El gigante asiático subraya la «alta sensibilidad» que para ellos tienen temas de soberanía territorial, como Taiwán, Hong Kong o Xinjiang
El responsable de relaciones internacionales del Partido Comunista de China (PCCh), Yang Jiechi, pidió hoy al nuevo Gobierno de Estados Unidos que las relaciones entre ambas potencias vuelvan a ser «predecibles y constructivas» y que no interfiera en «asuntos internos» como Taiwán, Hong Kong o Xinjiang.
En un discurso por videoconferencia ante el Comité Nacional para las Relaciones Estados Unidos-China, un cuerpo asesor radicado en Nueva York, Yang -que tiene gran influencia en las relaciones internacionales del país asiático- reclamó que Washington «deje de tratar de interferir en los asuntos internos de China para obstruir su desarrollo».
Yang habló de la «alta sensibilidad» de los citados asuntos «relativos a la soberanía y la integridad territorial de China» y aseguró que si Washington «no los entiende» los daños para las relaciones entre los dos países serán «graves».
Las declaraciones del jefe diplomático del PCCh -ministro de Exteriores entre 2007 y 2013- se producen tan solo unos días después de que el nuevo secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, se alinease con la postura de su predecesor, el muy criticado por China Mike Pompeo, al considerar que Pekín está cometiendo un «genocidio» contra la minoría musulmana uigur en la región noroccidental de Xinjiang.
Yang aseguró hoy que China «nunca ha interferido en los asuntos internos de Estados Unidos» ni ha planteado un «enfrentamiento ideológico» contra Washington.
En su opinión, el Gobierno estadounidense durante los cuatro años de presidencia de Donald Trump se embarcó en unas «políticas antichinas extremadamente equivocadas» que plantearon «dificultades graves y sin precedentes» desde el inicio de las relaciones bilaterales, que comenzaron en 1979. La razón, apuntó Yang, es que «algunas personas en EE.UU. malinterpretaron la estrategia de China y la tomaron como un importante competidor estratégico o incluso como un rival».
Ahora Pekín espera que Washington «deje atrás las viejas teorías del juego de suma cero entre los grandes poderes y trabaje con China» en un momento «crucial» para los lazos, ante los que se plantean «nuevos retos y oportunidades».
El alto cargo del Partido Comunista aseveró que todos los países del mundo esperan que China y EE.UU. colaboren para llevar sus relaciones de vuelta a un camino «predecible y constructivo» que construya un modelo de «coexistencia pacífica» basado en el respeto mutuo y en evitar los conflictos y enfrentamientos.
Para ello, indicó Yang, no solo será necesario «retomar las comunicaciones normales» sino también que Washington «ponga fin a medidas injustas e impopulares» como las restricciones a la presencia de medios estatales chinos o sedes del Instituto Confucio -organismo estatal de divulgación cultural y lingüística- en Estados Unidos o las sanciones a compañías del gigante asiático.
Acerca de este último punto, el representante del PCCh pidió que se dejen de politizar los conflictos comerciales y que «no se abuse del concepto de seguridad nacional».
Al finalizar su discurso, Yang afirmó que el futuro de las relaciones entre China y Estados Unidos es «brillante» y que «tomarán el camino de la mejora y el desarrollo» siempre y cuando se basen en el respeto mutuo, en buscar entendimientos para resolver las disputas y en mantener bajo control esos puntos de fricción.