La pequeña villa donde Alba Carrillo tiene sus raíces es «la Suiza de Ávila» por su bello paisaje
La colaboradora de televisión suele escaparse a su pueblo, que se sitúa en la provincia de Ávila y rodeado de naturaleza

Alba Carrillo, en una imagen de archivo. | Gtres
Alba Carrillo se instaló, hace años, en la localidad madrileña de Torrelodones. Allí se compró una casa, muy cerca de la de sus padres y donde reside junto a su hijo Lucas. Aunque eso sí, siempre que tiene un rato suele escaparse hasta Ávila, concretamente a su pueblo, donde tiene sus orígenes y el lugar en el que pasa sus días de vacaciones. Son varias las imágenes que la colaboradora de televisión ha compartido, a través de sus redes sociales, de los mejores lugares de su tierra, aquella donde tiene sus raíces, se criaron sus antepasados y se reúne con su familia más directa cuando tiene un descanso.
Así, Carrillo se escapa a Nava del Barco, un pequeño municipio situado en la provincia de Ávila, en el extremo suroccidental de Castilla y León. Se encuentra enclavado en la vertiente norte de la Sierra de Gredos, a una altitud elevada que condiciona tanto su clima como su paisaje. Su localización, entre montañas y valles, le confiere un carácter marcadamente rural y tranquilo.
El pequeño pueblo que enamora a Alba Carrillo en Ávila
El entorno natural es uno de los principales atractivos de Nava del Barco. El pueblo está rodeado de bosques, praderas y cursos de agua, con vistas cercanas a cumbres graníticas típicas de Gredos. En la zona nacen arroyos y gargantas de aguas limpias que, durante el deshielo, dan vida a un paisaje especialmente verde. Este entorno resulta ideal para el senderismo, la observación de la naturaleza y el descanso. La arquitectura tradicional del municipio refleja la adaptación al medio y al clima. Predominan las construcciones de piedra, con muros gruesos y tejados resistentes, pensadas para soportar los inviernos fríos. Las calles son sencillas y el trazado urbano conserva el aspecto de los pueblos serranos, donde la vida ha estado históricamente ligada a la ganadería y a la agricultura.
Nava del Barco mantiene una identidad cultural marcada por las tradiciones de la sierra abulense. Las fiestas populares, la gastronomía basada en productos locales y el ritmo pausado de la vida cotidiana forman parte de su esencia. Es un lugar que atrae a quienes buscan autenticidad, silencio y una relación cercana con la naturaleza y la vida rural. La naturaleza de Nava del Barco está profundamente marcada por su ubicación en la Sierra de Gredos, lo que le otorga un entorno montañoso de gran valor paisajístico y ecológico. El relieve es abrupto, con laderas, valles y zonas altas que cambian de aspecto según la estación, pasando de verdes intensos en primavera y verano a tonos ocres y blancos en otoño e invierno.
Aguas cristalinas, mucha naturaleza y arquitectura tradicional
Los bosques son uno de los elementos más destacados del paisaje. Abundan robles, castaños y matorral de montaña, que proporcionan refugio a una fauna variada. En estas masas forestales es posible encontrar aves rapaces, pequeños mamíferos y especies adaptadas a la vida en la sierra, lo que convierte la zona en un espacio interesante para la observación de la naturaleza. El agua tiene un papel fundamental en el entorno natural del municipio. Gargantas, arroyos y manantiales recorren el territorio, alimentados por las lluvias y el deshielo de las cumbres cercanas. Estos cursos de agua no solo modelan el paisaje, sino que también crean zonas de gran frescor y biodiversidad, especialmente valoradas en los meses más cálidos.
La cercanía a las altas cumbres de Gredos añade un componente de alta montaña al entorno. Praderas, canchales de roca granítica y amplios cielos abiertos caracterizan las zonas más elevadas, ofreciendo una sensación de amplitud y aislamiento. En conjunto, la naturaleza de Nava del Barco se define por su diversidad, su estado bien conservado y la fuerte conexión entre el paisaje y la vida rural tradicional. Como decíamos, la relación entre Alba Carrillo y Nava del Barco, en Ávila, es muy cercana y personal, más allá de ser simplemente un destino turístico. Aunque ella nació en Madrid, este pequeño pueblo abulense tiene un papel importante en su vida por razones familiares y afectivas.
Desde sus primeros años, Alba ha pasado muchos veranos en Nava del Barco, ya que allí nació su abuela y vivió parte de la infancia de su madre. Ese vínculo generacional ha hecho que el lugar tenga un significado especial para ella, convirtiéndose en un espacio de recuerdos y vivencias entrañables. Con el paso del tiempo, su conexión con el pueblo se ha hecho aún más profunda: en 2020 decidió comprar una casa allí, una vivienda tradicional de piedra que ha reformado y convertido en su refugio personal. Alba ha descrito a Nava del Barco como su «paraíso», su «escondite» y el único sitio donde realmente descansa y desconecta de la vida urbana y mediática.
Nava del Barco, una pequeña Suiza en Ávila
En sus redes sociales, Alba ha presumido de sus raíces, de la naturaleza y de las distintas opciones que le da su pueblo durante la temporada estival; como puede ser bañarse en las pozas de alrededor o discurrir por los distintos senderos de montaña. Además de pasar temporadas allí para relajarse, Alba ha compartido en varias ocasiones en redes sociales y entrevistas cómo disfruta del entorno natural, las fiestas del pueblo, los paseos con su familia y otros pequeños placeres cotidianos. Este lugar no solo representa un vínculo con sus raíces, sino también un espacio de calma y felicidad junto a su hijo y seres queridos.

En muchas ocasiones, Nava del Barco se ha calificado como «la Suiza de Ávila». Al estar en la vertiente norte de la Sierra de Gredos, el pueblo está rodeado de montañas, praderas y bosques, algo que recuerda a los paisajes alpinos, aunque a menor escala. Los arroyos y gargantas que atraviesan el valle refuerzan esa sensación de frescor y naturaleza intacta. Sus casas de piedra y tejados inclinados, adaptadas al clima, le dan un aire rústico que combina con el paisaje, evocando la sencillez y funcionalidad de los pueblos suizos de montaña. Al igual que muchos pequeños pueblos suizos, Nava del Barco ofrece paz, calma y contacto directo con la naturaleza, lejos del bullicio urbano o turístico, lo que refuerza esa comparación.
