Simeón de Bulgaria, el otro 'hermano' del rey Juan Carlos al que le otorgó el Toisón de Oro
Ambos mantienen una buenísima relación y ha sido Simeón quien ha visitado al Emériéto en el campeonato mundial de F1

Simeón de Bulgaria, en una imagen de archivo. | Gtres
A pesar de que, en su día a día, el rey Juan Carlos suele contar, tan solo, con la presencia de su equipo de seguridad, sus mejores amigos y su nieto, en Abu Dabi, lo cierto es que, de vez en cuando, recibe alguna que otra visita que le alegra el día. Y es que, el pasado fin de semana, el rey emérito se trasladó hasta la Gran Copa de Abu Dabi para presenciar este campeonato mundial de Fórmula 1. Y no lo hizo solo; estuvo acompañado de una de sus personas de confianza, Simeón de Bulgaria, a quien conoció hace mucho tiempo y con quien, desde ese momento, mantiene una relación muy cercana.
Como confirman en Vanitatis, Simeón vive, la mayoría del tiempo, en Sofía, Bulgaria. Aunque eso sí, sigue manteniendo su chalé en el barrio de Moncloa, donde reside su mujer, Margarita Gómez-Acebo. Este, durante mucho tiempo, fue la vivienda familiar, donde crecieron y criaron a sus hijos. Desde siempre, la relación entre Simeón y el Emérito ha sido buenísima, como así ha relatado el propio rey de Bulgaria en sus memorias, Un destino singular. Allí describe su conexión como casi de hermanos. Dada su amistad, Juan Carlos reconoció a Simeón con el Toisón de Oro, la máxima distinción y que, en los últimos meses, por ejemplo, se le otorgó a los padres de la Democracia y, también, a la reina Sofía.
Quién es Simeón de Bulgaria

Simeón II de Bulgaria nació el 16 de junio de 1937 en Sofía y es una figura histórica única, siendo el último rey de Bulgaria y uno de los pocos exmonarcas que ha llegado a ser jefe de gobierno en un régimen democrático. Hijo del rey Boris III y de la reina Giovanna de Italia, Simeón se convirtió en rey de Bulgaria a los seis años tras la muerte de su padre en 1943. Debido a su corta edad, el poder efectivo lo ejercía un consejo de regencia. En 1946, tras la abolición de la monarquía por el régimen comunista, Simeón y su familia fueron obligados a exiliarse. Vivió primero en Egipto y luego en España, donde permaneció gran parte de su vida hasta su regreso a Bulgaria en 1996, después del colapso del comunismo.
En 2001 fundó el Movimiento Nacional Simeón II, un partido político que ganó las elecciones ese mismo año, llevando a Simeón a ocupar el cargo de primer ministro de Bulgaria entre 2001 y 2005. Su carrera política fue sorprendente, considerando su origen monárquico y su larga vida en el exilio. Hoy, a sus 88 años, Simeón II sigue siendo una figura de gran relevancia histórica y política, recordado tanto por su breve reinado durante la Segunda Guerra Mundial como por su liderazgo en la Bulgaria democrática del siglo XXI. Su vida combina historia, política y cultura, convirtiéndolo en uno de los personajes más singulares de la historia europea reciente.
Su buenísima relación con el rey Juan Carlos
Como decíamos, durante largas temporadas, Simeón se ha establecido en Madrid, ciudad que le ha visto desarrollar su vida adulta, especialmente durante su largo exilio tras la abolición de la monarquía búlgara en 1946. Allí vivió una vida relativamente discreta y alejada de los focos, integrándose en la sociedad española pero manteniendo estrechos vínculos con la comunidad búlgara en el extranjero. Durante sus años en Madrid, se dedicó a la gestión de sus asuntos personales y familiares, cuidando de su esposa, Margarita Gómez-Acebo, y de sus hijos, quienes crecieron en España y algunos estudiaron en universidades europeas. También mantuvo un interés constante en la política y la historia de Bulgaria, aunque desde la distancia, siguiendo los acontecimientos en su país natal mientras preparaba su eventual regreso tras el fin del régimen comunista.

Madrid le proporcionó estabilidad y seguridad, permitiéndole mantener una vida familiar tranquila y una educación sólida para sus hijos, así como cultivar relaciones diplomáticas y sociales con figuras europeas. Además, su residencia en España le permitió volver a Bulgaria en condiciones de asumir un papel político activo, que culminó en su regreso en 1996 y su posterior elección como primer ministro en 2001. Simeón II de Bulgaria está casado con Margarita Gómez-Acebo y Cejuela, una aristócrata española, con quien mantiene una relación sólida y duradera desde su matrimonio en 1962. Margarita nació en Madrid en 1935 y pertenece a una familia de la alta sociedad española, lo que facilitó la integración de Simeón en la vida española durante su exilio.
Sus largas temporadas en Madrid y su matrimonio con Margarita Gómez-Acebo
Su matrimonio ha sido descrito como una alianza de afecto y estabilidad, en la que Margarita ha desempeñado un papel clave en la vida personal y familiar del exmonarca. Juntos tuvieron cinco hijos, quienes crecieron principalmente en España y recibieron educación europea, conservando siempre fuertes vínculos con la historia y la cultura búlgara. Durante el exilio en Madrid, Margarita se convirtió en un pilar de apoyo fundamental para Simeón, ayudándole a mantener un hogar estable y a gestionar la familia mientras él se preparaba para su eventual regreso a Bulgaria. Incluso cuando Simeón asumió el cargo de primer ministro en Bulgaria entre 2001 y 2005, Margarita permaneció a su lado, apoyándolo tanto en los aspectos personales como en los compromisos sociales y diplomáticos que su posición requería.
Simeón y Juan Carlos se conocieron durante los años en que Simeón residía en Madrid tras la abolición de la monarquía búlgara. Desde entonces, desarrollaron una relación cercana basada en la confianza, el respeto mutuo y la afinidad personal, compartiendo experiencias de vida como monarcas —Simeón de forma simbólica durante su infancia y Juan Carlos en el trono de España— y el interés común por la política y la estabilidad de sus países. Esta amistad se consolidó durante los años posteriores al regreso de Simeón a Bulgaria, cuando Juan Carlos mostró apoyo y cercanía diplomática ante la participación de Simeón en la vida política búlgara. Más allá de los aspectos formales, se dice que su vínculo fue también personal y familiar, con encuentros frecuentes en Madrid y visitas mutuas que reflejaban tanto respeto como camaradería.

Sin duda alguna, su reconocimiento con el Toisón de Oro ha sido un detalle muy significativo en su amistad y que, con el paso del tiempo, les ha unido más. Así, y a pesar de la distancia y de que el rey Juan Carlos no recibe demasiadas vistas en Abu Dabi, Simeón ha querido trasladarse hasta el país asiático para compartir más momentos junto a su amigo.
