La violencia en Afganistán aumenta y China culpa a EE.UU. por la "retirada abrupta" de sus tropas
Al menos 68 personas murieron el sábado y más de un centenar resultaron heridas en una serie de atentados contra una escuela secundaria femenina de la minoría chií hazara en Kabul
Al menos 68 personas murieron el sábado y más de un centenar resultaron heridas en una serie de atentados contra una escuela secundaria femenina de la minoría chií hazara en Kabul
China expresó su «conmoción» por el atentado del sábado en Kabul y responsabilizó a Estados Unidos de los recientes ataques violentos en Afganistán, que han causado cientos de fallecidos, debido a «la abrupta retirada de sus tropas» iniciada el pasado 1 de mayo.
«Estados Unidos anunció de forma abrupta su retirada completa de Afganistán, lo que ha llevado a explosiones sucesivas en muchas partes de ese país», indicó la portavoz de Exteriores, Hua Chunying, en un comunicado.
Al menos 68 personas murieron el sábado, la mayoría niñas, y más de un centenar resultaron heridas en una serie de atentados contra una escuela secundaria femenina de la minoría chií hazara en Kabul.
«Estamos conmocionados por este ataque», dijo, y pidió a las tropas extranjeras «poner primero en consideración la seguridad de los afganos».
Según Hua, desde que se anunció la retirada de las tropas extranjeras «la situación es cada vez más grave, lo cual ha amenazado la paz y estabilidad de Afganistán y los afganos».
«(Las tropas) deben retirarse de manera responsable para evitar más agitación y sufrimiento», afirmó.
Expertos citados por el diario South China Morning Post indicaron recientemente que China teme que la inestabilidad en Afganistán obstaculice sus intereses económicos y amenace su estabilidad teniendo en cuenta los esfuerzos de Pekín para mantener a raya el extremismo en la región noroccidental de Xinjiang.
«La presencia estadounidense en Afganistán contrarrestó la amenaza islamista. Pero con su retirada, China y otros países fronterizos tendrán que lidiar con este asunto por sí mismos», comentaba a ese diario el experto estadounidense Mark N. Katz.
Mientras, el analista chino Sun Yun aseguraba que «China tiene una clara ventaja en cuanto a capacidad económica en la región» y que su rol es «indispensable e insustituible» para trabajar con otros países con vistas a garantizar la estabilidad afgana.
En ese sentido, la portavoz Hua indicó que «China seguirá apoyando al Gobierno y al pueblo afganos en su lucha contra el terrorismo» y que Pekín desea «trabajar con la comunidad internacional para ayudar a Afganistán a lograr la paz lo antes posible».
Entretanto, los talibanes anunciaron el lunes un alto el fuego de tres días con motivo de la festividad del Aid el Fitr, que marcará el fin del mes sagrado de Ramadán a mediados de esta semana, una decisión que desde el Gobierno esperan que impulse las estancadas negociaciones de paz intra-afganas.
El anuncio se produjo en medio de un aumento significativo de la violencia armada en los últimos días tras el inicio oficial de la última fase de la retirada de las tropas extranjeras el 1 de mayo.
Este proceso tiene previsto completarse antes del 11 de septiembre, coincidiendo con el veinte aniversario de los atentados en EEUU que desencadenaron la ocupación extranjera de Afganistán y la caída del régimen talibán.
Durante los últimos días, decenas de miembros de las fuerzas de seguridad y más de 1.300 combatientes talibanes han sufrido bajas, y unas 2.000 familias han tenido que huir de sus hogares por los combates.