Pedro Sánchez, Ignacio Aguado y una buena parte de políticos se han apuntado al eslogan “hay que bajar la tasa IA a 25”. La tasa IA (Incidencia Acumulada) mide el número de casos por 100.000 habitantes en 14 días (o en 7, según se use).
Veamos un ejemplo real: Municipio madrileño con una tasa IA a 14 días de 2.083 ¿Qué hacemos? ¿Lo confinamos? ¿Desplegamos el ejército? ¿Lo bombardeamos directamente? Antes de seguir leyendo reflexiona un poco sobre qué medidas tomarías tú. Para ayudarte en la reflexión te diré que las medidas más estrictas se toman a partir de una tasa de 500. Y 2.038 es un poco más de cuatro veces ese valor.
¿Ya has pensado las medidas? Solo espero que no hayas decidido bombardear Madarcos, el pueblo del ejemplo, que tiene cuatro habitantes contagiados, pero como solo tiene 47 habitantes las tasa da ese valor.
Con esta nueva información ¿Qué es más efectivo? ¿Confinar el pueblo o a los cuatro infectados? ¿Lo segundo verdad? Valorar la tasa nos ha hecho olvidarnos del número real y de ese modo nuestras decisiones siempre serán erróneas.
En estos días habréis estado leyendo titulares muy similares a éste: “»Una generación perdida»: el paro juvenil en España casi triplica a la UE” o éste: “España se ha convertido en el Estado miembro de la UE con peores datos de desempleo entre los menores de 25 años”.
Veámoslo gráficamente:
Cuanto más oscuro el color, mayor edad. Efectivamente, viendo ese gráfico parece evidente que las administraciones públicas tienen que ponerse las pilas para solucionar lo que parece un grave problema.
Pero de nuevo la Tasa no nos deja ver el bosque.
Veamos qué sucede cuando en lugar de tomar la tasa, tomamos el número real.
La cosa cambia bastante, el problema real en volumen son los parados entre 25 y 54 años. Y sin embargo las medidas que escuchamos a nuestros políticos están enfocadas a menores de 26 años.
Con un añadido extra, ése rango de edad es el de padres de familia, cuya situación se vuelve más precaria y agobiante. Tienen hipotecas, letras de coche y niños que mantener. Pero los poderes públicos les han dejado de lado por completo.
Políticas de empleo mal enfocadas y diseñadas exclusivamente para crear una generación de votos cautivos a costa del dinero de los demás.
Subvenciones para vivienda, subvenciones para jóvenes agricultores, para jóvenes emprendedores, subvenciones para “bonos culturales”, subvención a los abonos de transporte, etc.
Porque si algo han entendido a la perfección nuestros políticos es lo que les cuesta a los españoles cambiar su voto, cuanto antes lo hagan cautivo, mejor.
Israel Cabrera es matemático, divulgador económico y coordinador de programas de investigación en Thinknomics.