El terremoto de 9 grados en la escala de Richter, y el consiguiente tsunami, causaron una tragedia con más de 18.000 víctimas
En el día en que se cumplen diez años del desastre de la central nuclear de Fukushima, el primer ministro de Japón, Yoshihide Suga, llamó este jueves a recordar «las lecciones inestimables» que dejaron el terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011, y la consiguiente crisis nuclear.
El líder nipón lanzó este mensaje durante su intervención en la ceremonia oficial celebrada hoy en el Teatro Nacional de Tokio, a la que se suman hoy diversidad de homenajes en todo el país en recuerdo a las más de 18.000 víctimas que ocasionó la tragedia de hace una década.
«Las lecciones inestimables de esta grave crisis y sus consecuencias no deben olvidarse nunca», dijo Suga durante su intervención en este acto donde también participaron los emperadores de Japón, Naruhito y Masako, entre otras personalidades políticas y familiares de las víctimas.
Los asistentes guardaron un minuto de silencio a las 14:46 hora local, el momento exacto en el que se produjo un terremoto de 9 grados en la escala de Richter con epicentro frente a las costas del noreste del país.
El seísmo desencadenó un tsunami que barrió esa zona del archipiélago menos de una hora después, que rozó los 40 metros de altura en algunos puntos y que causó graves daños en la central de Fukushima Daiichi, derivando en la peor crisis atómica desde la de Chernóbil (Ucrania) en 1986.
Suga afirmó durante su intervención que la reconstrucción de las zonas afectadas por la catástrofe «ha avanzado de forma continua en esta década», y agregó que ese proceso «entra ahora en su fase final» con el objetivo de completarse hacia 2031.
El primer ministro también destacó los «constantes progresos» en las zonas que permanecen evacuadas por la contaminación radiactiva emanada de la accidentada central, y que han sido reabiertas de forma progresiva para permitir el retorno de sus habitantes.
Sin embargo, admitió que unas 2.000 personas continúan residiendo en alojamientos temporales, del total de aproximadamente 36.000 que siguen sin regresar a sus hogares por diversos motivos.