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Una masía, humo, naturaleza y varias cámaras: lo que no se vio de la entrevista a Urdangarin 

El ambiente que ha acompañado su relato en televisión ha estado medido, dando una apariencia más lúgubre

Una masía, humo, naturaleza y varias cámaras: lo que no se vio de la entrevista a Urdangarin 

Iñaki Urdangarin, en su entrevista. | La 2 Cat

Iñaki Urdangarin estuvo muy cómodo en su entrevista con su amigo Jordi Basté. El que fuera duque de Palma se subió a un coche, a una escalera, se preparó un café y disfrutó de un entorno de ensueño; una masía en plena naturaleza catalana. En todo momento, Urdangarin se sintió como en casa y quiso sincerarse, junto a su amigo Jordi Basté, sobre los distintos momentos que han marcado su vida; desde su ingreso en prisión hasta su paso por la cárcel y el fin de su relación con la infanta Cristina. Así, los dos dieron buena cuenta de que lo suyo es algo más que una relación entre periodista-entrevistado y que, también, les une, por ejemplo, el deporte.

Y es que al balonmano le dedicaron una buena suma de minutos, debatiendo sobre su futuro profesional y su pasado como deportista de élite. Sin duda alguna, el escenario fue de lo más especial y jugó, también, un papel importante. Ese lugar idílico, a la vez que lúgubre y con un ambiente de lo más melancólico, donde se desarrolló la entrevista, también marcó su discurso. Fue al final del programa, el momento en el que tanto Jordi como Iñaki aprovecharon para mostrarnos el ‘detrás de cámara‘; cómo se había llevado a cabo la entrevista, lo que no se había visto en televisión y cómo se había grabado.

El ambiente que acompañó a Urdangarin en su entrevista, al detalle

La entrevista, como indica el propio nombre del programa, se ha grabado en un único plano secuencia de alrededor de 50–55 minutos, más que un interrogatorio tradicional fue una conversación abierta y profunda. Urdangarin, a sus 57 años, eligió este formato para hablar sin interrupciones ni filtros sobre varios aspectos de su vida —incluyendo sus errores, reflexiones personales y el proceso de reconstrucción tras la condena—. Aunque eso sí; hasta en tres ocasiones, el plano cambia de lugar. Primero, comienza en un coche, para luego pasar a la mencionada masía —de una amiga de Basté—, hasta el interior de la misma y, para más tarde, trasladarse hasta el jardín del lugar.

Así, para grabar estos primeros planos, Basté y Urdangarin se sentaron en un coche, donde colocaron una cámara en el capó, enfocando a la luna principal y que grabó cada uno de los movimientos. Luego, los dos pasaron a una casa, que se aprecia con la arquitectura típica de la zona, en piedra y con toques en madera. El grueso de la entrevista tuvo lugar dentro de la vivienda, en un salón, en el que como el propio Basté ha confesado se iluminó de una manera para dar un aspecto más lúgubre. Además, también activaron varios cañones de humo, para poder seguir con esa estética. De este salón, llama especialmente la atención, el decorado, con toques antiguos y con un apertura a la cocina, donde ambos aprovechan para hacerse un café.

Varias cámaras, cambio de plano y una masía en Cataluña

Luego, para los siguientes planos, tanto Urdangarin como Basté se trasladaron hasta el jardín de la casa, donde podemos observar mucha naturaleza y unas vistas de infarto. Allí fue donde ambos se tuvieron que subir a una escalera, para seguir grabando más recursos. Aunque sí que es cierto que toda la atención estaba puesta en las palabras del exduque de Palma, el ambiente también ha acompañado su discurso; donde ha hablado de momentos especialmente difíciles, coincidiendo con su entrada en la prisión, el tiempo que vivió allí y, sobre todo, su bajón emocional.

Todos estos episodios fueron narrados por el exmarido de la infanta Cristina en el salón, en ese ambiente más íntimo, mientras que aquella parte más alegre de su discurso, en el que hace un recorrido por su infancia en Cataluña, se hizo en el coche, en la primera parte, en un sitio con más luz y que evoca más alegría. De esta manera, como decíamos, el escenario ha sido fundamental, también, para poder seguir la narrativa de Urdangarin. Centrada, como decíamos, en sus años en prisión. En ningún momento, el exdeportista ha querido ocultar su vulnerabilidad. Es más, ha confesado que «lloró muchísimo», como ya contamos en THE OBJECTIVE, durante esos primeros tres meses, describiendo una experiencia emocional muy intensa y difícil de gestionar. Aseguró que esa etapa fue tan dura que no se lo desearía a nadie y que la vivió como un proceso de aprendizaje profundo sobre sí mismo. 

Ha narrado, también, cómo buscó maneras de sobrellevar la soledad; recurrió a la lectura, el deporte, prácticas como el yoga y mindfulness, y la escritura como herramientas para mantenerse activo y conservar la salud mental durante el encierro. También valoró positivamente el trato recibido por algunos funcionarios de prisión y reconoció que esos hábitos le ayudaron a encontrar equilibrio. Uno de los pasajes más sensibles de la conversación fue cuando Urdangarin explicó que, materialmente, «perdió todo»durante ese periodo, y aseguró que la pérdida más difícil de aceptar fue la ruptura de su matrimonio con la infanta Cristina de Borbón, a quien definió como uno de los grandes amores de su vida. Subrayó que la combinación de la presión mediática, el juicio público y el proceso emocional que supuso su caída y condena acabó pasando factura en lo personal y familiar. 

Además, esta entrevista ha coincidido con el anuncio de la publicación de sus memorias, Todo lo vivido. Triunfos, derrotas y aprendizajes, que saldrán el 12 de febrero de 2026. Urdangarin explicó que decidió escribir este libro porque quería contar su historia con su propia voz, sin intermediarios ni narrativas ajenas, y no con el propósito de justificarse, sino de ofrecer un relato honesto de sus experiencias, incluyendo los logros y los periodos más difíciles. 

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