Urdangarin, en su primera entrevista: «Cuando entré en la cárcel estuve llorando tres meses»
El que fuera duque de Palma ha hecho su primera aparición en televisión en la que ha hablado de su lado personal

Urdangarin, en La 2 Cat.
Iñaki Urdangarin se ha sentado, esta misma noche, junto a su amigo, Jordi Basté, en televisión. El que fuera duque de Palma y marido de la infanta Cristina ha recorrido en Plano Secuencia, en La 2 Cat, la mayor parte de su vida. Se trata de la primera entrevista que Urdangarin concede en televisión y lo ha hecho, además, con todo absolutamente medido. El exdeportista ha comenzado su intervención hablando de cómo fue su infancia en Barcelona y de la unión que tiene con el idioma. También, ha querido hacer mención a su madre, quien les intentó enseñar a sus hijos el francés en casa.
«Estoy en una época muy buena y muy creativa, haciendo equipo, junto a mis hijos», ha comenzado diciendo Urdangarin, una vez que se ha sentado junto a Basté. En ese momento, el periodista le ha querido preguntar cómo vivió la sentencia. «Estaba cenando con Cristina en Ginebra y nos llamó el abogado», ha explicado Iñaki. El veredicto del Tribunal Supremo fue el de que ingresara en la cárcel, una situación que no se esperaba para nada. «Nos reunimos en familia y planificamos un poco lo que iba a pasar», ha apostillado.
Su etapa más dura en la cárcel

Tras esto, Urdangarin se marchó a la cárcel de Brieva en Ávila, donde también le visitó Basté. «Recuerdo mi primer día; cuando entras ahí te das cuenta que comienza una etapa dura y larga, echando de menos a las personas que quieres», ha comentado Urdangarin, afirmando que «no puede explicar» cómo fue ese momento. Además, destaca que no tenía nada, aunque le dejaron hacer dos llamadas; una a casa y otra a su madre. «La primera noche y los primeros tres meses no lo pasé bien; no estoy orgulloso de cómo gestioné emocionalmente la situación», ha aclarado, confirmando que estaba en «un bucle negativo», preocupando a la gente que tenía «fuera».
«En los primeros tres meses lloré muchísimo», se ha sincerado el que fuera duque de Palma. «Cuando analizas todo lo que te ha llevado hasta allí, no tienes otra que ponerte a llorar», ha añadido. Además, Urdangarin ha afirmado que, en ese momento, como cualquier otra persona, no sabía cómo era una cárcel. Para entretenerse, el exduque de Palma creó una rutina de bicicleta. «Tenía una estática y a veces me ponía música y otras no», ha explicado. «Eso es duro, ¿eh?», le ha confesado su entrevistador. «Nos dejaban dos llamadas por semana de siete minutos», ha apostillado, sobre la comunicación que tenía con su entorno. También, Iñaki ha puesto en valor a los funcionarios de prisiones con los que convivió, a quienes reconoce que fueron «muy majos» y con quienes mantenía largas conversaciones.
El Covid fue un momento que marcó un antes y un después en su etapa en la cárcel, ya que tuvo que dejar a ir al centro de personas con discapacidad al que acudía. «Estaba todo cerrado», ha explicado. Lo cierto es que las cartas fueron su salvación; tanto de sus amigos como de personas anónimas que empatizaban con su situación. «Yo estaba bien si todo mi entorno estaba bien; y viceversa», ha añadido. Una situación que le costó mucho en esos primeros meses en prisión. Cuando salió de ese episodio negro, se matriculó en un curso de coaching y se matriculó para ser entrenador de balonmano. «Era mi asignatura pendiente», ha aclarado Urdangarin. El deporte fue, por su puesto, su salvación: «Me ayudó a dormir bien y llegar cansado».
El primer día que salió de la cárcel, Iñaki volvió a fijarse «en el paisaje, en la profundidad». En esos momentos, Urdangarin obtuvo el tercer grado y pudo estar un tiempo trabajando en un centro, lo que se convirtió en su válvula de escape. Esto fue una de las cosas más positivas que vivió en la cárcel, donde ha valorado siempre el tiempo que tuvo para estudiar «y formarse». Sobre lo negativo que vivió en la cárcel fue el tiempo que perdió encerrado y «la pérdida de Cristina».
