Robe Iniesta, más allá de Extremoduro: lector compulsivo, una delicada salud y su mujer Bibi
El cantante ha muerto, a los 63 años, después de cancelar su concierto, hace un año, por un tromboembolismo pulmonar

Robe Iniesta, en una imagen de archivo. | Gtres
Hay artistas que hacen canciones y, también, hay otros que marcan a toda una generación. Y en este segundo grupo estaba Roberto Iniesta Ojea, más conocido como Robe, quien, con su grupo, Extremoduro, escribió pequeños himnos que ahora inspiran a muchos. Es por eso que su muerte, con apenas 63 años, ha impactado al mundo de la música, que se ha quedado un poco más triste y más huérfano. Pero ¿qué sabemos de aquel chico cacereño que tocó la gloria con los dedos —y con su guitarra—?
Roberto Iniesta Ojea —conocido simplemente como Robe— nació en Plasencia (Cáceres) el 16 de mayo de 1962. Es uno de los músicos más influyentes y personales del rock español, fundador, compositor y alma de Extremoduro, así como creador de una sólida carrera en solitario. Su figura combina rebeldía, poesía visceral, sensibilidad herida y una coherencia artística inusual en la música española. Robe creció entre Plasencia y algunas estancias en otros puntos de Extremadura. Su juventud estuvo marcada por una mezcla de inquietud social, amor por la poesía y una actitud desafiante hacia la autoridad. Desde muy joven mostró un rechazo profundo por las estructuras rígidas, algo que marcaría para siempre su música y su personalidad pública.
Robe Iniesta, un lector empedernido enamorado de la música

Aunque no siguió estudios reglados durante mucho tiempo, siempre fue un lector compulsivo. La literatura —especialmente los poetas malditos, la contracultura y la narrativa existencialista— se convirtió en una de sus fuentes creativas principales. En su entorno empezó a tocar la guitarra de forma autodidacta: primero con amigos, luego componiendo sus propios versos. Su estilo temprano ya mostraba el sello que le haría único: letras descarnadas, emoción cruda y un lenguaje poético cercano a la calle pero lleno de imágenes poderosas.
En 1987, fundó Extremoduro, inicialmente casi como un proyecto marginal y contestatario. Para grabar su primera maqueta lanzó el famoso sistema del «rock transgresivo»: vendía papeletas que daban derecho a un futuro disco aún no grabado. Con ese dinero financió la grabación de Rock transgresivo (1989). Aquella primera etapa, sin duda, estuvo marcada por un sonido crudo y en directo, con letras que mezclaban sexo, droga, amor y poesía. También, con una actitud más callejera y libertaria, con conciertos intensos y un creciente culto de seguidores. A principios de los 90, Extremoduro empezó a consolidarse con discos como Somos unos animales (1991) y Deltoya(1992), donde ya se notaba la evolución poética de Robe hacia un lenguaje más lírico y literario.
Extremoduro y Robe Iniesta, Robe Iniesta y Extremoduro
Sin duda alguna, su salto cualitativo llegó gracias a ¿Dónde están mis amigos?, Pedrá o Agila, considerado uno de los mejores discos del rock español. Agila marcó un antes y un después: Robe combinó rock duro, sentimiento, arreglos más elaborados y letras de enorme sensibilidad. La canción So payaso lo llevó al gran público sin sacrificar su identidad. Durante la época de los 2000 también siguió asentando sus bases con discos como Yo, minoría absoluta, La ley innata, Material defectuoso o Para todos los públicos. En esta época, Robe era ya una figura mítica: esquivo con la prensa, sin afán de protagonismo, y totalmente centrado en la música y la escritura.
A partir de 2015, el cantante inició una nueva etapa en solitario y más personal. En estos trabajos se aprecia un Robe más introspectivo, más musicalmente libre, con arreglos que fusionan rock, música clásica, folk, progresivo y elementos poéticos extensos. Con Mayéutica, completó una especie de «respuesta» a La Ley Innata: un disco conceptual de enorme complejidad y belleza. En directo, esta etapa lo muestra más pausado, más reflexivo, pero igual de intenso. Su banda actual es una de las más virtuosas de su carrera. Dejando atrás ese aire más gamberro y alcanzando la madurez.
Dos hijos, su mujer Bibi y su vida en Vizcaya
Como confirmaron en su entrevista en la revista Rolling Stones, hace años, Robe se había alejado de ese Robe «más salvaje y drogata», aquel de 2011. Desde hacía tiempo, el cantante residía en Lezama, en la provincia de Vizcaya, junto a su mujer Bibi, y sus hijos, que por aquel entonces —en el que de la entrevista— tenían 21 y 22 años. «A uno de ellos le ha comprado un coche. Vive en una casa que muy pocos conocen. Le gusta la comida casera, echa de menos el sol del sur (donde vivió una temporada), ve mucho cine (en DVD), escribe y lee todas las noches (novelas de acción, biografías, best seller…). Y, en los últimos años, ha estudiado gramática y ortografía en la Universidad a Distancia», contó.
Junto a él, en pueblos aledaños, también han vivido «sus amigos más cercanos». Entre ellos, Iñaki, con quien formó Extremoduro, y Fito Cabrales. «A los tres les gusta salir en bicicleta por el monte. Vida sana. Robe lleva a su perro a entrenar, sale poco de casa, no alterna, no va de copas y vive un momento interesantemente fértil», añadían en Rolling Stones hace casi quince años. A pesar de su vida sana ha habido un tema que ha preocupado a Robe y a su familia en los últimos tiempos; en noviembre de 2024, Robe tuvo que cancelar sus conciertos previstos en el WiZink Center de Madrid tras ser diagnosticado de un tromboembolismo pulmonar. Según el comunicado oficial, la afección le obligaba a guardar «reposo absoluto», y cualquier esfuerzo habría puesto su salud en serio riesgo.
Sus problemas de salud
Horas después del diagnóstico, Robe publicó un mensaje informando que «ya estaba en casa» y que comenzaba su recuperación. La noticia generó preocupación entre sus fans y colegas, y muchos medios señalaron que se trataba de una complicación importante. Un «tromboembolismo pulmonar» implica la obstrucción de una arteria pulmonar por un coágulo desplazado —algo serio, que puede poner en riesgo la vida si no se trata con urgencia—. Esto se suma a las declaraciones que ha hecho sobre sus primeros años de la música, donde sufrió problemas derivados del ritmo de vida de su juventud. En distintas entrevistas antiguas, Robe admitió que durante los primeros años de Extremoduro vivió un ritmo muy intenso, con excesos y situaciones complicadas que afectaron a su estabilidad y a su bienestar. Él mismo lo relacionó con una época turbulenta que acabó dejando atrás.
