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La primera Navidad de soltero de Pep Guardiola en Manchester: lujo discreto, rutina y fútbol

El entrenador del Manchester y su exmujer se separaron hace casi un año y ella sigue residiendo en Barcelona

La primera Navidad de soltero de Pep Guardiola en Manchester: lujo discreto, rutina y fútbol

Pep Guardiola, en una imagen de archivo. | Gtres

Pep Guardiola se separó de su mujer hace casi un año. Lo hizo, al igual que había llevado su matrimonio, de la forma más discreta posible. Y es que su divorcio podría haber pasado casi desapercibido porque, a pesar de que el catalán se mudó, hace años, hasta Inglaterra, su ya exmujer, Cristina, ha seguido manteniendo sus compromisos profesionales en Barcelona. Es por eso que era común que la mujer pasara más tiempo en la ciudad condal que en Manchester, ciudad que les acogió hace casi una década después de una salida más que amable y pactada con el FC Barcelona.

Ahora, tras su separación, Pep sigue llevando una vida discreta en la capital inglesa. Allí va y viene, pero mantiene su centro de operaciones en una bonita vivienda que, hace tiempo, acondicionó a sus necesidades. Desde que Pep Guardiola llegó a Manchester en 2016 para entrenar al Manchester City ha pasado por muchas fases de adaptación personal además de su enorme éxito profesional. Durante prácticamente toda su estancia en Inglaterra vivió en pareja con su esposa, Cristina Serra, con quien estaba desde hacía más de 30 años y con la que tiene tres hijos adultos.

La vida de Pep Guardiola en Manchester

Pep Guardiola, junto a su exmujer. | Gtres

Sin embargo, a principios de 2025 se hizo pública la noticia de que Guardiola y Cristina decidieron separarse tras tres décadas juntos, aunque la relación entre ambos se mantiene cordial. Cristina continúa principalmente en España, centrada en su empresa de moda, mientras que Pep permanece en Manchester al frente del City. Tras esa separación, la vida personal de Guardiola adquirió otro ritmo: en lugar de compartir una casa familiar, comenzó a residir solo en un apartamento de alto nivel en el centro de Manchester, dentro del complejo City Suites en Salford/Deansgate.

Este apartamento, valorado en varios millones, combina comodidad urbana y servicios de lujo, como piscina cubierta, spa, gimnasio y acceso a conserjería 24 h, permitiéndole una vida tranquila y discreta dentro de la ciudad. La elección de vivir en un entorno céntrico, en vez de en una mansión en los suburbios, refleja su preferencia por estar cerca de la vida urbana y no alejado del bullicio de la ciudad. En lo cotidiano, Pep se centra en su trabajo como entrenador y en mantener su rutina profesional intensa, pero también aprovecha su entorno urbano para disfrutar de la ciudad inglesa cuando no está concentrado en el club. El apartamento le ofrece privacidad a la vez que acceso a restaurantes, tiendas y la vida social de Manchester, aunque él suele mantener su vida privada fuera de los focos mediáticos.

Su discreta soltería y una férrea rutina

A pesar de esta vida más «independiente», sigue siendo un padre involucrado: sus hijos son adultos y mantienen sus propias vidas, y en ocasiones Pep viaja o comparte momentos con ellos fuera de Inglaterra. Además, en Manchester ya es uno más; hace sus recados, viaja, cuida de sus hijos y, también, está muy enfocado en su carrera profesional. Un estilo que parece ser que Cristina no siempre se adaptó o prefirió pasar más tiempo en la ciudad que le vio crecer. La historia de Pep Guardiola y Cristina Serra comenzó en Barcelona a mediados de los años 90, cuando Pep, todavía joven y empezando su carrera futbolística, conoció a Cristina en la boutique de moda familiar llamada Serra Claret. Ambos tenían poco más de dieciocho años y, desde ese primer encuentro, surgió una conexión profunda que daría pie a una relación de décadas. 

Durante muchos años, su vida juntos fue un ejemplo de compromiso y discreción. Aunque Pep era una figura pública por su trayectoria como jugador y luego como entrenador, y Cristina tenía su propia carrera —primero como presentadora y actriz en televisión y más tarde como empresaria en el mundo de la moda—, siempre mantuvieron su vida personal lejos del foco mediático. Tras más de dos décadas de relación, en 2014 decidieron formalizar su unión con una boda civil íntima en el Ayuntamiento de Matadepera, en Cataluña. Fue una ceremonia sencilla y privada, sin grandes alardes, a la que asistió solo la familia más cercana. La discreción siempre marcó su forma de estar juntos.

Tres hijos y mucho lujo

La pareja construyó una familia con tres hijos: María, Màrius y Valentina. A lo largo de los años apoyaron mutuamente sus proyectos: Pep como futbolista y entrenador en clubes como Barcelona, Bayern Múnich y Manchester City; y Cristina gestionando y modernizando la tienda de moda familiar. A pesar de las exigencias de la carrera de Pep, ella siempre estuvo junto a él en muchos de los momentos importantes de su vida profesional. Con el paso del tiempo, la vida de la pareja fue cambiando. Hacia 2019, Cristina decidió regresar a Barcelona para centrarse en su negocio de moda, mientras Pep permanecía en Manchester por su trabajo con el Manchester City. Esta separación geográfica prolongada marcó un nuevo capítulo: aunque seguían siendo pareja, comenzaron a vivir gran parte del tiempo en ciudades distintas. 

Tras más de 30 años juntos, y después de varios años llevando una relación en gran medida a distancia, la pareja decidió poner fin a su matrimonio a principios de 2025. La separación fue descrita por quienes los conocen como amistosa y respetuosa, un paso que tomaron de forma consensuada y con la voluntad de mantener una relación cordial por el bien de sus hijos.

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