Greenpeace alerta sobre las deficiencias de seguridad en las centrales nucleares francesas
Varios expertos comisionados por Greenpeace han alertado en un informe revelado este martes sobre las deficiencias en la seguridad de las centrales nucleares en Francia, expuestas a ataques u actos malintencionados, según recoge AFP. Los siete expertos de Francia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos, especialistas en seguridad nuclear, se interesaron en particular en la capacidad de resistencia de las piletas de almacenamiento del combustible nuclear usado. El mismo análisis se llevó a cabo en las centrales belgas de Doel y Tihange.
El parque nuclear francés, que cuenta 58 reactores en actividad, es el segundo más importante del mundo en potencia, detrás del de Estados Unidos, y garantiza el 75% de la producción de electricidad en Francia. Por razones de seguridad, la versión completa del informe comisionado por Greenpeace no será publicada sino que será entregada hoy a responsables franceses a cargo de los temas de defensa y seguridad.
Los expertos estiman que de haber ataques «en el tipo de estructuras y equipamientos de las construcciones de almacenamiento del combustible en piscinas los daños conducirían a hipótesis temibles«.
Greenpeace ha indica en un comunicado que el edificio del «reactor está protegido por un edificio de contención reforzado, pero las piscinas de combustible usado no están protegidas«. «Las piscinas contienen la mayor radiactividad de las centrales nucleares», ha agregado la organización. En total Francia tiene 63 piscinas de combustible usado.
Greenpeace acusa al grupo francés EDF, que gestiona las centrales francesas, de no haber «procedido a reforzar» las piscinas a pesar de varios informes anteriores e incluso el sobrevuelo de las centrales, repetido y aun sin explicación, por drones. «Hay que romper la ley del silencio sobre los riesgos de las centrales nucleares. EDF, que explota las centrales, no puede ignorar esta situación. Debe imperativamente tomar en mano este problema de seguridad efectuando los trabajos necesarios para hacer seguras las piscinas de almacenamiento del combustible usado», ha estimado Yannick Rousselet de Greenpeace.