El ambiente en el que se mueve Piru, la ‘abuela política’ de Almeida y más moderna de la jet set

A sus 90 años, Carmen Fernández de Araoz Marañón, más conocida como Piru Urquijo, no se pierde ninguno de los eventos que se celebran en los ambientes más exclusivos de Madrid. La abuela de Teresa Urquijo y, por ende, la abuela política del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, es una de esas personas que su edad no le limita. Hace unos días, la mujer se trasladó hasta el barrio de Salamanca para disfrutar de un exclusivo cocktail entre amigos donde la periodista colombiana y escritora, Verónica Durán, presentó su nueva vajilla. De nombre Manila, forma parte de la colección Eugenia & Sushita, la marca de Eugenia Martínez de Irujo y Sandra Segimón, como explican en ¡Hola!

La colección está inspirada en bordados con dibujos pequeños de la colección de mantones de Manila de Verónica. Así, Piru se reunió con varias amigas para celebrar un lanzamiento que, sin duda, no ha dejado a nadie indiferente. Piru Urquijo, cuyo nombre completo es Carmen Fernández de Araoz, nació el 2 de agosto de 1935. Proviene de una familia con gran abolengo: es nieta del célebre médico, científico e intelectual español Gregorio Marañón. Su padre, Alejandro Fernández de Araoz y de la Devesa, fue abogado del Estado, diputado y gobernador del Banco de España, y su madre era hija de Marañón. Desde joven recibió una educación de élite y se licenció en Filosofía y Letras, lo que la preparó para desenvolverse con soltura en círculos sociales, culturales e intelectuales.

Quién es Carmen Fernández de Araoz Marañón, Piru Urquijo

En julio de 1957, Piru contrajo matrimonio con Jaime Urquijo y Chacón, hijo del marqués de Amurrio. La boda se celebró en la iglesia de San Francisco el Grande en Madrid, y su abuelo Gregorio Marañón fue quien la condujo al altar. El banquete tuvo lugar en un chalé en La Moraleja y contó con la asistencia de destacados miembros de la aristocracia y la política de la época.

Piru y Jaime compartieron 62 años de matrimonio hasta la muerte de él en 2019. Tuvieron seis hijos: Juan, Cristina, Gonzalo, Lucas, Victoria y Pedro, y a lo largo de los años se consolidó una familia extensa con doce nietos y doce bisnietos. La familia enfrentó una tragedia importante con la muerte de su hijo mayor, Juan, en un accidente aéreo en París en 1995. A pesar de esta pérdida, Piru siguió siendo un pilar de unión familiar. Piru Urquijo es conocida por su elegancia, discreción y gusto por lo clásico. Vive en un elegante apartamento en el barrio de Salamanca durante el invierno y pasa los veranos en su finca Los Molinillos, en Navalagamella, propiedad de la familia desde 1939. La finca combina un estilo campestre con antigüedades y elementos de colección, restaurados tras los daños de la Guerra Civil.

Se casó con Jaime Urquijo y Dalí fue su amigo

Su casa en Madrid se convirtió en un punto de encuentro para aristócratas, miembros de la realeza y figuras destacadas del arte y la cultura. A lo largo de su vida cultivó amistades con personalidades como Salvador Dalí, Gala, el torero Luis Miguel Dominguín y el escritor británico Robert Graves. Su presencia y saber estar la convirtieron en una de las grandes damas de la sociedad española, destacando por su elegancia y refinamiento. En 2025, Piru celebró sus 90 años con una fiesta familiar discreta, pero cuidada, que incluyó ilustraciones de perdices en la invitación y un catering especial —y también confirmó la ruptura de Irene Urdangarin con Juan Urquijo—. Pidió que, en lugar de regalos, se donara a una fundación que ayuda a niños con cáncer. A pesar de su edad, sigue manteniendo protagonismo social, participa en actos y recibe amistades importantes, conservando su influencia en la aristocracia y la alta sociedad.

Su legado se refleja tanto en su familia, que continúa consolidándose en círculos sociales y empresariales, como en la manera en que ha sabido transmitir valores de unión familiar, gusto por la cultura y apego a la tradición. Sin duda alguna, la mujer representa un puente entre la aristocracia tradicional y la España moderna. Su vida combina tradición, cultura, cosmopolitismo y adaptabilidad. Ha sabido mantener un clan familiar unido pese a las tragedias y su estilo de vida refleja discreción, elegancia y apertura al mundo. Como testigo viviente de varias generaciones, Piru sigue siendo un referente social y cultural en España, encarnando la figura de la «gran dama» de la alta sociedad madrileña.

Sin duda alguna, Piru forma parte de la aristocracia histórica española. Por nacimiento y matrimonio, pertenece a familias con gran abolengo, como los Fernández de Araoz, los Marañón y los Urquijo. Esto la conecta con marqueses, condes y duques que participan en recepciones, celebraciones familiares y eventos privados donde se valoran tanto el linaje como la afinidad cultural y los proyectos patrimoniales compartidos. Además, mantiene una relación cercana con la realeza española. Ha recibido en sus casas a los reyes eméritos y a otros miembros de la familia real en encuentros privados y celebraciones familiares. Estos círculos combinan protocolo, elegancia y confianza personal, reflejando tanto respeto por las formas como cercanía emocional.

Varias fincas y eventos sociales

Es más, han sido varias las ocasiones en las que hemos podido ver a la mujer en compañía de la Familia Real, sobre todo con el rey Juan Carlos y la reina Sofía, con quienes coincidió en la boda de su nieta, Teresa, y el alcalde de Madrid. Piru también es conocida por sus vínculos con el mundo del arte y la cultura. A lo largo de su vida, ha cultivado amistades con artistas y escritores, tanto nacionales como internacionales, y ha compartido su entorno con figuras como Salvador Dalí, Gala y el escritor Robert Graves. También ha mantenido relaciones con toreros y personajes del espectáculo, integrando sensibilidad artística y cosmopolitismo en su vida social.

Por otra parte, gracias a su familia y su matrimonio, se relaciona con empresarios y propietarios de grandes patrimonios. Participa en actos de mecenazgo, fundaciones culturales y eventos que combinan networking con filantropía. Estos círculos se caracterizan por la discreción, la confianza y la reputación familiar como valor central. Y es que la mujer cuenta con varias fincas y propiedades distribuidas por toda la Península. Probablemente la más especial es la de Valdemorillo, como ya contamos en THE OBJECTIVE, y que alquila para eventos especiales. Es más, si echamos un vistazo a la presencia de la finca en las redes sociales, nos damos cuenta que muchas de las personas que disfrutan de este espacio, también comparten imágenes junto a Piru, quien parece ser que no se pierde ni un solo evento.