El ministro de Justicia ruso se queja de que la exigencia de los jueces del TEDH es «algo sin precedentes»
Rusia acusó hoy al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de intromisión en su sistema judicial por exigir la puesta en libertad inmediata del líder opositor Alexéi Navalni.
«Se trata de una decisión ilegítima, es un intento muy grave de injerencia en los asuntos judiciales rusos, lo que desde nuestro punto de vista es inaceptable», dijo sobre la petición del TEDH el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria.
El pasado martes, el TEDH demandó la libertad inmediata de Navalni como medida cautelar con el argumento de que la vida del opositor posiblemente corre peligro.
«La prisa en adoptar este tipo decisiones y, seguramente, la clara parcialidad al tomar semejantes decisiones nos suscitan, desde luego, muchos interrogantes», dijo el portavoz.
Preguntado por si, debido a la demanda del TEDH sobre Navalni, Rusia estudia abandonar el Consejo de Europa o espera sanciones de ese organización, Peskov lo negó. «No, nosotros no buscamos ningún tipo de confrontación«, enfatizó.
Al mismo tiempo, descartó que el presidente ruso, Vladímir Putin, se dirija al Tribunal Constitucional para consultar sobre si debe o no cumplirse la exigencia del TEDH, y remitió a las declaraciones formuladas ayer por el ministro de Justicia de Rusia, Konstantín Chuichenko.
Según el titular de Justicia, la exigencia de los jueces del TEDH es «algo sin precedentes» ya que, primero, es una clara y burda injerencia en el funcionamiento del sistema judicial de un país soberano y segundo, es una reclamación infundada e ilegítima».
Chuichenko subrayó que la resolución del TEDH no cita «ninguna prueba ni ninguna norma que permitieran al tribunal tomar esa decisión».
Agregó que, además, la demanda de poner en libertad a Navalni se formuló a sabiendas de que no era posible cumplirla por cuanto «de conformidad con la legislación rusa no hay fundamentos jurídicos para excarcelar a esa persona«.
Navalni, de 44 años, fue detenido el pasado 17 de enero en el aeropuerto de Moscú a su regreso de Alemania, donde se recuperó durante casi cinco meses de un envenenamiento con un agente tóxico de uso militar, del que el opositor responsabilizó directamente a Putin.