Algunos de los invitados, entre los que están Pfizer y Moderna, se sienten incómodos por la presión de la Casa Blanca, ya que perciben la cumbre como política por encima de todo
El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha invitado a líderes de empresas farmacéuticas y representantes de la comunidad científica a una cumbre el próximo martes en la Casa Blanca centrada en la vacuna del COVID-19.
Un portavoz de la Casa Blanca, Brian Morgenstern, dijo este jueves que Trump planea reunir en la Casa Blanca a «líderes del Gobierno federal, los Gobiernos estatales, el sector privado y las comunidades militar y científica».
El objetivo es mantener «una conversación en profundidad con el pueblo estadounidense a medida que el Gobierno se prepara para distribuir esta vacuna histórica y que salvará vidas a cada código postal de los Estados Unidos en las 24 horas siguientes a la aprobación por parte de la FDA», añadió.
La cumbre se producirá dos días antes de que la Agencia de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) se reúna para evaluar si aprueba la vacuna desarrollada por la farmacéutica Pfizer y su socia alemana BioNTech, un encuentro previsto para el jueves 10 de diciembre.
Una semana después, el 17 de diciembre, la FDA se reunirá para sopesar la autorización de emergencia en Estados Unidos que han pedido los fabricantes de otra vacuna, la de Moderna.
El citado portavoz de la Casa Blanca no quiso dar detalles sobre la lista de invitados a la cumbre, pero según la publicación especializada en ciencia STATNews, incluyen tanto a Pfizer como a Moderna.
Además, de acuerdo con STAT, están convidadas distribuidoras de medicamentos, farmacias y compañías de logística como McKesson, Walgreens, CVS, UPS y FedEx.
Algunos ejecutivos de las compañías invitadas están incómodos por la presión de la Casa Blanca para asistir a una cumbre que perciben como política por encima de todo, como un intento de atribuir a Trump el logro de la vacuna, indica la publicación especializada.
Trump se ha atribuido buena parte del mérito por la rapidez de las farmacéuticas de EE.UU. en el desarrollo de una vacuna contra la pandemia, que ha contado con el apoyo de la Casa Blanca a través de su Operación «Warp Speed», diseñada para acelerar las soluciones médicas a la pandemia.
Sin embargo, el Gobierno de Trump ha dado pocos detalles sobre cómo afrontará el reto de vacunar a los más de 330 millones de habitantes de Estados Unidos, una tarea que a partir del 20 de enero recaerá también sobre el equipo del presidente electo, Joe Biden.
Se espera que las primeras vacunas de Pfizer se distribuyan a mediados de diciembre, y el reparto será proporcional a la población de cada estado, cuyos líderes podrán decidir quién tendrá prioridad para recibirla, normalmente entre la población de alto riesgo y los profesionales médicos.
El Departamento de Salud confía en que haya unas 40 millones de unidades de la vacuna disponibles para el final del año en Estados Unidos, que bastarían para inocular a unos 20 millones de personas, dado que son necesarias dos dosis por individuo.