El presidente iraní sobre el Gobierno de EE.UU.: «Les tenemos que cortar las piernas de la región, hasta que no cortemos sus piernas no habremos llevado a cabo la venganza definitiva»
El presidente iraní, Hasan Rohaní, dijo este miércoles que solo la expulsión de EE.UU. de la región puede ser la venganza definitiva contra el Gobierno de Washington, por el asesinato del comandante de los Guardianes de la Revolución, Qasem Soleimaní.
«Le cortaron los brazos a nuestro comandante, les tenemos que cortar las piernas de la región, hasta que no cortemos sus piernas no habremos llevado a cabo la venganza definitiva», dijo hoy Rohaní en la sesión del Gabinete, en unas declaraciones difundidas por la web oficial de la Presidencia.
«Es el derecho de nuestra querida gente vengarse por la sangre de su querido» comandante, apostilló Rohaní, unos días antes del aniversario del magnicidio de Soleimaní, el 3 de enero, a manos de EE.UU.
Rohaní indicó que uno de los motivos por los que Donald Trump ha perdido las elecciones estadounidenses fue ese magnicidio y agregó: «estoy seguro de que después de Trump se creará una condición mucho mejor para la estabilidad y la seguridad en toda la región».
«Una de las consecuencias de este vergonzoso y estúpido acto fue el cese de la era del ‘trumpismo'» dijo Rohaní, quien añadió que, «en pocos días acaba el mandato de este salvaje asesino que cometió tantos crímenes y él será entregado al contenedor de basuras de la historia».
Para el presidente iraní, el asesinato de Soleimaní fue una venganza contra todos los países independientes de la región y las grandes naciones que se opusieron a las conspiraciones de Estados Unidos e Israel.
Rohaní enfatizó que Trump y el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, encabezan la lista de los que perpetraron ese ataque terrorista.
Soleimaní era el comandante de la Fuerza Quds, encargada de las operaciones fuera de Irán de la Guardia Revolucionaria y estuvo muy presente sobre el terreno en países como Siria e Irak dirigiendo las milicias chiíes aliadas de Teherán y era el hombre fuerte de Irán en la lucha contra los extremistas.
El 8 de enero, la Guardia Revolucionaria de Irán, como un «primer paso» de venganza, atacó con varios misiles una importante base militar estadounidense en Irak.