Claves para entender el espectacular desarrollo económico de la ciudad china
“El tiempo es dinero. La eficiencia es la vida”. Ese es el lema de la ciudad de Shenzhen, y parece que sus habitantes lo han interiorizado muy bien. Hace 30 años era una villa de pescadores con apenas 30.000 habitantes y a día de hoy es un núcleo urbano que alcanza los 12 millones de ciudadanos censados. La pregunta es clara: ¿Qué ha hecho posible esta milagrosa evolución?
CONTEXTO Y ENTORNO
Shenzhen es una de las ciudades más importantes de la provincia de Guangdong, en la República Popular China. Cuna de gigantes tecnológicos como Huawei o Tencent, una de las mayores empresas de Internet del planeta, creadora de Wechat (el Whatsapp chino), atrae cada año a millones de jóvenes en busca de trabajo y oportunidades.
Es un lugar para la innovación, la tecnología y el talento. La edad media de la ciudad oscila entre los 20 y los 30 años y la mayoría cuenta con una excelente preparación universitaria. Además, es el vivo ejemplo de la prosperidad económica, con un crecimiento del 27% anual sostenido y el mayor PIB per cápita de China.
Al pasear por sus calles, entre rascacielos kilométricos que conviven en armonía entre parques, estanques y zonas verdes, es fácil toparse con grandes empresas tecnológicas. Es uno de los pilares de la innovación tecnológica a escala mundial y la principal exportadora de productos electrónicos de China.
No ha sido magia, ni casualidad. Una serie de buenas decisiones han hecho de la villa de pescadores, el milagro de Shenzhen.
CLAVES PARA EL MILAGRO
En 1979, el gobierno chino hizo de Shenzhen la primera Zona Económica Especial de China. Allí se aplicaban políticas económicas orientadas al libre mercado y medidas más flexibles que en el resto del país para incentivar la proliferación de empresas y la prosperidad económica.
Las medidas adoptadas por Deng Xiao Ping en el año 79 lograron inversiones sin antecedentes en China y han hecho crecer a la ciudad en tiempo récord. A partir de entonces se multiplicaron las inversiones multimillonarias, procedentes tanto de capital chino como de capital extranjero, y a mediados de los 90 su población ya había aumentado hasta alcanzar los tres millones de habitantes.
Otros factores determinantes para su éxito han sido la atracción de talento y su gran conectividad a través de trenes de alta velocidad, facilitando así el intercambio comercial de la zona.
La implementación de políticas liberales ha dado sus frutos en Shenzen. Ahora, el presente allí se basa en palabras como Inteligencia Artificial, Big Data o IOT (Internet of Things), mientras en Occidente aún suenan a futuro lejano.
