El tratado de paz entre Armenia y Azerbaiyán, un revulsivo diplomático y comercial para el Cáucaso, por Koldo Salazar
Después de un mes y trece días de avances azeríes por el sur del territorio de Nagorno Karabaj, el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, declaraba en los medios de comunicación que, con mediación de Rusia, había decidido firmar la paz con Azerbaiyán.
La situación, tras el avance de las tropas azeríes sobre Fuzuli, Zangilan, Kashunik y las demás aldeas de la zona sur, implicó el consumo de los recursos militares y financieros por parte del presidente de la República armenia de Artsaj, Arayik Harutyunián. Las fuerzas militares, al no poder contener el avance en el sur y aislados de Irán, decidieron aceptar el acuerdo de paz por la incapacidad de concretar otros intentos de alto al fuego previos y defender el territorio, sobre todo tras la caída de Sushi, ciudad estratégica cuya toma por Azerbaiyán aislaba a la República de Artsaj de Armenia y dejaba vía libre para sitiar la capital, Stepanakert.
En el acuerdo de paz se establecen las siguientes cláusulas:
- La región de Agdám será devuelta a Azerbaiyán hasta el 20 de noviembre.
- A lo largo de la línea de contacto en Nagorno Karabaj y a lo largo del corredor de Lachín, se desplegará un contingente de mantenimiento de la paz de la Federación de Rusia conformado por 1.960 efectivos militares, 90 vehículos blindados de transporte de personal, 380 unidades de automóvil y equipo especial.
- El contingente de mantenimiento de la paz ruso se desplegará en paralelo con la retirada de las fuerzas armadas armenias. La duración de la estadía del contingente de mantenimiento de la paz es de 5 años con prórroga automática para los próximos períodos de 5 años, si ninguna de las partes declara 6 meses antes del vencimiento del período de intención de poner fin a la aplicación de esta disposición.
- A fin de aumentar la eficacia del control de la aplicación de los acuerdos por las partes en conflicto, se establecerá un centro de mantenimiento de la paz para controlar el alto el fuego.
- Armenia devolverá la región de Kelbajár a Azerbaiyán antes del 15 de noviembre y la región de Lachín hasta el 1 de diciembre. En el corredor de Lachín (5 km de ancho), que proporcionará la conexión de Nagorno Karabaj con Armenia y al mismo tiempo no afectará a la ciudad de Shusha, se redesplegará el contingente ruso para su seguridad.
- Por acuerdo de las partes, en los próximos tres años se determinará un plan para la construcción de una nueva ruta de tráfico a lo largo del corredor de Lachín, proporcionando comunicación entre Nagorno Karabaj y Armenia, con el posterior despliegue del contingente ruso para proporcionar la seguridad de esta ruta.
- Azerbaiyán garantiza la seguridad del tráfico a lo largo del corredor Lachín de ciudadanos, vehículos y mercancías en ambas direcciones.
- Los desplazados internos y los refugiados regresarán al territorio de Nagorno Karabaj y áreas adyacentes bajo el control de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
- Se lleva a cabo un intercambio de prisioneros de guerra y otras personas detenidas y cadáveres.
- Todos los enlaces económicos y de transporte de la región se desbloquearán.
- Armenia garantiza la seguridad de transporte entre las regiones occidentales de Azerbaiyán y la República Autónoma de Najichevan a fin de organizar la circulación sin obstáculos de ciudadanos, vehículos y mercancías en ambas direcciones. El control de las comunicaciones de transporte lo llevarán a cabo los órganos del Servicio de Fronteras del Servicio Federal de Seguridad de Rusia.
- Por acuerdo de las partes, se garantiza la construcción de nuevas comunicaciones de transporte que unan la República Autónoma de Najichevan con las regiones occidentales de Azerbaiyán.
Esto implica la recuperación, por parte de Azerbaiyán de partes del territorio de Nagorno Karabaj, el despliegue de tropas rusas (posiblemente con el apoyo de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, del cual Armenia forma parte), la vuelta de refugiados y el intercambio de prisioneros, sin embargo uno de los elementos más importantes que podemos destacar es el acuerdo entre ambos países para asegurar el tránsito de personas entre Nagorno Karabaj y Armenia (por el corredor de Lachín) que implica una reconstrucción de la misma así como el fin del aislamiento de Najichevan, un enclave azerí encajado entre Turquía, Armenia e Irán.
Este tratado implica no sólo el fin de la guerra sino el inicio de un nuevo estatus que, en primer lugar, es beneficioso para Rusia, y que retiene una importante cuota de poder en el Cáucaso, región duramente disputada por Estados Unidos a través de Georgia y por parte de Turquía a través de Azerbaiyán, esta guerra ha permitido a Rusia estrechar lazos con un Pashinián distante a Moscú desde que tomó el poder en 2018 consiguiendo, a través de eso, apuntalar la influencia de Moscú en estas latitudes salvando sus fronteras avanzadas.
Sin embargo este tratado puede ser beneficioso para Armenia, en primer lugar porque permite al Gobierno de Yerevan estar protegido de forma directa por Rusia, relacionarse y establecer relaciones diplomáticas y económicas con países como Turquía y Azerbaiyán (con cuyas relaciones eran inexistentes), lo que implica la apertura de las fronteras, el fin del bloqueo y el inicio de nuevos incentivos para el comercio, un nuevo avance en la estabilidad de la región de Oriente-Medio/Cáucaso y la resolución, por primera vez, de un conflicto regional heredado de la caída de la Unión Soviética.