La policía alemana carga contra una protesta violenta por las restricciones del coronavirus
Las fuerzas de seguridad confirmaron más de un centenar de detenciones y acabaron recurriendo a cañones de agua y gas lacrimógeno
La policía alemana disolvió este miércoles con fuerza una manifestación violenta de grupos contrarios a las restricciones de la pandemia que trató de acceder a la zona restringida junto al Parlamento y no cumplía las medidas de higiene y distanciamiento.
La violencia empezó a mediodía y se prolongó durante unas tres horas, mientras en el Bundestag (Cámara Baja) se celebraba un pleno para aprobar la reforma de la Ley de Protección contra Infecciones, para dotar de fundamento legal a las actuales restricciones por la pandemia.
La concentración frente a la Puerta de Brandeburgo había transcurrido durante algunas horas de forma pacífica -pese a que los participantes no llevaban mascarillas ni mantenían la distancia de seguridad– pero pasadas las 11.00 hora local (9.00 GMT) la situación comenzó a escalar con la llegada de nuevos manifestantes, que llegaron a sumar varios miles.
Entre estos se encontraban grupos de ultraderechistas que elevaron la tensión, se enfrentaron a la policía lanzando botellas y bengalas, y trataron en ocasiones de entrar en la zona restringida, donde la protesta no estaba permitida.
La policía, con unos 2.000 agentes, dio entonces por concluida la manifestación y exigió a los participantes que se dispersasen, sin ningún éxito. Las fuerzas de seguridad, que confirmaron más de un centenar de detenciones, acabó recurriendo a cañones de agua y gas lacrimógeno.
La viceportavoz del Gobierno, Ulrike Demmer, declaró a propósito de los manifestantes que no cumplían con las reglas de higiene y distancia que estas son «irrenunciables» y que los límites a este tipo de protestas son precisamente el respeto de esas medidas.
Mientras tanto, la sesión del parlamento transcurría de manera bronca por el cruce de acusaciones entre el Gobierno, que llevaba al pleno la reforma de la ley para asegurar legalmente su actuación en la aplicación de restricciones, y el ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
El ministro de Sanidad, Jens Spahn, argumentó que un reto como la pandemia supone siempre daño y es tarea de la política sopesarlos y establecer prioridades. «La protección de la salud tiene un peso superior relativo», agregó.
Agregó que el objetivo es rebajar el número de infecciones y aliviar la carga sobre el sistema sanitario, logrando el «equilibrio correcto» entre libertades y derechos, de un lado, y restricciones por motivos superiores.
Los ultraderechistas consideraban que el margen de acción que la reforma concede al Ejecutivo y Legislativo en momentos excepcionales supone una violación de los derechos fundamentales. La policía ya había advertido este martes a los parlamentarios frente a posibles ataques de manifestantes.
Alemania aplica desde marzo restricciones para controlar la propagación de la pandemia y ha aprobado para este noviembre una serie de medidas extraordinarias por el repunte de los contagios. Desde hace varios meses grupos de negacionistas de la pandemia, críticos con las restricciones y seguidores de varias teorías de la conspiración se manifiestan semanalmente en Alemania, logrando atraer en ocasiones a varios miles de personas. La policía ha alertado de que estos colectivos están infiltrados y a veces dirigidos por ultraderechistas.