Marta Ortega se reencuentra con su ex: el campeonato de hípica y el hijo que les unen
El jinete asturiano Sergio Álvarez Moya participa en la Copa del Mundo que pasa estos días por Casas Novas, en Arteixo

El jinete Sergio Álvarez Moya y Marta Ortega en 2021. | | Europa Press
Marta Ortega tiene una cita con su afición favorita este fin de semana. La presidenta no ejecutiva de Inditex ha demostrado desde que era una niña una pasión única por la hípica. Los caballos la han acompañado desde los 10 años, cuando conoció esta afición gracias a una amiga del colegio, hasta sus etapas de vida más recientes. Su padre, Amancio Ortega, ha fomentado esta afición, llegando a fundar un centro hípico en Arteixo en el año 2000 para que su hija pudiera recibir a los mejores montadores de todo el mundo cerca de casa. Años más tarde, Marta se casaría y divorciaría de uno de estos profesionales con el que tiene que seguir coincidiendo en las pistas.
Este fin de semana se vuelven a encontrar en Casas Novas, el centro hípico de la familia en Arteixo que cumple 25 años este 2025. Allí se celebra entre el 5 y el 7 de diciembre el circuito de la Copa del Mundo de salto de obstáculos. La familia Ortega, con el patriarca y su sucesora a la cabeza, participan cada año en la competición como los anfitriones que son. Hace años que la amazona no compite de forma profesional, pero sigue ligada a este su mundo como una espectadora apasionada. Estas figuras también estarán acompañadas de Carlos Torretta, el segundo marido de la gallega, y sus tres hijos.

El primer marido de Marta Ortega
Hablamos del jinete de salto Sergio Álvarez Moya, un asturiano de un año menos que ella, con quien pasó por primera vez por el altar. Se casaron el 18 de febrero de 2012 y durante más de dos años fueron la pareja más mediática de la sociedad gallega. Llegaron a tener en común su pasión por los caballos, algunos animales de competición y, llegado el momento, un hijo. El pequeño Amancio Jr. nació el 5 de marzo de 2013, convirtiéndose en el primer nieto del magnate textil por parte de su hija Marta. Su separación fue tan discreta como rápida, siguiendo una estrategia comunicativa que impresionó a la prensa.
Sergio y Marta vuelven a encontrarse 11 años después de su separación. El jinete participa este fin de semana en la competición que acoge la empresaria en su centro hípico. Competirá con el caballo Call me, bajo la atenta mirada de su exmujer y de los demás asistentes. Su presencia en el torneo supera lo personal, y es que es una de las apuestas fuertes de este año. Ya se proclamó campeón en la edición veraniega del año 2024 y en estos días podría revalidar su posición. Además, Casas Novas cuenta con unas de las mejores instalaciones en Europa, tales que en su primer año de apertura ya albergó su primer campeonato de saltos internacional.

La vida después de Sergio Álvarez Moya
La vida ha seguido avanzando tanto para Marta Ortega como para Sergio Álvarez Moya. Ella ha asumido un papel principal en la empresa de la familia y ha desarrollado sus proyectos propios, como la Fundación MOP y sus exposiciones fotográficas. En 2017 se volvió a casar, con Carlos Torretta, y junto a su marido ha tenido dos hijos más. Marta es madre de Matilda, de 5 años, y Manuel, que este mes cumple 2 años. Dejó de competir como amazona en septiembre de 2017, para dedicar más tiempo a sus facetas de madre y heredera de Inditex.
Con el paso del tiempo, las cámaras han podido capturar una relación cordial entre Marta y Sergio, al menos en público. No han faltado imágenes de los dos saludándose y compartiendo sus impresiones en los campeonatos en los que coinciden. También han coincidido en comidas, con Amancio Ortega y Carlos Torretta presentes, testigos de la amistad que se ha formado después del divorcio. Parte del mérito de esta estupenda dinámica se lo lleva el hijo que tienen en común, al que han cuidado de forma conjunta durante sus 12 años.
Las claves del divorcio: su hijo y el silencio
Los rumores de que su relación se había resentido ya corrían por la prensa a finales de 2014. Los protagonistas confirmaron su separación definitiva el 31 de diciembre de aquel año, con la ventaja de que es uno de los días que menos noticias se comparten y que el tema gozaría de cierta discreción. De la prensa de aquella época se recoge que el divorcio fue amistoso y de mutuo acuerdo, sin disputas públicas, lo que facilitó un proceso rápido, algo que se buscó activamente. Se estableció un régimen de custodia compartida para su hijo Amancio, con un calendario claro y flexible para las visitas, priorizando el bienestar del niño, como es habitual en estos casos.
La fortuna de los Ortega condicionó la faceta económica de esta separación. Su acuerdo de divorcio incluyó la liquidación de bienes comunes y la compensación económica para Sergio, manteniendo la confidencialidad sobre las cifras exactas, aunque se entendió favorable para ambos. La pareja evitó los focos mediáticos, manteniendo el proceso en privado, lo que se reflejó en la falta de detalles específicos en la prensa, más allá de confirmar el acuerdo. Marta tuvo que ceder a su exesposo los caballos que le prestó mientras estuvieron casados: Charmeur, los potros Durania K y Do It, y el famoso Carlo 273. De este último animal se dijo que valía entre 4 y 12 millones de euros, pues consiguió que Sergio se convirtiese en el mejor jinete español de la categoría de salto durante su matrimonio con Marta.
