El territorio de Nagorno Karabaj reabre un conflicto que se remonta 30 años atrás
La comunidad internacional mira de reojo lo que está aconteciendo en el Cáucaso Sur. Las tensiones entre Armenia y Azerbaiyán han vuelto a tensarse por el enclave separatista de Nagorno Karabaj, internacionalmente reconocido como parte de Azerbaiyán, pero de población mayoritaria armenia. El conflicto más antiguo del mundo se ha recrudecido en los últimos días hasta tal punto que muchos afirman que los países están al borde de la guerra.
El territorio, una franja de más de 4.400 kilómetros cuadrados, lleva enfrentando a las dos ex repúblicas soviéticas desde 1991. Cuando los países empezaron a separarse de la extinguida URSS, el parlamento regional de Nagorno Karabaj, que ya era una región autónoma dentro de Azerbaiyán, votó oficialmente pasar a formar parte de Armenia y declaró su independencia. El resultado tuvo el beneplácito del Gobierno armenio y el rechazo contundente de su vecino del oeste, lo que precipitó una guerra sangrienta que duró cuatro años (1991-1994) y dejó miles de muertos y alrededor de un millón de desplazados. Tras ello, se firmó una tregua donde los armenios de Nagorno Karabaj lograron crear un Estado independiente de facto.
Desde mediados de los 90 hasta la actualidad, muchos han sido los intentos por encontrar un consenso pacífico entre las partes, aunque ninguno ha fructificado. La escalada de tensión volvió en 2016, en la conocida como Guerra de los Cuatro Días, que dejó casi 200 fallecidos.
Pese a que en 2019 los mandatarios de ambos países emitieron un comunicado conjunto en el que prometían medidas para la paz, ninguna se concretó, y el enfrentamiento actual tiene toda la pinta de ser el más grave desde su inicio. Primero Armenia y, después, Azerbaiyán decretaron la ley marcial en sus territorios. Algo que nunca había sucedido. Las partes se culpan mutuamente de las hostilidades. Por un lado, el Gobierno armenio asegura que hubo un ataque sobre asentamientos civiles en Nagorno Karabaj, y que en respuesta derribó dos helicópteros del ejército de Azerbaiyán. Por otro lado, la versión del Gobierno azerbaiyano es que un ataque de Armenia en su territorio mató a una familia y que solo una operación contraofensiva pondrá fin a lo que ellos consideran ocupación de su territorio por parte de los separatistas armenios.
La posición de la Comunidad Internacional
Ante la posibilidad de una guerra directa, la comunidad internacional ya está empezando a tomar protagonismo en la contienda. Aunque en reglas generales el mensaje ha sido claro: el cese inmediato al fuego. Tanto Rusia, aliado tradicional de Armenia (tiene una base militar en este país); Irán, fronterizo con ambos países; y EE.UU., que tiene intereses en las dos naciones, han mandado de cara al público mensajes conciliadores con el objetivo de encontrar una solución pacífica consensuada. Mientras, Turquía, con su presidente a la cabeza, Recep Tayyip Erdoğan, le ofreció su apoyo abierto a Azerbaiyán, aliado histórico de los otomanos.