La Comisión Europea y la Presidencia alemana del Consejo de la Unión Europea explorarán todas las opciones posibles para sortear el veto de Hungría y Polonia al plan de recuperación europeo, lo que podría pasar por poner en marcha el Fondo de Reconstrucción sin estos dos países.
La Comisión Europea (CE) explora ya las opciones para poner en marcha el fondo de recuperación pospandemia de la Unión Europea (UE) sin Hungría y Polonia en caso de que estas no levanten en los próximos días su veto al plan de reconstrucción.
Bruselas tiene sobre la mesa varias posibilidades para establecer una solución que «replicaría los efectos del paquete actual» y funcionaría como «puente» hasta que los Veintisiete lleguen a un acuerdo unánime sobre el marco financiero plurianual de 2021-2017 y el fondo de reconstrucción, según explicó este miércoles un alto cargo comunitario.
«Estamos bastante seguros de que estas soluciones pueden encontrase y ser puestas en marcha rápidamente», dijo este funcionario, agregando que Bruselas aún no se ha decantado por una opción concreta y que el «escenario central» sigue siendo resolver el bloqueo a 27.
Budapest y Varsovia mantienen desde hace dos semanas su veto al plan por su rechazo a condicionar los fondos europeos al Estado de Derecho y la confirmación de que se contempla iniciar el plan sin ellos aumenta la presión sobre ambos.
Una opción consistiría en establecer el fondo de recuperación a través de una cooperación reforzada, que permite que un mínimo de nueve países pueda emprender una iniciativa común sin que se sumen el resto de socios de la UE.
Otra sería que los Estados miembros que quieran participar del fondo proporcionen los avales necesarios para que la Comisión pueda emitir la deuda con la que este se financiará, de modo que no sea necesario utilizar como respaldo los recursos propios del presupuesto comunitario.
Esto permitiría alcanzar los 750.000 millones de euros previstos para el fondo, aunque correspondería a los Estados participantes decidir si quieren reducir el montante al quedar fuera Hungría y Polonia o redistribuir las asignaciones previstas para estos países entre el resto.
Una tercera posibilidad consistiría en establecer un acuerdo intergubernamental entre los Estados interesados, pero Bruselas considera esta opción menos atractiva porque llevaría más tiempo diseñarla y porque tomar prestado en los mercados con este esquema aumentaría los ratios de deuda nacionales de los países miembros que participen. Por ello, apuesta por un solución dentro de la legislación comunitaria.
La Comisión calcula que, aunque se lograse aprobar el paquete a 27, las ayudas del fondo de recuperación solo empezarían a llegar a los países «a partir junio» debido a que deben completarse los procesos de ratificación y la aprobación de los planes de recuperación nacionales, explicó el citado alto cargo.
Este calendario, añadió, podría mantenerse en líneas generales incluso en caso de que haya que adoptar una solución alternativa si esta se hace dentro del marco comunitario, aunque los plazos dependerán de cuánto se ciña al acuerdo ya logrado sobre el fondo y del proceso de decisión, con lo cual aún hay «considerable incertidumbre».
El tiempo para sortear el veto se agota, ya que el marco financiero plurianual tendría que aprobarse a más tardar en la cumbre de líderes de la UE del 10 y 11 de diciembre para que el Parlamento Europeo pueda dar su consentimiento antes de fin de año y entre en vigor el 1 de enero de 2021.