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Los beneficios de la sociedad limitada de Alaska y Mario que les está dando muchas alegrías

El matrimonio se ha consolidado como uno de los más potentes dentro del mundo de la música y de las empresas

Los beneficios de la sociedad limitada de Alaska y Mario que les está dando muchas alegrías

Alaska y Mario Vaquerizo, en una imagen de archivo. | Gtres

Mario Vaquerizo y Alaska se han convertido en uno de los matrimonios más fuertes del mundo de la música. Y no solamente en lo que tiene que ver con su lado profesional sino que, también, en lo relacionado con el mundo empresarial. Y es que los dos han construido, en todos estos años de éxito, varias empresas que, sin duda, son el sustento de su día a día. Estas, además, se suman a la gran cantidad de inmuebles que tienen distribuidos por distintas partes de nuestro país y que se han convertido no solamente en su refugio sino, también, en la manera de invertir su dinero.

Como recogen en la revista Semana, el matrimonio posee una sociedad limitada que, sin duda, les ha dado muchas alegrías. Fangoria S.L. es una sociedad de responsabilidad limitada —una sociedad limitada, siglas SL, que en España es una forma jurídica habitual para pequeñas empresas— constituida en Madrid el 10 de junio de 1997. La empresa está inscrita en el Registro Mercantil de Madrid.

Fangoria S.L., la empresa favorita de Alaska y Mario Vaquerizo

Alaska y Mario Vaquerizo poseen varias empresas.

El objeto social oficial de Fangoria S.L. —es decir, la actividad que declara ante el registro— incluye una amplia gama de funciones relacionadas con producciones artísticas y musicales, como la creación, composición y elaboración de obras artísticas y musicales, así como la representación y distribución de producciones musicales. También, se dedica a la edición y reproducción de grabaciones y obras en cualquier otro soporte. De la misma forma, la sociedad está enfocada a la comercialización, promoción y divulgación de dichas producciones.

Esto significa que la sociedad no es simplemente un gestor de conciertos o una productora de eventos, sino que administra diversos aspectos de producción, derechos, difusión y explotación de contenidos musicales del grupo. La sociedad se dedica a actividades de organización de convenciones y ferias de muestras, aunque su objeto social apunta más específicamente a la producción y promoción artística. Hay que tener en cuenta que, aunque Fangoria S.L. tiene el mismo nombre que la banda de música, esta hace referencia, en esta ocasión, a la empresa. Es decir, una entidad mercantil utilizada para gestionar aspectos empresariales y comerciales del proyecto artístico.

A qué se dedica

Esto puede incluir la administración de derechos de imagen y música, gestión de contratos de actuaciones, tours, conciertos y festivales, así como la comercialización de productos, licencias y reproducción de obras musicales. Además, favorece la facilitación de contratos con promotores y organizadores de eventos. Este tipo de sociedades es común entre artistas y grupos musicales, ya que permite separar la actividad empresarial —como negocios, derechos y contratos— de la actividad creativa —es decir, hacer música o actuar en conciertos—. La creación de este tipo de empresas también trae distintos beneficios como cierta responsabilidad limitada, la gestión centralizada de contratos y derechos artísticos y comerciales y, también, facilita la participación en festivales, giras y producciones internacionales.

De la misma forma, permite formalizar relaciones con promotores, sellos discográficos y medios bajo una entidad legal. n términos simples, Fangoria S.L. es la estructura empresarial que da soporte legal y comercial a las actividades artísticas de Fangoria, gestionando derechos, contratos y producción, mientras que el dúo artístico real es Alaska y Nacho Canut, cuya trayectoria musical se remonta a finales de los años ochenta y que ha desarrollado una de las carreras más influyentes del pop electrónico en España. Pero esta no es la única inversión que ha hecho el matrimonio en los últimos tiempos.

Una parte muy importante de la actividad empresarial de Alaska y Mario no es una sociedad mercantil tradicional, sino su cartera de bienes inmuebles, que funciona como una forma de inversión patrimonial. Así, el matrimonio posee la Casa Rosa, situada en Madrid, que es su vivienda en pleno centro de Madrid, muy cerca de la Gran Vía, y que está decorada con un estilo muy personal y emblemático. También tienen la Casa Azul, otro espacio en el mismo edificio que lo usan como un espacio de trabajo, más creativo, y, también, para reuniones y eventos. Poseen varios pisos más en Madrid, incluido uno en la calle Caballero de Gracia, y una casa en Boadilla del Monte, como ya contamos en THE OBJECTIVE, adquirida a la actriz Bibiana Fernández, utilizada como residencia de verano.

Los otros negocios e inmuebles del matrimonio

Según declaraciones de Mario, la pareja tiene la intención de convertir su edificio en un pequeño hotel o espacio turístico adquiriendo las viviendas restantes y locales inferiores, una estrategia que demuestra que ven el ladrillo no solo como activo pasivo sino como negocio generador de ingresos a medio plazo. Aunque no sea una empresa con forma societaria per se, la marca personal de Alaska y Mario funciona como motor económico. Su programa de telerrealidad Alaska y Mario (emitido entre 2011 y 2018) les consolidó como figuras televisivas rentables y permitió que su imagen se explotase en múltiples formatos de medios.

Ambos trabajan como colaboradores y tertulianos en diferentes programas de televisión y eventos, lo que refuerza su presencia mediática y facilita la firma de contratos independientes —con honorarios por aparición, campañas de publicidad, colaboraciones creativas, etc.—. Estas actividades, aunque a menudo se gestionan a título personal, funcionan económicamente como parte de su «empresa profesional» conjunta, generando ingresos que, según fuentes del sector, complementan más las inversiones y la actividad musical que los contratos tradicionales por interpretación. Por su parte, Vaquerizo ha trabajado como representante y manager de artistas.

Ha representado a Fangoria, Dover o actrices como Leonor Watling en distintas etapas de su carrera, trabajando en promoción y relaciones públicas. Es además el vocalista de Las Nancys Rubias, un proyecto propio que también genera ingresos en directo y eventos, con una dimensión de negocio artístico-cultural. Aunque no siempre estos proyectos están formalizados en sociedades mercantiles individuales, funcionan como unidades de ingresos profesionales que se gestionan de manera empresarial, ya sea de forma autónoma o coordinada con otras estructuras.

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