Australia mueve ficha ante las dudas con AstraZeneca: adquiere 20 millones de dosis de Pfizer
Camberra ha pasado a recomendar la vacuna de Pfizer para los menores de 50 años, en sustitución de la anglosueca
Camberra ha pasado a recomendar la vacuna de Pfizer para los menores de 50 años, en sustitución de la anglosueca
El Gobierno australiano anunció este viernes la compra de unas 20 millones de dosis más de la vacuna de Pfizer, un día después de recomendarla para los menores de 50 años en lugar de la de AstraZeneca, relacionada supuestamente con pocos y raros casos de tromboembolismo.
«Estas (las vacunas de Pfizer) no estarán disponibles hasta el cuarto trimestre, es decir, a finales de año», aclaró el primer ministro australiano, Scott Morrison, en una rueda de prensa en Camberra para anunciar la compra. Con la nueva adquisición, el país contará con un total de 40 millones de dosis de Pfizer.
La compra urgente se dio después de que las autoridades sanitarias australianas recomendaran anoche utilizar la vacuna de Pfizer en la población menor de 50 años, a menos que las personas de este segmento de edad ya hayan recibido la primera dosis o por circunstancias excepcionales.
La recomendación médica se dio después de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) confirmara el miércoles un «posible vínculo» de AstraZeneca con casos inusuales de trombos, aunque mantuvo su opinión positiva sobre los beneficios de esta vacuna.
El Ejecutivo de Morrison, que había adquirido 53,8 millones de dosis de AstraZeneca, de las cuales 50 millones se producirán localmente, afronta un revés en su programa de vacunación por estas dudas respecto a este fármaco y por retrasos en el cronograma, que Camberra achaca al bloqueo por parte de la Unión Europea.
Tanto las autoridades sanitarias australianas como el primer ministro aseguraron que la vacuna de AstraZeneca no ha sido prohibida y sigue jugando un papel importante en la inmunización de las personas mayores de 50 años y las más vulnerables.
«La vacuna AstraZeneca es muy adecuada para aquellos grupos vulnerables», enfatizó Morrison, en alusión a los residentes de los hogares de ancianos, que fueron fuertemente afectados durante la segunda ola de COVID-19.
Australia, que acumula unos 29.400 casos de COVID-19, entre ellos 909 fallecidos, comenzó su campaña de vacunación el 21 de febrero y esperaba concluirlo a finales de octubre.