Sin distancia de seguridad y sin mascarillas, el presidente de México ha protagonizado así un evento entre una multitud de personas en pleno repunte de contagios en el país
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, rompió este domingo la distancia de seguridad y se abrazó sin mascarilla con ciudadanos que le pedían fotos durante una gira por el sureño estado de Oaxaca, cuando el país se encuentra en pleno repunte de contagios. López Obrador ha dicho que una de las cosas que más le «duele» de la pandemia es no poder saludar, abrazar y besar a la gente.
Recientemente aseguró que sus asesores le han dicho que la mascarilla «no es indispensable» y que solo necesita «guardar sana distancia» con la gente, lo que por cierto tampoco ha cumplido durante esta vista, y un lavado frecuente de manos.
Según la prensa local, tras inaugurar un camino rural en la población de Santa Ana, el presidente bajó la ventanilla de su camioneta y dio la mano a varios ciudadanos que querían saludarlo.
También recibió algunos regalos de sus seguidores, como una botella de mezcal, un sombrero y un pavo, e incluso se bajó del vehículo sin mascarilla durante unos momentos para abrazarse y tomarse fotos con algunos pobladores.
Cuando llegó a México el COVID-19 finales de febrero, López Obrador fue muy criticado por no renunciar a sus giras de los fines de semana por las zonas rurales del país, donde goza de una elevada popularidad y donde solía disfrutar de baños de masas.
Con el tiempo, fue limitando sus viajes y el aforo de sus eventos, comenzó a evitar el contacto con la gente y se hicieron virales imágenes de manifestantes que se acercaban a la camioneta del presidente pero este no bajaba su ventanilla. No obstante, ha hecho alguna excepción como cuando el 30 de marzo, durante un viaje a Sinaloa, bajó de su camioneta para saludar a la madre del narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán. «¿Cómo no le voy a dar la mano a una señora? Cómo le voy a dejar la mano tendida? Se me hace mal eso», dijo entonces ante las críticas.
Durante todo este tiempo, López Obrador se ha negado a portar en público mascarilla, a pesar de que su uso está extendido en todo el país y es obligatorio en todos los espacios cerrados y en las calles de algunas ciudades.
Cerca de la mitad del gabinete de López Obrador, quien se hace pruebas periódicas, ha enfermado de COVID-19 así como varios gobernadores, incluida la alcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
México se encuentra en un acelerado repunte de contagios del COVID-19 con 1.241.436 contagios y 113.704 muertos confirmados.
El pasado viernes, las autoridades sanitarias aprobaron la vacuna de Pfizer, que comenzará a aplicarse este mismo mes a los trabajadores sanitarios.