La vacunación arrancó simultáneamente en varias provincias del país tras la llegada del primer cargamento de 10.000 dosis
Irán arrancó este martes la vacunación contra el COVID-19 con el medicamento ruso Sputnik V, el primer paso para contener una pandemia que ha golpeado duramente al país, donde se han contabilizado más de 1,4 millones contagios y 58.000 fallecidos.
El esperado evento tuvo lugar ante un nutrido grupo de médicos y periodistas en el hospital público Imam Khomeini de Teherán, que ha atendido al mayor número de enfermos de COVID-19 del país desde que se detectaron los primeros casos hace ya un año.
«Hoy empezamos la vacunación en 635 hospitales públicos, caritativos y privados, que fueron centros de referencia en la gestión del coronavirus», dijo exultante el ministro de Salud, Said Namakí.
En su discurso, Namakí informó de que el primer grupo al que se le inyectará la vacuna es «el personal de las unidades de cuidados intensivos implicado en la cura del COVID-19».
También destacó la seguridad de Sputnik V, que tiene una eficacia del 91,6%, y garantizó que solo van a importar vacunas de «fuentes muy fiables» para el país, donde para contener la tercera ola de la enfermedad se han aplicado numerosas restricciones como un toque de queda nocturno.
Confianza total en la vacuna
Con el fin de disipar los posibles temores de parte de la población, las autoridades persas decidieron que la primera dosis fuera inyectada a Parsa Namakí, hijo del ministro de Salud.
«El hecho de que su querido hijo sea la primera persona a la que se inyecta esta vacuna es un mensaje para todo el pueblo de nuestro país de que todos los responsables confiamos en ella y estamos dispuestos a recibir las primeras dosis», afirmó el presidente, Hasan Rohaní, por videoconferencia.
El propio Parsa, estudiante de maestría en la prestigiosa Universidad Sharif, dijo después de ser vacunado que se prestó a ello porque si estaba en su mano quería «tener un papel para crear confianza en la gente».
Los siguientes vacunados fueron varios médicos, enfermeros y auxiliares de la unidad de cuidados intensivos del Hospital Imán Jomeini, como el anestesista Fatah Ghazi.
También la enfermera Sara Gudarzi, quien hizo la señal de la victoria con la mano, fue vacunada por otra mujer con el brazo tapado en cumplimiento de la normativa islámica del país, donde las féminas tienen que cubrir todo su cuerpo y el cabello.
Colaboración con Rusia
La vacunación arrancó de forma simultánea en varias provincias del país cinco días después de la llegada del primer cargamento de 10.000 dosis procedente de Rusia, un aliado político y económico de Irán.
La Organización de Alimentos y Medicamentos de Irán indicó que han comprado 2 millones de dosis de Sputnik V, creada por el Centro Gamaleya. Se espera que Rusia entregue en la próxima semana un segundo lote y que un tercero llegue el día 28 de febrero.
Además de su compra directa, Irán busca aumentar la cooperación con Rusia en este ámbito y coproducir la vacuna. Una delegación del Ministerio de Salud ha viajado a Moscú para intentar llegar a un acuerdo con el Centro Gamaleya.
Según los datos oficiales, Irán recibirá también 16,8 millones de dosis a través del programa Covax e importará unos 25 millones de dosis de otros países como China (Sinopharm) e India (la producción local de AstraZeneca), ya que el líder supremo, Alí Jamenei, ha prohibido la compra de vacunas estadounidenses.
El viceministro de Salud, Alireza Raisí, señaló hoy que 1,3 millones de iraníes habrán sido vacunados antes del fin del presente año del calendario persa (20 de marzo), de una población de más de 80 millones, y que los siguientes grupos prioritarios son los trabajadores sanitarios y los ancianos.