Los jóvenes de Myanmar se preparan para luchar contra la junta militar: "No más protestas pacíficas, tenemos que responder con las armas"
Decenas de jóvenes están recibiendo entrenamientos militares con las guerrillas étnicas para dar la cara a la represión policial tras el golpe de estado en Myanmar
Decenas de jóvenes están recibiendo entrenamientos militares con las guerrillas étnicas para dar la cara a la represión policial tras el golpe de estado en Myanmar
Decenas de jóvenes de Myanmar se han unido en las últimas semanas a entrenamientos militares con las guerrillas étnicas cansados de los escasos logros de las protestas pacíficas contra la junta militar y dispuestos a responder a los uniformados con las armas.
«Creo firmemente que tenemos que responder con las armas, no más protestas pacíficas, por eso estoy aquí«, explicó un estudiante de 22 años en su refugio de la jungla en el Estado Karen, cerca de la frontera con Tailandia.
Al menos 40 jóvenes, la mayoría procedentes de las dos principales ciudades del país, Rangún y Mandalay, llevan semanas recibiendo una formación militar en diferentes campos de entrenamiento en esa zona.
El estudiante de Rangún reveló que le llevó tres días ir desde la antigua capital al territorio controlado por la guerrilla étnica Unión Nacional Karen y encontrar un contacto que le ayudara a inscribirse al adiestramiento militar, en el que aprendió junto a una veintena de jóvenes cómo fabricar dispositivos explosivos improvisados y disparar con armas de precisión, además de instrucción sobre habilidades de mando.
Desde que el general Min Aung Hlaing encabezó el pasado 1 de febrero el golpe de Estado militar y arrestó a los principales líderes democráticos, incluida la nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, miles de ciudadanos de Myanmar, en su mayoría jóvenes, han tomado las calles de manera pacífica para desafiar a la junta.
Las fuerzas de seguridad han intentado aplacar las protestas con una brutal represión que ha ya ha dejado más de 730 muertos, la mayoría por disparos de la policía o los soldados, que también usan gases lacrimógenos y granadas de aturdimiento.
El Estado Karen, donde se encuentran los campos de entrenamiento, está controlado por la Unión Nacional Karen, uno de los grupos insurgentes de minorías éticas que representan más del 30 % de los 54 millones de habitantes del país y que han luchado contra el Gobierno de Myanmar durante décadas con la reivindicación de una mayor autonomía.
Muchos de estos grupos armados, algunos de los cuales mantienen un acuerdo de alto el fuego con el Ejército, han mostrado su apoyo al movimiento de desobediencia civil que protesta contra la junta militar, lo que ha desatado enfrentamientos entre los militares y algunas guerrillas.
El denominado Gobierno civil, formado por un grupo de diputados electos, ha pedido a los grupos étnicos armados del país «unir fuerzas» contra la junta militar.
