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Los demócratas tachan a Trump de "incitador en jefe" del asalto al Capitolio

Los demócratas tachan a Trump de «incitador en jefe» del asalto al Capitolio

Los fiscales afirman que las pruebas van a demostrar que «Donald Trump abdicó de su papel como comandante en jefe» para convertirse en «el incitador en jefe de una insurrección peligrosa»

Los «fiscales» demócratas del segundo juicio político a Donald Trump perfilaron este miércoles al expresidente de Estados Unidos como el «incitador en jefe» de la turba que asaltó el Capitolio, y le acusaron de «alentar deliberadamente» la violencia para intentar mantenerse en el poder.

En la segunda jornada del juicio político («impeachment», en inglés) contra Trump, los demócratas exhibieron imágenes inéditas del ataque al Capitolio del pasado 6 de enero, y articularon un alegato contundente contra el expresidente, acusado de «incitar una insurrección» de sus seguidores que se saldó con cinco muertos.

«Las pruebas demostrarán que Donald Trump abdicó de su papel como comandante en jefe y se convirtió en el incitador en jefe de una insurrección peligrosa», dijo el «fiscal» jefe del «impeachment», el legislador demócrata Jamie Raskin.

«Les dijo (a sus seguidores) que lucharan como si fuera el infierno, y ese día nos trajeron el infierno» al Capitolio, añadió.

Vídeos inéditos del asalto

En el pleno del Senado, donde se desarrolla el juicio político, los «fiscales» proyectaron vídeos grabados el 6 de enero por las cámaras de seguridad del Capitolio que no habían salido a la luz hasta ahora, así como grabaciones también inéditas de las comunicaciones policiales por radio de ese día.

Esos documentos les permitieron reconstruir, paso a paso, el extraordinario ataque, desde el momento en el que varios seguidores de Trump rompieron las ventanas del Capitolio y se colaron en el edificio, justo cuando los congresistas y senadores estaban reunidos para ratificar la victoria electoral del ahora presidente Joe Biden.

Los vídeos de las cámaras de seguridad, combinados con otros grabados por la prensa y los propios asaltantes, mostraron lo cerca que estuvieron los seguidores de Trump del entonces vicepresidente Mike Pence, al que algunos pidieron «ahorcar» por haberse negado a impedir que el Congreso certificara la victoria de Biden.

«Pueden oír a la turba pidiendo la muerte del vicepresidente de los Estados Unidos», subrayó otra de los «fiscales», Stacey Plaskett, delegada demócrata en la Cámara de Representantes.

El cerco a Pence y a Pelosi

Los vídeos también mostraron cómo el personal de la oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se atrincheró en un despacho muy poco antes de que la turba llegara a la oficina de esa congresista demócrata, a la que «la multitud habría matado si la hubieran encontrado», según Plaskett.

«El presidente Trump puso una diana en sus espaldas (de Pence y de Pelosi) y envió a una turba al Capitolio para cazarlos», sentenció Plaskett.

También proyectaron un vídeo grabado por la cámara adherida al uniforme de un policía, que muestra cómo la multitud le apaleaba mientras estaba en el suelo, y revelaron cómo los agentes desplegados cerca del Capitolio pidieron refuerzos casi media hora antes de que la turba entrara en el edificio.

Trump «construyó esta turba»

Los «fiscales» argumentaron que, con sus denuncias sin pruebas de fraude electoral, Trump sembró durante semanas las semillas del asalto al Capitolio, y después de provocar la furia de sus votantes, les empujó a actuar, con un discurso ese día en Washington en el que instó a sus seguidores a marchar hacia el Congreso y luchar.

«(Trump) construyó esta turba a lo largo de muchos meses, repitiendo los mismos mensajes hasta que creyeron que les habían robado sus votos, y les incitó para poder utilizarlos para robarse las elecciones», resumió el «fiscal» demócrata Eric Swalwell.

Otro de los «fiscales», el congresista Ted Lieu, alegó que Trump recurrió a la ira de sus seguidores porque «se había quedado sin opciones no violentas para mantenerse en el poder», después de presionar sin éxito a funcionarios en estados clave para que desafiaran el resultado de las elecciones.

Su compañero demócrata Joe Neguse aseguró que el ataque era «predecible» dados los comentarios de Trump, y describió las peticiones del expresidente de «detener el robo» de las elecciones como un «llamado a las armas».

La acusación y el jurado, víctimas del ataque

Además de por ser el primer juicio político de la historia de Estados Unidos que afecta a un presidente que ya no está en el poder, este proceso es extraordinario porque tanto la acusación -formada por nueve congresistas- como el jurado -integrado por los cien senadores- son además víctimas de los hechos que se examinan.

Eso dio pie a varios momentos emotivos durante el alegato de los «fiscales», y a una de ellas, Madeleine Dean, le tembló la voz al describir el miedo que sintió cuando la turba aporreó las puertas de la Cámara de Representantes.

«Nunca olvidaré ese sonido», confesó Dean.

Una condena muy improbable

Los responsables de la acusación son conscientes de lo improbable que es que el proceso termine en una condena para Trump, puesto que para ello se necesitaría un mínimo de 67 votos (dos tercios del Senado), y los demócratas solo controlan 50 escaños de la cámara.

Sin esa condena, los demócratas no podrán conseguir su objetivo principal: la inhabilitación de Trump para ejercer cargos políticos en el futuro.

Pese a ese panorama, los «fiscales» dejaron clara la cantidad de pruebas que apuntan a la responsabilidad de Trump en lo sucedido y subrayaron varios puntos que pueden ser especialmente convincentes para los republicanos, como el grave peligro en el que estuvo Pence, un miembro de su partido.

«Después de lo que hemos visto hoy, no sé cómo el presidente Donald Trump podría ser elegido para la Presidencia de nuevo», dijo a los periodistas la senadora republicana Lisa Murkowski, una de las más moderadas y que está pensando en votar para condenar a Trump.

Se espera que los «fiscales» terminen este jueves su alegato contra Trump y den paso a los argumentos de los abogados del presidente, quien no tiene previsto testificar en persona.

La defensa de Trump tendrá -igual que la acusación- un máximo de 16 horas para exponer su caso, y se espera que el juicio político pueda terminar como pronto este mismo fin de semana, a no ser que se decida convocar a testigos.

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