El primer ministro holandés, Mark Rutte, anunció este martes la declaración de un «confinamiento parcial» durante cuatro semanas en Países Bajos porque «es la única manera» de frenar la segunda ola de coronavirus, después de registrar la última semana 43.904 nuevos positivos y convertirse en el tercer peor país de la UE.
En rueda de prensa, Rutte reconoció que esta medida, que entra en vigor mañana por la noche, «duele» a los sectores afectados y a la sociedad, y anunció que esto incluye el cierre de bares y restaurantes, la prohibición de venta de alcohol y drogas a partir de las 20.00 horas, y la «obligación» de uso de mascarillas en interiores.
Además, se puede tener a un máximo de «tres invitados en una casa por día», y se prohíben los deportes de grupo de aficionados (no de deporte profesional, que seguirá celebrándose, pero sin público), una medida para reducir también el uso del transporte público.