que permite ir tanto para un cocido completo como para una cena ligera o informal. Si hablamos de su precio, el cocido madrileño vale casi 24 euros, mientras que la pizza ronda los 13 €, y como otras alternativas a platos tradicionales ofrecen ropa vieja con garbanzos fritos, arroces, etc. En general, el ticket medio ronda los 25-40 euros. Muchos destacan la calidad del cocido por su sabor auténtico, generosidad en las raciones y respeto por la tradición. «Cocido clásico, abundante, servido con cariño» —es una frase frecuente en reseñas—.

El servicio y la atención suelen recibir elogios: camareros atentos, servicio cálido, buen trato. El ambiente: local agradable, decorado con cierto gusto tradicional/rústico, ideal para comidas de domingo o reuniones familiares sin pretensiones. La relación calidad-precio suele considerarse adecuada. Muchos coinciden en que por lo que ofrecen —un cocido auténtico, bien servido, con postre y bebida— el coste merece la pena. También valoran la versatilidad: aunque su fuerte es el cocido, el resto de la carta permite ir cualquier día sin que haya que comprometerse a un menú pesado. 

Los negocios de la familia Verdasco

Fernando Verdasco y Ana Boyer, en un evento en 2024. | Europa Press

La familia Verdasco, más allá de su popularidad por el tenista Fernando Verdasco, pertenece a uno de los linajes hosteleros más tradicionales de Madrid, una historia que se remonta a finales del siglo XIX y que ha pasado de generación en generación. Su nombre está ligado sobre todo a la cocina castiza y, en particular, al cocido madrileño. La tradición comienza alrededor de 1870 con la apertura de un pequeño establecimiento en el centro de Madrid que dio origen a una manera muy particular de preparar el cocido: en puchero individual de barro, cocinado durante horas a fuego lento. Con los años, ese método pasó a convertirse en la seña de identidad de la familia.

Hoy, como decíamos, el buque insignia de la familia es La Rayúa, un restaurante especializado en cocido madrileño que mantiene prácticamente intacta la receta original. Está gestionado por miembros de la familia Verdasco y se ha convertido en uno de los referentes actuales para quienes buscan un cocido tradicional, generoso y elaborado con técnicas de antaño. El negocio no solo preserva la tradición, sino que incorpora propuestas más actuales —como reinterpretaciones de la ropa vieja o platos creativos basados en el cocido— que han ayudado a atraer a un público diverso sin perder la esencia. A lo largo de su historia, la familia Verdasco ha estado relacionada con varios negocios de restauración en Madrid, algunos ya cerrados y otros transformados con el paso del tiempo. Aunque no todos se han mantenido, lo que sí ha perdurado es una forma de trabajar y un estilo culinario reconocible por varias generaciones de madrileños.

La hostelería ha sido siempre el terreno natural del clan; desde jóvenes, los hermanos Verdasco crecieron entre fogones, aprendiendo a gestionar restaurantes, proveedores y cocinas. Esa continuidad explica que hoy sigan ocupando un lugar sólido en el panorama gastronómico madrileño. En los últimos años, los miembros más jóvenes de la familia —como Sara Verdasco, muy involucrada en la gestión— han impulsado un modelo de negocio más moderno: imagen renovada, redes sociales, cartas adaptadas y capacidad para atraer público no solo local, sino también turístico. Esto ha permitido que La Rayúa compita con otros restaurantes tradicionales sin perder sus raíces.

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