EE.UU. y Rusia tratan de resolver sus "profundas diferencias" con guiño inicial sobre el Nord Stream 2
Ambas potencias tratan de recomponer sus relaciones y trabajar sobre cuestiones como la pandemia, Irán, Corea del Norte o Afganistán
Ambas potencias tratan de recomponer sus relaciones y trabajar sobre cuestiones como la pandemia, Irán, Corea del Norte o Afganistán
Estados Unidos y Rusia dieron este miércoles comienzo a un diálogo para relajar la tensión, con una primera reunión de sus titulares de Exteriores, Antony Blinken y Serguéi Lavrov, que se vieron las caras en Reikiavik para acercar posturas, pese a las «profundas diferencias» entre ambos países.
El estadounidense abrió el encuentro con unas palabras en las que resaltó que esas discrepancias no son «ningún secreto», tras saludarse amistosamente con Lavrov. Acto seguido endureció el tono y advirtió de que EE.UU. responderá si Rusia se comporta de forma agresiva contra Washington o sus aliados.
Aun así, afirmó que EE.UU. no quiere una escalada de tensión con Rusia, sino que lo único que desea es defender sus propios intereses. Además, Blinken señaló que hay «muchos ámbitos» en los que los intereses de ambos países «se entrecruzan y superponen» e insistió en que el mundo puede ser «un lugar más seguro» si hay una colaboración entre EE.UU. y Rusia.
Por su parte, Lavrov se mostró dispuesto a abordar todos los asuntos «sin excepción» con su homólogo estadounidense. Aunque el jefe de la diplomacia rusa admitió que ambos países «disienten profundamente» a la hora de valorar la situación internacional, también reconoció que «del estado de las relaciones entre Moscú y Washington depende en gran medida la situación general en el mundo».
Los representantes de Estados Unidos y Rusia coincidieron en señalar las mismas cuestiones sobre las que ambos países comparten intereses. Se trata de la lucha contra la pandemia y el cambio climático, los programas nucleares de Irán y de Corea del Norte o la situación en Afganistán, de donde este año se retirarán las tropas estadounidenses.
Nord Stream 2: un guiño a Putin
Esta disposición al diálogo se inició de hecho con un guiño a Putin, ya que el Gobierno de EE.UU. eximió este miércoles de sanciones a la empresa Nord Stream 2 AG y a su director ejecutivo, Matthias Warnig, encargada de la construcción del gasoducto que llevará gas ruso a Alemania.
Así lo anunció Blinken en un comunicado, donde explicó que la adopción de esta medida es «por el interés nacional» de EE.UU., aunque advirtió también de que su país sigue oponiéndose a esta infraestructura.
La empresa Nord Stream 2 AG y Warnig estaban en la lista de sancionados por sus vínculos con la construcción del gasoducto, pero finalmente Blinken dijo en la nota que ha decidido eximirlos por el interés nacional de EE.UU. El país norteamericano sí que sancionará a trece embarcaciones vinculadas a este proyecto.
Actualmente el gas ruso tiene que pasar por Ucrania en su camino hacia los países de la UE, pero, gracias a este proyecto, no tendría que atravesar por territorio ucraniano e iría directamente a Alemania.
Una tensión en ascenso
Las tensiones entre el Kremlin y la Casa Blanca se dispararon después de que Biden calificara de «asesino» a Putin, tras lo que Moscú llamó a consultas a su embajador en Washington, Anatoli Antónov, quien aún no ha vuelto a su puesto.
Tras el anuncio de las sanciones, Moscú convocó al embajador estadounidense en Moscú, John Sullivan, y le recomendó que abandonara el país para consultas con sus superiores, consejo que siguió poco después.
A esto hay que sumar la expulsión de diplomáticos, las sanciones, y las tensiones por Ucrania, en cuya frontera Rusia concentró un gran número de tropas, aunque después anunció su repliegue.
También han tensado las relaciones los roces por el envenenamiento, la detención y la condena del líder opositor ruso Alexéi Navalni, cuya salud se ha deteriorado desde que fue enviado a prisión, donde cumple dos años y medio de pena.
Incógnita sobre la cumbre entre Biden y Putin
Tras esta escalada de tensión, Biden propuso a Putin durante una llamada telefónica reunirse próximamente en un tercer país, a lo que el Kremlin respondió positivamente, si bien Moscú había dicho que nada estaba cerrado y que mucho dependía del encuentro entre Lavrov y Blinken.
En caso de producirse, sería la primera reunión de alto nivel entre los líderes de ambos países desde que Putin y el expresidente estadounidense Donald Trump se entrevistaran en Helsinki en julio de 2018.
Tras la cita con Blinken, Lavrov consideró que el encuentro, que duró dos horas, había sido constructivo, aunque no confirmó ningún acuerdo sobre una cumbre entre Putin y Biden.
El ministro de Exteriores ruso aseguró que vio a Blinken dispuesto a «retirar los escombros» de las relaciones con Rusia, heredados de las anteriores administraciones estadounidenses.