El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, rechazó este pasado sábado reconocer a Joe Biden como presidente electo de Estados Unidos hasta «que se resuelvan todos los asuntos legales» de la elección, y ha justificado su postura en el presunto fraude electoral que padeció en 2006. «Nosotros padecimos mucho de las cargadas, de cuando nos robaron una de las veces la presidencia, y todavía no se terminaban de contar los votos y ya algunos Gobiernos extranjeros estaban reconociendo a los que se declararon ganadores, eso fue lo que pasó en el 2006», dijo el gobernante mexicano.
En una rueda de prensa en Tabasco, en el sureste de México, el mandatario negó pronunciarse «por prudencia» mientras Donald Trump insiste en que le robaron la elección y deben agotarse todas las vías legales. Además, AMLO defendió las políticas de Trump con México. «El presidente Trump ha sido muy respetuoso con nosotros y hemos logrado muy buenos acuerdos, y le agradecemos porque no ha sido injerencista y nos ha respetado», ha sostenido.
Mucha polémica
Todo ello ha generado polémica. Congresistas estadounidenses y políticos de la oposición mexicana manifestaron este sábado su indignación tras la negativa del Gobierno mexicano de reconocer a Joe Biden como presidente electo de Estados Unidos por ahora. «Esto representa un asombroso fracaso diplomático del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en un momento en el que la entrante Administración Biden busca una nueva era de amistad y cooperación», expresó Joaquín Castro, líder del Caucus Hispano en el Congreso de Estados Unidos.
El líder izquierdista presumió de tener «muy buena relación» con ambos candidatos, pero algunos demócratas pusieron esto en duda.
«AMLO (López Obrador) ha sido cómplice de los esfuerzos de Donald Trump de socavar los derechos humanos de los vulnerables solicitantes de asilo», manifestó Verónica Escobar, congresista de El Paso, en reacción a las declaraciones.
La postura de López Obrador contrasta con la de otros mandatarios de América, incluyendo Canadá, Argentina, Costa Rica, Chile, Colombia, Panamá e, incluso, la de Nicolás Maduro de Venezuela.
«AMLO no se mide, ya hasta el señor Maduro felicitó a Biden. Ya estar peor que eso es de risa», tuiteó Kenia López, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos en el Senado mexicano.
El presidente mexicano, quien tachaba de «racista» a Trump en campaña y ahora ha moderado su discurso, revivió las críticas de los políticos de oposición que lo acusan de apoyar la reelección de Trump con su viaje a Washington en julio pasado. «Hoy López Obrador se niega a felicitar a Joe Biden por su entreguismo con Donald Trump. ¡Los populismos son derrotables! En el 2021 le ganaremos al populismo mexicano», opinó Jesús Zambrano, presidente del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Legisladores del gobernante Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que habían callado hasta el mensaje de López Obrador, defendieron al presidente.
«La postura del presidente López Obrador es prudente, necesaria y acorde con los tiempos de respeto a las decisiones soberanas de otros Estados y hasta que no exista un presidente electo oficial», defendió Bertha Caraveo, presidenta de la Comisión de Asuntos Fronterizos y Migratorios del Senado.