El relator especial de la ONU para la Situación de los Derechos Humanos en Myanmar calificó este miércoles de «juicio secreto» al proceso iniciado contra la depuesta consejera de Estado
La depuesta líder birmana, Aung San Suu Kyi, se enfrenta a la justicia acusada de varios delitos sin defensa, según confirmó su abogado, en un proceso calificado de «secreto» después de que fuera detenida en el golpe de Estado ejecutado por los militares el 1 de febrero.
«No se me permite entrar en el tribunal porque no se me ha reconocido como el defensor de la señora Suu. Todavía no cuenta con una defensa legal», explicó el abogado de la premio Nobel de la Paz, Khin Maung Zaw.
Suu Kyi, que se encuentra en arresto domiciliario desde el levantamiento militar, fue acusada el 3 de febrero por importación ilegal de un dispositivo telefónico y este martes se le acusó además de un delito relacionado con la ley de desastres naturales.
En lo que se considera la primera vista del juicio contra la líder electa, Suu kyi compareció la víspera por primera vez a través de una videoconferencia durante una hora ante el juez en un tribunal de la capital Naypidó.
La siguiente vista será en dos semanas, según confirmó el letrado, que reveló que el magistrado que la juzga «acaba de ser nombrado».
Además, el equipo de abogados de Suu Ki y su partido, la Liga Nacional por la Democracia, revelaron que se enteraron de la celebración de la comparecencia una vez terminada.
El secretismo, la falta de una defensa y lo chocante de los cargos de los que se le acusa a la depuesta líder han hecho que se disparen las críticas y la inquietud ante este proceso a puerta cerrada del que se desconoce su duración.
El relator especial de la ONU para la Situación de los Derechos Humanos en Birmania (Myanmar), Tom Andrews, calificó este miércoles de «juicio secreto» al proceso iniciado contra la depuesta consejera de Estado que fue arrestada junto a parte de su Gobierno la mañana del golpe.
Por su parte, el primer ministro de Reino Unido, Borish Johnson, denunció que los cargos contra Suu Kyi están «fabricados» por los militares y que son «una clara violación de los derechos humanos».
Suu Kyi, de 75 años y que ya pasó 15 años bajo arresto domiciliario durante la anterior junta militar, se enfrenta a una pena de hasta tres años de cárcel por el delito de importación ilegal y se desconoce la naturaleza exacta de la nueva acusación presentada por la policía al comienzo del juicio.
El presiente depuesto, Win Myint, bajo arresto y cuyo juicio comenzó también el martes, ha sido acusado de violar la misma ley de desastres naturales por saltarse las medidas de distanciamiento social impuestas por las pandemia al organizar un acto electoral al que asistieron más de 30 personas.
La venerada Suu Kyi se encuentra en arresto domiciliario en la residencia gubernamental de la capital aparentemente en buen estado de salud, aunque su abogado reconoce que no ha podido verla.
Miles de personas han salido a las calles en los últimos días para protestar contra el golpe y pedir la liberación de sus líderes, incluido el presidente y Suu Kyi.
La junta militar justificó la toma de poder por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre en los que el partido liderado por Suu Kyi arrasó, como ya hizo en 2015.