Tres cuartas partes del planeta bloquean la labor de los periodistas durante la pandemia
Solo 12 países presumen de una situación «óptima» para la prensa entre los que no se encuentra España tras la continúa intención del Gobierno de controlar las redes o el señalamiento a periodistas
La situación de la libertad de prensa se deterioró de forma «flagrante» en el último año en el mundo, donde dos tercios de los países bloquean la labor de los periodistas, una situación que se ha agravado con la crisis sanitaria de la COVID, según el informe anual publicado este martes por Reporteros sin Fronteras.
Numerosos regímenes han aprovechado las urgencias ligadas al coronavirus para restringir aún más la libertad de prensa, que vive una «situación difícil» en 73 de los 180 países analizados y «muy grave» en otros 59, lo que totaliza el 73 % del total.
«En el momento en el que la desinformación, los rumores y las invitaciones al odio se propagan por las redes sociales, en el que el periodismo es la mejor vacuna contra esos males, en el 73% de los países esta vacuna está bloqueada», asegura a Efe el secretario general de Reporteros Sin Fronteras (RSF), Christophe Deloire.
La irrupción de la crisis sanitaria ha conformado las tendencias apuntadas ya en el último informe, al favorecer las violaciones de la libertad de prensa. Deloire señaló que en más de la mitad de los Estados de la ONU se han registrado este tipo de violaciones.
Bloqueo a fuentes
Pero, además, la covid ha justificado el bloqueo del acceso de los medios al terreno y a las fuentes, lo que facilita que se propaguen solo las informaciones oficiales sin el necesario contraste periodístico.
«No siempre se puede hacer periodismo de investigación por videoconferencia», insistió Deloire, inquieto por que estas restricciones se perpetúen más allá de la pandemia.
La lista de países elaborada por RSF sigue encabezada por los nórdicos, con Noruega en la cúspide un año más pese a los problemas que los medios de ese país han tenido para acceder a datos públicos sobre la pandemia.
Finlandia se mantiene en segundo lugar por delante de Suecia, que arrebata la tercera posición a Dinamarca.
Solo 12 países presumen de una situación «óptima» o «muy satisfactoria» para la prensa, el número más bajo desde 2013 y un reducido grupo del que ha salido Alemania (puesto 13) por las agresiones sufridas por numerosos reporteros que cubrían protestas negacionistas o extremistas contra las restricciones sanitarias.
En esa misma zona intermedia de la lista se encuentra Estados Unidos (44), que ha registrado un récord de agresiones (casi 400) y de arrestos de periodistas (130) durante el tramo final del mandato de Donald Trump.
España
España, que ocupa el puesto 29, ha visto como desde la misma vicepresidencia del Gobierno se ha hecho un claro señalamiento a periodistas con el fin de cuartar su libertad de expresión. Se han divulgado vídeos de sus programas y de todos los periodistas que, concretamente, para el que fue el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, no resultaban de su agrado ideológico. España durante la pandemia ha visto como el Gobierno ha apoyado la idea de controlar las redes sociales para evitar la divulgación de información sin contrastar, o la prohibición de la emisión de mensajes masivos para evitar viralizarlos.
Concretamente otra de las crisis a las que se enfrenta España, es la de la crisis migratoria. Este país ha visto cómo las autoridades de las islas Canarias han optado por diferentes formas de obstrucción al acceso de las informaciones sobre la llegada de inmigrantes. Ocultando los lugares de los desembarcos, procediendo a obstáculos físicos para dificultar la toma de imágenes.
Brasil en zona roja
Brasil, gobernado por Jair Bolsonaro, pierde cuatro puestos, hasta el 111, y entra en la zona roja, donde la situación de la libertad de prensa es delicada, a causa de los insultos, la estigmatización y las humillaciones públicas orquestadas contra periodistas.
En ese mismo tramo aparecen países como la India (142), México (143) o Rusia (150), cuyo aparato represor se ha obstinado en impedir la cobertura mediática de las manifestaciones en favor de Alexéi Navalni.
China (177) mantiene su censura a elevados niveles, por lo que sigue en la «zona negra» de una lista que vuelven a cerrar Turkmenistán (178), Corea del Norte (179) y Eritrea (180), que cae dos puestos para convertirse en el farolillo rojo.
Destaca la caída de Malasia, que pierde 18 plazas, hasta la 119, tras la adopción de un decreto contra las noticias falsas que permite al gobierno imponer su relato de la realidad, mientras que El Salvador desciende 8 puestos, hasta el 82, ante el ocultamiento de noticias sobre la pandemia.
La situación ha mejorado de forma significativa en Burundi (147), Sierra Leona (75) y Mali (99), aunque África sigue siendo, junto a Oriente Medio, el lugar más complicado para el trabajo periodístico.
En Argelia (146) y Marruecos (136) la justicia se encarga de silenciar el periodismo crítico, mientras que Arabia Saudí (170), Egipto (166) y Siria (173) han aprovechado la crisis sanitaria para «exacerbar los males de una prensa ya agonizante», indica RSF.