Teniente coronel experto en yihadismo: “Los terroristas usan nuestros sistemas democráticos como armas”
Francia y Viena han sido testigos en las últimas semanas del horror del terrorismo radical islámico. Un ataque enfrente de la antigua sede del semanario ‘Charlie Hebdo’, la decapitación del profesor Samuel Paty y los atentados en Niza y en Viena han dejado casi diez muertos y varios heridos, algunos de ellos de gravedad.
El teniente coronel Manuel González, experto en yihadismo, analiza el perfil actual de los terroristas que llevan a cabo estas matanzas.
¿Cómo surgen los lobos solitarios?
El fenómeno surge después de varias fatuas [dictamen religioso] que hace Bin Laden en su momento. Decía que cualquier musulmán en cualquier punto del mundo podría ser un terrorista. Eso fue alentando este odio durante los años siguientes con lemas como que “un ordenador es un arma y que puedes utilizar tus propias manos para hacer cualquier cosa”. Todo esto, además, se potenció en el año 2010 cuando Al Qaeda sacó un ‘manual del yihadista’, en el cual se indicaban diversas maneras de poder atentar sin necesidad de una estructura creada como han tenido siempre grupos terroristas (con elementos financieros, militares, políticos o en este caso también religiosos).
Empezaron viendo que con utensilios como un mechero, un cuchillo, o un camión, es decir, sin ningún tipo de arma de fuego, podían realizar atentados que, si bien no serían muy impactantes desde el punto de vista de víctimas mortales, sí lo serían, y de hecho así lo han sido, desde el punto de vista psicológico, social y de impacto mediático.
¿Qué diferencias hay entre los atentados realizados por lobos solitarios y los atentados organizados?
Los lobos solitarios tienen menos medios tanto humanos como materiales. Menos medios humanos porque al estar solos no cuentan con una estructura para poder desarrollarse. Segundo, son los medios materiales. No disponen ni de financiación ni de medios de armamento ni explosivos y normalmente tampoco tienen la capacidad de obtenerlos. Lo que hacen es que con esos manuales realizan explosivos en casa. Han sido atentados con un menor impacto de víctimas mortales, pero con un impacto grande a niveles mediáticos.
¿Ha cambiado el perfil de los terroristas de antes y los de ahora?
Sí, ha cambiado es varios aspectos. Primero en esa parte “solitaria”. Además, debido a las actuaciones policiales, tampoco tiene una estructura y una infraestructura muy sólida. Esta radicalización se está haciendo cada vez a individuos más jóvenes. Un estudio que se hizo aquí en España hace unos años explicaba que estaba bajando la edad media de los arrestados por terrorismo yihadista y que también estaba variando el género. El porcentaje de mujeres había subido respecto a hace unos años.
Antes eran más mayores, estaban entre los 25 y los 30 años, incluso hubo alguno de 50 años, pero hemos visto que ha bajado. Antes también teníamos perfiles de estudios superiores y gente con muy buena posición económica, pero ahora son más frecuentes individuos de clase media-baja a niveles sociales, culturales y económicos.
¿Cuáles son los factores que pueden favorecer esta radicalización?
Los factores son múltiples. Primero, que tenga una vida social inestable, es decir, que no sea una persona adaptada a la sociedad; por lo tanto, se siente solo y en esa soledad es mucho más fácil que empiece a recibir mensajes y tenga esa vulnerabilidad creada. Otro factor puede ser que tenga problemas económicos, sin embargo, este no es un factor clave porque ha habido muchos terroristas que no eran pobres. Tenemos el ejemplo de un chico nigeriano que en 2009 intentó atentar en un vuelo y era el hijo de uno de los mayores millonarios de Nigeria.
Además, los problemas de adaptación son otro factor. Tengamos en cuenta que muchas veces algunos individuos jóvenes llegan a otro estado que no es el suyo, llegan a un círculo social, religioso y de costumbres culturales diferentes a los suyos. No se sienten adaptados y esto provoca que el grupo no le acoja adecuadamente o él no quiera entrar en el grupo porque lo considera malo.
Hay otro tema de percepción de grupo, histórica y religiosa, que consiste en que una persona percibe (sea o no verdad) es que está siendo atacado, preguntado o detenido solo por el hecho de ser de otra religión, de otra etnia o de otro país.
Por último, está el entorno familiar que es fundamental. Si una familia apoya que la única visión del mundo es la que ellos presentan y, además, justifican de alguna manera la violencia, imaginemos entonces cómo se ha ido creando la mente de estos individuos desde que son jóvenes hasta que llega a la pubertad. Esta etapa de adolescencia es clave ya que es esa edad difícil hay gente que no tiene muy claro el camino a seguir en su vida y opta por el camino de la solución rápida que es la solución violenta, incluso poniendo en juego su vida.
¿Cómo es este proceso de radicalización? ¿Cómo consiguen captarlos?
Lo primero que hace el radicalizador es detectar cual es la vulnerabilidad de la persona. Una vez que la localizan, potencian un mensaje para decir “todo es malo menos yo, que soy el bueno y te vengo a ayudar y te vengo a apoyar”. Esto lo pueden realizar bien presencialmente o bien a distancia a través de diferentes accesos al mundo virtual.
Una vez que se localiza la vulnerabilidad y se hace indispensable el individuo, el radicalizador empieza a meterle las ideas en la cabeza, que lo que hacen es potenciar esa idea inicial, de “lo bueno es lo mío, lo malo es lo negativo y lo del resto, nadie te quiere, solo te quiero yo, nadie te aprecia, solo te aprecio yo”. De esta forma va creando una burbuja en esa persona que al final cree que la única solución es obedecer, lo que le lleva a quedar bien delante de ese radicalizador. Por lo tanto, cualquier acción que le pida, de tipo logístico o violenta, probablemente la lleve a cabo.
En las últimas semanas Europa ha sido testigo de múltiples atentados. ¿Por qué han sido tan seguidos?, ¿es coincidencia o hay una explicación?
Ha habido una sinergia de factores negativos. Se cree que en Francia ha sido por la coincidencia con el juicio de ‘Charlie Hebdo’. Además, las fuerzas de seguridad de todos los países ahora mismo están ocupadas en otras cosas con la pandemia, por lo tanto, han aprovechado la situación. Los terroristas también han visto removerse el tema de las caricaturas y han querido actuar para hacerse notar más. Han encontrado la oportunidad de ser protagonistas en este momento. La decapitación del profesor y los atentados de Niza y contra la exsede del ‘Charlie Hebdo’ han sido fruto de esto.
En varios atentados aquí en Occidente posteriormente se ha publicado que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad ya conocían a los autores y les tenían fichados, ¿cómo puede ocurrir esto?
No han sido los primeros ni serán los últimos. Lo que ocurre es que no hay capacidad de tener vigilancia sobre todos aquellos de los que se tiene un seguimiento. No tenemos capacidad de estar con las labores normales de seguridad ciudadana y, además, tener vigilados a los individuos a los que tenemos fichados. En Europa, hay miles de personas que están marcadas. Si intentas vigilar a cada una de esas personas, cada individuo necesitaría cuatro o cinco agentes turnándose para ir vigilando. Es inviable destinar a miles de agentes solamente a vigilancia preventiva.
Por otro lado, los derechos de cada individuo en cada país hacen que tampoco tengamos capacidad para coartar libertad y derechos sin ningún tipo de prueba. De hecho, esta es una de las armas que tienen los terroristas y uno de ellos lo declaró: “Nosotros usamos como arma vuestras debilidades, que son vuestros sistemas democráticos. Donde los derechos y las libertades son una garantía para todos, incluido para mí”.