Cámara de gas, sillas eléctricas y fusilamientos: las alternativas de EE.UU. a la inyección letal
Arizona quiere recuperar una cámara de gas alimentada con el mismo compuesto usado en Auschwitz para ejecuciones
Arizona quiere recuperar una cámara de gas alimentada con el mismo compuesto usado en Auschwitz para ejecuciones
El estado de Arizona está trabajando en rehabilitar una cámara en la que se pretende utilizar el mismo tipo de gas que utilizaron los nazis en los campos de exterminio: cianuro de hidrógeno. Así lo ha asegurado el diario británico The Guardian, donde han publicado unos documentos internos del Departamento de Correcciones, Rehabilitación y Reingreso que demuestran que el Estado ya habría invertido dinero para conseguir los ingredientes necesarios.
En concreto, el pasado diciembre, las autoridades de prisiones de Arizona pagaron 1.530 dólares por una gran cantidad de cianuro de potasio. El documento mostraba también que se detonó una granada de humo en el interior de la cámara para asegurarse de que era hermética y que además se probaron las funciones del ventilador.
La noticia ha creado bastante tensión entre los estadounidenses y los supervivientes de los campos de concentración alemanes, quienes lo consideran un “insulto a las víctimas del Holocausto”, según ha publicado The New York Times. «Para los supervivientes de Auschwitz, el mundo finalmente se acabará por desmoronar si en algún lugar en la Tierra se considera nuevamente el uso de Zyklon B en la matanza de seres humanos», aseguró Christoph Heubner, vicepresidente ejecutivo del Comité Internacional de Auschwitz al diario estadounidense.
La última vez que Arizona ejecutó a un preso con gas letal fue en 1999. En ese caso, el condenado, Walter LaGrand tardó 18 minutos en morir. Walter junto con su hermano Karl, reconocieron haber asaltado y asesinado al director de una sucursal de un banco y entraron en el corredor de la muerte. Los hermanos LaGrand habían solicitado ser ejecutados en la cámara de gas para intentar posponer la ejecución de la sentencia. En el último momento, Karl optó por la inyección letal, pero su hermano Walter mantuvo su decisión. La muerte de Walter fue objeto de debate internacional ya que el método de la cámara de gas retarda la muerte.
Otras opciones a la inyección letal: la silla eléctrica y el pelotón de fusilamiento
Son 27 estados en Estados Unidos donde la pena de muerte es legal. A pesar de que la inyección sea el método más moderno y frecuente en la pena capital, es considerada como una forma cruel e inconstitucional por estar lejos de evitar la muerte dolorosa de los presos. Como ocurrió con el caso de Joseph Wood. Este condenado a muerte en 2014 por el asesinato de su exnovia y el padre de esta, tardó más de dos horas en fallecer en un proceso que debería haber llevado 10 minutos. Según pusieron por escrito sus abogados, estuvo «una hora jadeando y resoplando» en la camilla una vez que ya se suponía que estaba sedado.
Esto ha provocado que algunos estados busquen retomar antiguas formas de llevar a cabo la pena capital. Este junio están previstas dos ejecuciones en Carolina del Sur utilizando la silla eléctrica. Un tipo de pena que no se ha utilizado es Estados Unidos desde 2013, pero que a día de hoy sigue siendo una opción legal en siete estados, entre ellos Florida y Alabama.
Otra de las opciones sobre la mesa es el pelotón de fusilamiento. Este tipo de ejecución fue muy sonada en julio de 2020, cuando se puso sobre la mesa con el caso de Daniel Lewis Lee, el último preso federal ejecutado en Indiana. Sus abogados aseguraron que un grupo de tiradores habrían acabado con la vida de su cliente de forma menos dolorosa e instantánea que la inyección letal con pentobarbital, que tantas polémicas ha levantado en el país.
Hasta abril de 2021, 108 países habían abolido la pena de muerte para todos los delitos y 144 la han quitaron en la ley o en la práctica, según el último reporte de Amnistía Internacional (AI). Pese a que una de las promesas de la campaña electoral del actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, fuera abolir la pena de muerte, todavía no ha movido ficha en lo que a este ámbito se refiere, y tanto la pena de muerte como las opciones para llevarla a cabo siguen siendo objeto de debate entre la sociedad norteamericana.