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La decoración de Navidad del Palacio Real que enamora a los Reyes es majestuosa y cálida

Hace unos días, Felipe y Letizia estrenaron la nueva decoración del palacio en un acto junto al presidente de Alemania

La decoración de Navidad del Palacio Real que enamora a los Reyes es majestuosa y cálida

Los Reyes, junto a sus hijas, en la felicitación navideña. | Gtres

La Navidad ya ha llegado al Palacio Real. Desde hace unos días, este icónico edificio de Madrid ya se ha vestido con sus mejores galas para celebrar uno de los momentos más esperados del año. Y es que fueron los Reyes, quienes, hace unas jornadas, estrenaron cada uno de los rincones del palacio en la visita de Estado del presidente alemán. Juntos pasearon por el Belén del príncipe o el impresionante árbol que decora el hall de entrada y que, con el paso del tiempo, se ha convertido en una de las insignias de este espacio durante las festividades.

Como decíamos, cada año, la Navidad transforma el Palacio Real de Madrid en un escenario de historia, arte y tradición. La decoración navideña combina solemnidad y calidez, ofreciendo una experiencia única que respeta la grandeza del edificio y su valor patrimonial, al mismo tiempo que envuelve a los visitantes en el espíritu festivo. Uno de los elementos más llamativos de la Navidad en el palacio es el gran árbol de Navidad, colocado en uno de los salones principales, normalmente junto al vestíbulo de acceso. Este árbol se adorna con luces cálidas, esferas doradas y rojas y detalles clásicos que armonizan con la decoración histórica del palacio.

La decoración del Palacio Real por Navidad, rincón a rincón

El árbol de Navidad del Palacio Real. | Gtres

A su alrededor, el vestíbulo se completa con guirnaldas colgantes en fachadas y balcones, que combinan tonalidades verdes y doradas, y una majestuosa corona navideña con lazo rojo, suspendida sobre uno de los arcos de entrada, que da la bienvenida a quienes visitan el recorrido festivo. Todo está diseñado para transmitir un ambiente elegante y acogedor, evitando la sobrecarga visual de luces y elementos modernos que no encajarían con la solemnidad del lugar. El Belén del príncipe es quizá el símbolo más emblemático de la Navidad en el Palacio Real. Con más de 200 figuras, combina la tradición napolitana, genovesa y española, recreando un pueblo completo con mercados, casas, tabernas y paisajes urbanos y rurales. Cada escena está cuidada al detalle, ofreciendo una visión artística y histórica de la vida cotidiana en épocas pasadas.

En algunas ediciones recientes, se han añadido elementos conmemorativos, como reproducciones de fuentes y laberintos del Real Sitio de La Granja de San Ildefonso, celebrando aniversarios y acontecimientos históricos relevantes. El resultado es un belén que no solo es visualmente impresionante, sino también cultural y patrimonialmente significativo. A diferencia de otras decoraciones navideñas urbanas, el Palacio Real apuesta por la sobriedad y la elegancia clásica. La decoración se centra en el simbolismo y la tradición, manteniendo un ambiente festivo pero sereno. Se busca que cada adorno y cada luz se integren armoniosamente con los salones, muebles y obras de arte, respetando el valor histórico del edificio y potenciando su majestuosidad.

El Belén del príncipe y un espectacular árbol

Este enfoque convierte la visita navideña en una experiencia estética y emocional, donde la luz, el color y la composición se combinan para crear un ambiente cálido y acogedor, pero también majestuoso y solemne. Cada año, el Palacio Real abre sus puertas para mostrar la decoración y el Belén entre principios de diciembre y comienzos de enero, permitiendo que el público disfrute de esta tradición centenaria. Es una oportunidad única para contemplar no solo la creatividad y el detalle de la decoración, sino también para apreciar la arquitectura y el patrimonio histórico del palacio en un contexto festivo. Así, la Navidad en el Palacio Real no es simplemente un adorno: es una tradición que combina historia, arte y cultura, transmitiendo al visitante la grandeza de un palacio histórico mientras celebra el espíritu navideño con elegancia, sobriedad y detalle minucioso.

El Belén del Palacio Real. | Gtres

Lo cierto es que para los Reyes, el Palacio Real es uno de sus lugares de referencia durante las festividades. Y es que, tradicionalmente, es desde donde el monarca ha estado dando sus tradicionales discursos. Por ejemplo, en 2024, lo hizo desde el Salón de las Columnas. Ese acto —el mensaje de Navidad— conecta directamente la institución monárquica con el Palacio Real como escenario simbólico: se transmite «desde la institución real en su sede histórica/patrimonial», reforzando su imagen institucional. La Casa Real también ha usado el Palacio Real para sus felicitaciones navideñas oficiales: por ejemplo, en 2023/2024 enviaron su tarjeta de Navidad con una foto familiar tomada en una galería del Palacio. 

Lo habitual es que el Rey pronuncie su mensaje navideño la noche del 24 de diciembre, una tradición instaurada desde tiempos del reinado de Juan Carlos I. Como decíamos, en los últimos tiempos, este mensaje ha sido emitido desde el Palacio Real en determinadas ocasiones, lo que refuerza el vínculo simbólico entre la Corona y su palacio histórico. Además, la felicitación navideña oficial de la Casa Real —la postal o imagen con deseos navideños— se suele tomar en algún rincón del Palacio. Por ejemplo, la felicitación de 2023/2024 utilizó una foto tomada en una galería del Palacio Real. En años recientes, a la felicitación navideña se añade una carga simbólica: en 2024 incluyeron un homenaje a las víctimas de fenómenos adversos —como la dana— mediante un poema, lo que muestra que la Navidad real combina tradición, solemnidad y conciencia social.

De esta manera, el Palacio Real representa historia, continuidad, soberanía y patrimonio. Sin duda alguna, usarlo para el mensaje navideño real refuerza la legitimidad y visibilidad de la Corona. A través de su discurso y felicitaciones, los Reyes proyectan una imagen de cercanía, responsabilidad institucional y solidaridad —la Navidad se convierte en un momento de reflexión nacional—. La combinación de tradición —con Navidad, el Belén y el árbol—, solemnidad —por su mensaje institucional— y sensibilidad social —con referencias a tragedias y homenajes— refuerza la idea de que la monarquía se vincula, cada vez más, con la realidad del país.

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