La fuerzas de seguridad de Myanmar matan a casi 100 manifestantes en dos días
Solo el lunes las autoridades, tras disparar munición real contra los manifestantes, dejaron un balance de al menos 20 muertos y más de 50 heridos
Solo el lunes las autoridades, tras disparar munición real contra los manifestantes, dejaron un balance de al menos 20 muertos y más de 50 heridos
La junta militar de Myanmar ha intensificado la represión contra los manifestantes que rechazan el golpe de Estado del 1 de febrero y las fuerzas de seguridad han matado al menos a 94 civiles en los dos últimos días.
La Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) en Myanmar confirmó hoy que en la jornada del lunes las autoridades volvieron a disparar munición real contra los manifestantes en varias ciudades del país, lo que dejó un balance de al menos 20 muertos y más de 50 heridos.
La matanza del lunes llegó después de que las fuerzas de seguridad acabaran con la vida el domingo de al menos 74 personas, entre ellos una niña de 15 años y otros tres menores, durante el día más sangriento de la brutal actuación de las fuerzas de seguridad, según el registro actualizado hoy de la AAPP.
Esta asociación cifra el total las víctimas mortales desde el golpe de Estado en 183 como consecuencia de la violencia de las autoridades y acusa a la policía y los militares de reprimir brutalmente a personas pacíficas, además de destrozar y saquear propiedades privadas.
La ley marcial
La junta militar anunció la víspera la imposición de la ley marcial sobre cuatro distritos de Rangún, la antigua capital y ciudad más poblada, y que se suma a la medida de excepción anunciada el domingo sobre otros dos barrios de la urbe.
La ley marcial «libera (a los soldados) de cualquier apariencia de moderación en su brutalidad contra los manifestantes pacíficos», denuncia esta asociación de Myanmar independiente que cifra en al menos 2.175 el número de detenidos desde la asonada.
El panorama internacional «horrorizado» ante represión de las protestas
El secretario general de la ONU, António Guterres, declaró el lunes estar «horrorizado» por la represión violenta de las protestas que está llevando a cabo el Ejército de Myanmar y urgió a la comunidad internacional a actuar para detenerla.
«Los asesinatos de manifestantes, los arrestos arbitrarios y las informaciones de tortura de prisioneros violan derechos humanos fundamentales y desafían claramente los llamamientos del Consejo de Seguridad a la moderación, el diálogo y el retorno a la vía democrática en Myanmar», señaló Guterres a través de su portavoz, Stéphane Dujarric.
En una breve nota, Dujarric dijo que el secretario general de la ONU «urge a la comunidad internacional a trabajar colectiva y bilateralmente para ayudar a poner fin a la represión por parte de los militares».
Además, Guterres volvió a pedir a la junta de Myanmar que permita una visita de la enviada especial de la ONU, Christine Schraner, como una forma de calmar la situación y crear condiciones para el «diálogo y el retorno a la democracia».
Las protestas en Myanmar rechazan el poder de la junta militar y exigen el regreso a la democracia, el respeto de los resultados de las elecciones de noviembre y la liberación de todos los detenidos por los militares, entre ellos la depuesta líder del gobierno, Aung San Suu Kyi.